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Las primarias del PSOE abren nuevas incógnitas tras la victoria de Sánchez

La victoria por amplia mayoría de Pedro Sánchez en las primarias más tensas celebradas en seno del PSOE, no sólo no acaban con las tensiones que han llevado al partido a su peor crisis interna que se recuerda en sus más de 100 años de vida, según han admitido los propios socialistas, sino que abre nuevas incógnitas

Las primarias del PSOE abren nuevas incógnitas tras la victoria de Sánchez

Reuters

La victoria por amplia mayoría de Pedro Sánchez en las primarias más tensas celebradas en el seno del PSOE, no sólo no acaban con las tensiones que han llevado al partido a su peor crisis interna que se recuerda en sus más de 100 años de vida, según han admitido los propios socialistas, sino que abre nuevas incógnitas sobre la línea ideológica que adoptará el partido en el Congreso Federal en junio y quién formará parte de la nueva Ejecutiva Federal que salga de dicho congreso.

“Hoy no acaba todo; hoy empieza todo”, dijo un eufórico Pedro Sánchez el domingo por la noche tras su reelección como secretario general del PSOE con más del 50% del apoyo de los militantes, y derrotar con una diferencia de 10 puntos a su principal rival, la candidata apoyada por el ‘aparato’ del partido y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

Las primarias del PSOE abren nuevas incógnitas tras la victoria de Sánchez
Los tres candidatos posan tras conocerse los resultados de las primarias a la Secretaría General del PSOE | Foto:  Sergio Perez / Reuters

Sánchez, si bien es cierto que en su intervención ante sus colaboradores y militantes que se felicitaron por la victoria, habló de un “partido socialista unido”, al igual que Díaz y el tercero en discordia, Patxi López, que no llegó al 10% de los votos, también dejó claro que su intención es “construir el nuevo partido socialista, que es el de los afiliados, el de los militantes del PSOE», un “partido de izquierdas”.

La gran derrotada de la noche fue Susana Díaz, quien no pudo ocultar su desazón por los resultados, que ni siquiera fue capaz de nombrar a Pedro Sánchez cuando dijo que “ya he trasladado mi felicitación al secretario general” y añadió que se ponía a disposición del partido, además de agradecer el apoyo recibido por los militantes andaluces, única comunidad donde obtuvo más votos que Sánchez. Pero la derrota de Díaz es la derrota del ‘aparato’, la de los llamados barones, dirigentes regionales del PSOE como el de Extremadura, el de la Comunidad Valencia o el de Aragón; la derrota de Díaz es también la de los ex secretarios generales y ex presidentes del Gobierno, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, los mismos que, según Susana habían abandonado a Pedro.

Así se lo dijo en el único debate celebrado por los candidatos días antes de las primarias. Díaz tuvo palabras muy duras contra Sánchez. Le acusó de ser voluble, de cambiar de opinión y de programa en función de sus intereses personales, le reprochó que se había quedado solo porque le habían retirado su apoyo quienes en su día lo respaldaron, incluidos los ex secretarios generales y ex presidentes del Gobierno, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero; le acusó de haber perdido todas las elecciones, de haber obtenido los peores resultados en las urnas de la historia del partido. “Tu problema no soy yo, Pedro; el problema eres tú y deberías hacértelo mirar”.

No va a ser fácil que Sánchez perdone estas graves acusaciones. Quienes le conocen aseguran que el secretario general es un hombre muy afable y cercano pero no soporta las críticas y, lo que es peor, no las perdona.

Está por ver qué futuro le espera a la propia Susana Díaz en el PSOE de Andalucía donde es secretaria general…por el momento. Una cosa está clara, Díaz obtuvo menos votos el domingo que avales logrados unos días antes. ¿El motivo? Que los votos en las primarias eran secretos y los avales no.

Primer abandono

El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Antonio Hernando, es la primera baja tras la primarias. Él mismo se encargo de presentar su dimisión la misma noche del domingo. Hernando fue la mano derecha de Sánchez mientras éste fue secretario general del PSOE hasta el tumultuoso Comité Federal del pasado 1 de octubre que llevó a Sánchez a dimitir por lo que sus colaboradores calificaron de “golpe de mano”. El entonces candidato a la presidencia del Gobierno y Hernando habían estado juntos hasta entonces, hasta que el ‘aparato’ del PSOE se se opuso a los principios de Sánchez y su «no es no» a la investidura de Mariano Rajoy y a sus deseos de negociar con los independentistas y Podemos para convertirse en presidente del Gobierno.

Hernando siguió siendo portavoz del Grupo Socialista en el Congreso cuando la gestora se hizo con los mandos de un partido socialista a la deriva, cuando Sánchez dejó el escaños para no tener que facilitar con su abstención la investidura de Rajoy; Hernando ni siquiera fue uno de los diputados díscolos que rompieron la disciplina de voto impuesta por la dirección del partido, por lealtad a Sánchez, pese a los problemas que esa actitud les acarrearon.

Sánchez no olvida ni perdona y dejó claro la semana pasada en una entrevista en la Cadena SER que si ganaba las primarias, Hernando no seguiría como portavoz del Grupo en el Congreso, porque “será necesaria una renovación de equipos”. Antes de que el nuevo secretario general le cesase, Hernando dimitió en la noche del domingo no sin antes expresar su felicitación al nuevo líder socialista, con quien hace tiempo que no se habla porque Sánchez le retiró el saludo, según explicó el propio Hernando en unas declaraciones públicas. El portavoz dimisionario aprovechó para felicitar al nuevo secretario general.

¿Es posible un nuevo caso Borrell?

Cuando Felipe González dimitió como secretario general del PSOE en 1997, designó como sustituto a Joaquín Almunia. El recién elegido líder socialista propuso someterse a unas primarias para que los militantes decidieran a quién querían como candidato a la presidencia en las elecciones generales del 2000. Su intención era verse reforzado por esa militancia pero lo que ocurrió en 1998 fue que las bases le dieron la espalda al candidato y, por tanto, al ‘aparato’.

Frente a todos los pronósticos, las primarias las ganó Josep Borrell, sin imaginar que tenía el enemigo en casa; 13 meses después dimitió.

La dirección del PSOE decidió que lo mejor era no volver a celebrar más primarias pues, como dijo el ex presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, “las primarias las carga el diablo”.

Tuvieron que pasar 14 años para que el PSOE celebrara nuevas primarias para elegir a su secretario general. En 2014, Pedro Sánchez se impuso a Eduardo Madina y se convirtió en nuevo líder socialista y candidato a la presidencia del Gobierno por el PSOE. Entonces, Sánchez era el elegido de Díaz y el aparato, pensando que funcionaría como una marioneta de la presidenta de la Junta de Andalucía y el resto de los barones.

Para el periodista experto en PSOE, José García Abad, autor del libro ‘El hundimiento del PSOE’  “lo esencial entre lo que ocurrió con Josep Borrell y lo que está ocurriendo con Pedro Sánchez no ha cambiado, y es que la militancia, cuando ha podido expresarse, lo ha hecho en contra del ‘aparato’, desafiándolo…pero al final siempre ha ganado el aparato a la militancia, suplantando su voluntad”. “Borrell tuvo en contra todos los palos en las ruedas que le puso la Secretaría General”, asegura Abad en una entrevista en ABC.

 

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Joaquín Almunia felicita a su rival Josep Borrell en las primarias de abril de 1998 | Foto: Sergio Pérez / Reuters

Borrell dimitió porque le sacaron una historia sobre un posible asunto de corrupción. Aunque no había nada ilegal en su comportamiento, su relación con el caso Aguiar-Huguet podría perjudicar la imagen del PSOE. Así que dimitió unos meses antes de las elecciones generales de 2000. Almunia fue el candidato. Obtuvo los peores resultados en las urnas del PSOE hasta entonces y presentó su dimisión irrevocable la misma noche electoral. Antes de ese escándalo, Borrell ya había sufrido cómo desde el partido se le retiraba el apoyo cuando lo necesitaba y cómo fueron minando su persona con rumores y comentarios off the record que los periodistas se encargaban de airear sobre su vida privada; tampoco gustó nada al ‘aparato’ derrotado que llevase su oficina a la calle Gobelas en vez de mantener un despacho en Ferraz.

¿Podrá el aparato en el que están los principales barones, empezado por la derrotada Díaz, hacer lo mismo con Sánchez ahora? Hay que tener en cuenta que a Sánchez se le acusa de ser el que peores resultados electorales ha conseguido en el PSOE; que se le acusa de deslealtad por no informar a la Ejecutiva de sus planes de negociar después del pasado verano con Podemos y con los independentistas catalanes para lograr su apoyo para presentarse a una segunda sesión de investidura, algo por lo que no pasan los ‘barones’ y que les llevó a maniobrar contra el entonces líder socialista en octubre.

Sánchez tiene ahora la misión de «coser» el PSOE pero no es ningún secreto que el nuevo líder del PSOE tiene pensado organizar un partido fuerte y de leales como Odón Olorza, Margarita Robles, Susan Sumelzo, Adriana Lastra o Zaida Cantera, entre otros.

Quedan por delante unas semanas intensas hasta la celebración del 39 Congreso Federal previsto entre el 16 y el 18 de junio, del que saldrá la nueva Comisión Ejecutiva cuya composición será clave para determinar si la unidad de la que hablan todo tras las primarias se convierte en una mera declaración de intenciones. Un Congreso que deberá aprobar también la línea ideológica del partido y que Sánchez ya ha dejado claro que deberá inclinarse hacia la izquierda.

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