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Guille Milkyway: “Lo que tiene focalizarse en las canciones es que puedes dar vida a sencillos que dentro de un disco se perderían”

La Casa Azul regresa (¡finalmente!) con nuevo disco ocho años después. Hablamos de ‘La gran esfera’ con el gran Guille Milkyway.

Guille Milkyway: “Lo que tiene focalizarse en las canciones es que puedes dar vida a sencillos que dentro de un disco se perderían”

Los conciertos de La Casa Azul son siempre una fiesta. Su sonido alegre y colorista es contagioso y el público enloquece cuando llega el estribillo y la explosión que Guille Milkyway (Barcelona, 1974), líder de la banda, ha diseñado con cuidado. Es curioso ver que en sus directos el público es muy heterogéneo: lo mismo hay gente joven, que madura, que padres con hijos y de todos los estilos. Esto a Milkyway le gusta porque cree que “responde a que la mayor parte de la gente está ahí por la música, porque se siente apelada por el componente emocional que transmite la música”. Es difícil pensar en un concierto de La Casa Azul en la que uno no baile, salte y se le llene la cara de alegría. Con la publicación de su nuevo disco, La gran esfera, llega la gira. Muchos conciertos ya han colgado el cartel de ‘agotado’ pero hay bastantes más citas para este año.

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Portada del disco | Foto: Lluis Domingo

De La polinesia meridional a La gran esfera han pasado ocho años. ¿Ha sido algo premeditado?

Ha sido un cúmulo de cosas muy variopintas pero realmente no ha sido una decisión mía. Por mí hubiera hecho este disco rápido pero asuntos personales, de salud y profesionales, por haberme metido a hacer otras cosas a la vez, ha hecho que se haya dilatado tanto. El problema de retomar algo un año y medio después es que es probable que no te sientas muy cercano a ese trabajo y quieras darle una vuelta o simplemente desecharlo para volver a empezar otra cosa. No es muy recomendable que pase así.

¿No tenías miedo de que la popularidad de la banda se pudiera diluir?

Eso es algo que obviamente existe. Tengo la suerte de estar en un sello que no me mete presión ninguna. Sabemos que cuando desapareces un poco del ruido puede costar más volver a entrar. De todas maneras creo que somos un  grupo con una buena posición porque tenemos un público muy fiel y, por otro lado, he estado haciendo muchas cosas. Por un motivo u otro siempre acabo metido en proyectos. No es la situación ideal, para mí lo ideal sería ir sacando discos cada dos años, como se hacía habitualmente, pero hoy en día es complicado. Un grupo de nuestro tamaño tiene que lidiar con la vida.

De todos modos habéis ido lanzando sencillos, con lo que no ha sido una desaparición absoluta…

Sí, hoy en día es más fácil decidir en cada momento lo que uno quiere porque el acceso digital al material lo hace todo más rápido y más fácil pero también tengo que decir que también tiene cosas buenas. Tomar distancia y replantearte a nivel artístico las cosas te permite mantener una visión más distante. En mi caso el problema también ha sido que se entendiera que el disco estaba a punto de salir y no fuera así. A lo mejor porque hemos lanzado un single o porque en alguna entrevista haya dicho que prácticamente está y de golpe se pare de nuevo.

Sacar singles es una fórmula que puede funcionar. ¿Te has planteado empezar a hacerlo así?

De momento no me lo planteo, lo que vamos a hacer dentro de poco, antes del verano o como tarde en septiembre, es empezar a sacar nuevas canciones que ya están grabadas. Recuerda un poco a lo que pasaba en los 60, cuando el mundo del pop estaba muy focalizado en los singles. Hoy en día es ideal porque puedes hacer lo que quieras. Hay quien dice que volvemos a ser esclavos de los singles pero yo creo que es todo lo contrario, que como artista puedes decidir lo que quieres y tienes plataformas de acceso muy rápido para poder dar salida al trabajo. Además, lo que tiene focalizarse en las canciones es que puedes dar vida a sencillos que dentro de un disco se perderían. No hay por qué lanzar un single como la definición de hit ni tiene por qué responder como tótem, sino que sirve para dar visibilidad a canciones que consideras importantes pero que dentro de un disco se quedaría en una canción que nadie escucha.

Desde los inicios en 1997, el sonido de La Casa Azul es alegre y colorista a pesar de muchas de las letras son tristes.

Es cierto, me lo siguen comentando. Lo he analizado y creo que tiene que ver, más que con la aparente alegría sónica, con un punto de incontinencia a la hora de componer y de arreglar. Lo llevo todo a que explote, a que haya estribillos, a que haya una canción melódica emocionante independientemente de cómo la vistas. Esa incontinencia es la que hace que tenga ese toque alegre.

¿Tienes alguna banda de referencia entre tus influencias directas?

Siempre menciono la Electric Light Orchestra como grupo que es difícil definir porque han hecho de todo: desde rock progresivo hasta música disco. Twilight o Secret Messages para mí fueron de los mejores discos de los 80. Es el ejemplo de grupo que manteniendo una línea muy reconocible a lo largo de toda su carrera han conseguido vestirla de cosas diferentes. Participo mucho de esa idea desprejuiciada y que no responde a grandes dogmas o pilares de fe.

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«Hago lo mismo que hacía hace 20 años pero mi vida cambia y como narro mi vida, cambia el enfoque». | Foto: Lluis Domingo

En ese sentido, ¿cómo ha evolucionado el sonido de La Casa Azul?

Hago lo mismo que hacía hace 20 años pero mi vida cambia y como narro mi vida, cambia el enfoque. En lo que noto y en lo que he querido centrar mi atención es en que el resultado final se acerque a mi idea inicial. A nivel de sonido ha evolucionado y estoy más cerca de lo que quiero. En el estudio sigo estando prácticamente solo y eso requiere esfuerzo como técnico de sonido y mucho aprendizaje. Seguir trabajando casi de manera artesanal hace que tú mismo descubras cosas en lugar de ir a un estudio guay y que las descubran por ti.

Imagino que uno de los beneficios de estar en un sello pequeño como Elefant Récords es la libertad que te ofrece, ¿no?

La libertad creativa es clave. Sin ella se pueden hacer cosas chulas pero puede que no respondan a la idea que tenías. Por otro lado, me siento cómodo con Elefant porque comparto una idea parecida sobre la música y eso es bueno porque a pesar de no ser un sello grande te permite hacer prácticamente lo mismo y teniendo el control de la situación en todos los casos.

Antes decías que gran parte de las letras son autobiográficas. Viniendo de Cataluña y viviendo la situación que se está viviendo, no hay ninguna canción política. ¿Musicalmente no te interesa?

La política es inherente a la creación artística aunque esta sea más o menos obvia. La vivencia personal conlleva una posición política sobre las cosas y aunque no esté de forma obvia, a lo largo de la discografía hay elementos aunque no se hable de manera directa pero como tampoco siempre hablo de mi posición. Todas las letras están empapadas sobre mi visión del mundo. Realmente lo que falta son debates profundos en general sobre todo. El lenguaje artístico funciona mejor que decir que eres una cosa u otra. Cuando eso se reduce a una idea medio dibujada, de cliché, suele ser falso. He descubierto hablando con gente que tenía ubicada en un espectro político cosas que no hubiera imaginado.

Posicionarse de manera tan simplista es reduccionista, ¿no?

Es muy difícil porque si te posicionas es posible que te acaban situando de forma muy reduccionista. Ilustra bien la época que vivimos. En Twitter, por ejemplo, tienes muy poco espacio para hablar, explica bien la edad actual del mundo, una síntesis mínima de algo. Este juego de titulares y debates absurdos es algo complicado. Con Cataluña por ejemplo, mostrarse en contra de que haya gente presa no quiere decir que te muestres a favor de lo que opinan esas personas. Esta distensión tan simple parece que cuesta. Si digo que estoy en contra no quiere decir que esté a favor de lo que proclaman, igual que al revés, puedes estar de acuerdo con un partido pero tener la impresión de que no han obrado de la manera adecuada. Todos esos matices se pierden totalmente. He visto manifestarse a gente que parte de bases anarquistas y que ellos mismos han sido presos de gente que hoy en día está en la cárcel. A mí eso me demuestra una entereza moral y eso desaparece en los titulares, en los debates sintéticos. Esa es la clave, volver al debate político real.

El periodismo tiene un papel fundamental pero es cierto que la objetividad total es muy difícil.

Yo cuando leo no voy a buscar sentirme arropado por un periódico, lo que le pido a un medio, sea el que sea, es que esté poniendo sobre la mesa debates interesantes, ideas diversas. No busco una casita donde estar cómodo. Es curioso cómo una misma persona según el medio en el que es entrevistada obtiene un titular u otro cuando está diciendo lo mismo. En los titulares se busca la intención política y no me siento cómodo aunque sea algo que me haga sentir cómodo.

Actualmente muchos titulares solo buscan el click

Sí, es generar ruido. En el fondo te haces esclavo de algo que no es la base del periodismo. Pasa en muchos otros ámbitos. Es una lástima.


Fotos: Lluis Domingo.

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