Lamiya Aji Bashar

Dos ex esclavas sexuales del ISIS, Premio Sájarov: "La UE debe abrir las puertas para proteger a los yazidíes"

Dos ex esclavas sexuales del ISIS, Premio Sájarov: "La UE debe abrir las puertas para proteger a los yazidíes"

«Me compraron y me vendieron cuatro veces dentro de Estado Islámico y cada una de esas veces yo intenté escapar. Me torturaron, me castigaron, me pegaron (…) Uno de mis compradores fabricaba explosivos y me obligaron a ayudarle a preparar estos explosivos», ha recordado Lamiya. Estas dos supervivientes del horror del Estado Islámico  han agradecido al Parlamento Europeo por devolverles con este galardón parte del «honor» arrebatado por el ISIS. «Si el mundo no puede protegernos en nuestra tierra, pido a Europa que abra sus puertas para poder dar refugio y ayuda a 500.000 yazidíes de Irak y organizar una migración masiva, igual que ocurrió después del Holocausto», ha agregado Nadia Murad. Las dos galardonadas, que han recogido el premio ataviadas con el vestido tradicional yazidí, han pedido a los europarlamentarios que su testimonio sirva para que la historia no vuelva a repetirse. «Les pido que nos prometan que no volverán a permitir que algo así se repita, que van a hacer justicia, que se perseguirá a estos criminales», han reclamado. Actualmente hay más de 3.500 mujeres y niños que siguen esclavizados en manos del Estado Islámico.

Premio Sajarov para dos activistas yazidíes ex esclavas sexuales del ISIS

Premio Sajarov para dos activistas yazidíes ex esclavas sexuales del ISIS

La historia de Nadia y Lamiya es la historia de miles de yazidíes víctimas del genocidio terrorista del Estado Islámico.  Hace más de dos años, el Estado Islámico asesinó a todos los varones de Kocho, en Irak. Las mujeres y los niños fueron esclavizados y las dos ganadoras del Sajarov y sus hermanas fueron sometidas a todo tipo de violencia y usadas como esclavas sexuales por los terroristas.  Murad perdió a sus seis hermanos y a su madre. Aji Bashar fue vendida junto a sus hermanas hasta en cinco ocasiones y obligada a fabricar bombas y chalecos suicidas. Murad logró fugarse hace dos años y tras pasar por varios campos de refugiados ahora está asentada en Alemania. Aji Bashar apenas lleva unos meses libre, una libertad que casi le cuesta la vida después de que le explotase una mina terrestre cuando huía de sus captores. Casi ciega y malherida logró llegar a un país seguro y ahora está recibiendo un tratamiento médico en Alemania. «Ambas han superado de manera impresionante la brutal esclavitud sexual a la que fueron expuestas por los terroristas yihadistas y se han convertido en un ejemplo para todos nosotros», reconoce el Parlamento Europeo.

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