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¿Cómo comenzar a vivir una vida minimalista?

Adriana Coines insiste en que el minimalismo no se trata de hacer sacrificios sino de liberar a la mente de todo aquello que le pesa. Esta sevillana de 32 años lo ha vivido en su propia piel y por ello los consejos que da en su canal de YouTube llamado Minimalistamente se basan en su experiencia personal.

¿Cómo comenzar a vivir una vida minimalista?

Reducir la vida a lo esencial, despojarla de elementos sobrantes. Adriana Coines insiste en que el minimalismo no se trata de hacer sacrificios sino de liberar a la mente de todo aquello que le pesa. Esta sevillana de 32 años lo ha vivido en su propia piel y por ello los consejos que da en su canal de YouTube, llamado Minimalistamente, se basan en su experiencia personal.

Violinista profesional, se mudó a Alemania a los 19 años donde trabajaba en una importante orquesta con un buen sueldo (una estabilidad con la que muchos músicos sueñan). Aún así, prefirió dejar las “seguridades” económicas para dedicarse a trabajar por lo que más quería, tener libertad y convertirse en coach. El minimalismo llegó a su vida “de repente”.

“Un día sentí la necesidad de desprenderme de cosas físicas, tampoco es que tenía tantas, pero yo estaba pasando por una época muy difícil y empecé a sentir que me sobraba todo. Vi que muchas cosas materiales de las que estaba rodeada las tenía para cubrir vacíos emocionales. Entonces entendí que tenía que poner el foco en lo que de verdad me estaba faltando, y que muchas cosas materiales me sobraban”. Añade que este momento llegó tras un largo período de depresión en el que buscó ayuda profesional. Mientras comenzó a hacer psicoterapia, descubrió el minimalismo.

Para Adriana el minimalismo es algo que puede comenzar por lo material pero se puede practicar en todos los ámbitos de la vida. Pero en una sociedad de consumo, ¿cómo es posible llevar una vida de este tipo?

“Para mí la idea del minimalismo es concentrarse en lo importante y en liberar la mente de todo aquello que no lo es. En el ámbito emocional, por ejemplo, eso se traduce en tener claridad y ser concreto. Primero, se trata de traer a conciencia y después, ir sintetizando lo que estamos sintiendo. Muchas veces tenemos una especie de nube negra de emociones mezcladas, entonces es separar primero y ver lo que hay, sintetizar en conceptos más simples y a partir de allí hacerlo manejable”.

A Adriana le encantan los pendientes originales, pasear por las montañas y hace más de cuatro años que no come carne. En uno de sus vídeos de Minimalistamente, en el que cuenta cómo redujo sus gastos en un 60% cuando comenzó a llevar una vida minimalista, señala que “la intención no es renunciar a la comodidad o al lujo, sino definir tu propio concepto de lujo y comodidad”. Acota que tiene pocos aparatos electrónicos pero de la mejor calidad, así como pocas prendas de ropa pero todas combinables entre sí (y que le “chiflan”). Ella no es la única. Existen minimalistas que viven con sólo 100 cosas. También es conocido el proyecto 33 prendas. Este se trata de vivir con ese número total de objetos en el armario –incluye desde la ropa hasta las joyas o bisutería y zapatos– . También algunos aplican el «entra uno sale uno», que en esencia viene a decir que si compras una cosa nueva, deseches su versión antigua.

Adriana insiste en que le parece un error entender el minimalismo simplemente como “desprenderse de cosas” pues ese no es el objetivo sino la consecuencia. “Cuando estás poniendo el foco en lo verdaderamente importante, todo lo que no es importante, se va alejando de una forma natural. Obligarnos a desprendernos de cosas, sean físicas o emocionales, cuando no estamos preparados me parece contraproducente. Es un proceso de transformación personal que, como consecuencia, hace que te desprendas de aquello que antes pensabas necesitar”.

En cuanto a cómo aplicar el minimalismo en las apps o en la tecnología en general, dice que debemos reconocer que el mundo digital es una herramienta muy útil, y “está genial que lo tengamos”, pero todo va a depender de cómo se usa. “Se trata de que cada uno analice cuánto usa, por ejemplo, las redes sociales, y cuánto le sirven y cuánto le están dañando. No hay un número perfecto de aplicaciones y de horas frente al ordenador, pero la clave está en el equilibrio de cada quien. A la mayoría nos sobran aparatos y aplicaciones”.

¿Cuál es el primer paso para comenzar a vivir una vida minimalista?

Ante esta pregunta, la sevillana recomienda comenzar por vaciar la casa de cosas que sobran. “No porque sea lo más importante, sino porque es lo más evidente”. Limpiar la casa, desde esta perspectiva, se convierte, según Adriana, en un proceso sanador. “Este es el primer paso que yo dí”. El siguiente sería “empezar a tomar conciencia, observarse uno mismo y traer más silencio a la vida”. “Pasar ratitos en silencio y desconectarse un poco más del mundo digital, prestando atención a lo que está pasando dentro de mí y a mis pensamientos”. Después de visualizar todas esas sensaciones vagas y grandes, recomienda intentar concretar algunas en cosas más pequeñas para trabajar en ellas.

Adriana afirma que existe una epidemia de depresión o de insatisfacción general en la sociedad que se basa en la sensación de que vivimos para trabajar y que la vida se resume en pagar cuentas. El minimalismo es un buen camino para encontrar mayor claridad y tranquilidad. Una de las mayores preocupaciones de sus seguidores es la economía personal. Ante esto da un tip: “Muchas veces pretendemos tener un estilo de vida superior al que nos permite nuestra capacidad. Lo primero es poner en la balanza y tener las prioridades claras. Nos podemos preguntar: ¿prefiero tener un piso costoso o mayor libertad? Se pueden reducir gastos cuando uno se pregunta qué es lo que verdaderamente necesito”.

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