El bazar de la historia
«La fatal conjunción de ideología e ignorancia da como resultado una profunda anomalía histórica, cuando no un esperpento cultural: el anacronismo»
«La fatal conjunción de ideología e ignorancia da como resultado una profunda anomalía histórica, cuando no un esperpento cultural: el anacronismo»
«No hay Gobierno. Sólo hay Sánchez y el peor grupo de palmeros de la democracia española. El balance del año es catastrófico. Sin gestión sólo queda la demagogia»
«No se pueden tomar medidas sin tener en cuenta las leyes económicas, tan solo por pura demagogia o por conveniencias personales de algún político»
«Sus ideas, que tienen mucho de sectarias y que además resultan inaplicables en España, me parecen casi todas equivocadas y sus principios casi todos acertados»
«Sólo parece funcionar el principio de acción y reacción porque el oportunismo del progresismo, el conservadurismo y el liberalismo los ha vuelto indistinguibles»
«El victimismo se ha convertido en la coartada perfecta para callar al adversario e imponer un relato que marque la política y llegue a la legislación»
«La carta de Pedro Sánchez –y su consiguiente declaración institucional- es el último ejemplo en la sentimentalización demagógica de nuestra democracia»
«Hay quien prefiere olvidarse de lo común para alimentar muros. El miedo a que se rompa algo existe sólo cuando se cree que hay una historia compartida detrás»
«En los siete votos de Junts no se puede sostener jamás un proyecto de país. La España del después no será mejor, lo adornen de la forma que quieran»
«Porque una izquierda que se quiera española tiene que abrazar la idea de un país reindustrializado, única forma hoy de recuperar la soberanía nacional genuina»
Ninguna guerra se justifica por un cálculo económico. ¿De dónde viene esa rabia que nos consume?
«Deberíamos hacer un esfuerzo por comprender cuanto antes que la batalla que está librándose no es entre izquierda y derecha, sino entre derecho o barbarie»
«Utilizan el medioambiente como excusa para expandir el intervencionismo económico, con un gasto desmedido, un déficit crónico y una deuda abultada»
«Quedarse cruzado de brazos cuando la democracia que tanto costó crear puede perderse por la ambición de un tirano, no es una opción, es una derrota»
El año 2018 marcó un máximo histórico, con 16 países gobernados por líderes populistas
El paranoico no sabe que en el acto de desenmascarar presuntamente al otro se está desenmascarando a sí mismo
Los políticos no tocan la realidad ni en los peores momentos porque les ampara su comedia tejida de frases hechas
Al presidente no le preocupa la realidad, porque no busca construir una representación precisa del universo
«El objetivo de Sánchez es conectar con el electorado de la izquierda demagógica, que aspira a sustituir la democracia por un Estado moral y recela de lo privado»
«Ferrovial no se ha convertido en una empresa antipatriota por dañar la imagen de España, sino por haber perjudicado los planes electorales del Gobierno»
«No cesar a quien ha demostrado sobradamente su ineptitud y legislar con la única intención de obtener el voto de los electores también es moralmente corrupción»
La asociación ha señalado a la Delegada del Gobierno Victoria Rosell, que acusó a los jueces y a los policías de machistas
«Esta chapuza no servirá para debatir en serio sobre la solución populista al aumento de las penas; se mezclan la demagogia con la ignorancia y la soberbia»
El club blanco es una institución que paga sus fichajes con sus propios recursos y con los que genera
Cuando condenas a los salvapatrias al exilio institucional, no sufren desgaste y pueden dedicarse tranquilamente al toreo de salón y a gritar desde la barrera
El bosque seco Chiquitano en Bolivia era el bosque seco tropical sano más grande del mundo. Ahora no está claro si conservará ese estatus.
En su afán por llamar la atención y ocupar el mapa perceptivo de los votantes, nuestros políticos ya no saben qué inventar. O mejor dicho: han perdido todo pudor a la hora de inventar.
El 14 de enero, y también en la surista Montgomery el frío aplaca los ánimos. No los de George Wallace, que se dirige al público y a las cámaras con el fuego interno de quienes están llamados a jugar un papel decisivo en la historia.
En España hay dos partidos socialdemócratas. Uno es el PP y el otro, el resto. Mientras la cosa siga así y el resto se empeñe en continuar siéndolo, hay PP para rato (con perdón), especialmente si en lugar de competir por el espacio compartido, el resto pugna entre sí por ver quién representa mejor a la socialdemocracia centrífuga. En la derecha de nuestro espectro político, aunque muchos votantes no lo sepan, no hay nadie. Esto puede ser bueno, malo o regular; no entraré a analizarlo. Me limito a constatar lo obvio: aquí está este libro nítidamente socialdemócrata de Lassalle con ese “cuanto peor para todos, mejor para mi” de la página 51, que no me parece piadoso comentar.
Uno se imagina las reacciones de indignación, de incomprensión, en nuestra izquierda ante una sociedad tan poco… social como la suiza. Pues habrá que explicar: no, no son masoquistas. Están mejor educados que nosotros y ceden menos a la demagogia.
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