Mi método va mucho más allá del manual de supervivencia: no piense en divertirse, no se esfuerce en descansar y, sobre todo, no veranee. Concentrarse en divertirse es una paradoja etimológica y existencial que conduce a la neurosis. Esforzarse en descansar es un oxímoron. Veranear convierte un sustantivo tan evocativo como el verano en un verbo activo, con lo que exige eso.
Disfruten de sus fiestas, convivan con sus amigos y conocidos para que el mes de hecatombeon (julio/agosto) ayude a cargar las pilas para afrontar un nuevo año laboral y el curso escolar que está a la vuelta de la esquina.