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Las claves de España en la OTAN: de su polémica entrada, a liderar las fuerzas de élite

El 30 de mayo de 1982 España se embarcó en una de sus aventuras de Defensa más polémicas e importantes que marcaron su futuro militar; su adhesión oficial a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El 10 de diciembre de 1981 el Gobierno de la Unión de Centro Democrático (UCD) dirigido por Leopoldo Calvo Sotelo firmó la integración de España en la Alianza, a pesar del escaso apoyo popular: tan solo un 18% de la población española estaba a favor de incorporarse a la organización. Más de 30 años después, la situación ha cambiado, y ahora, es un oficial español, el general de Brigada Jaime Íñiguez, el que comanda desde enero y hasta finales de año, el denominado Componente de Operaciones Especiales de la OTAN, uno de los pilares, junto con al aéreo, terrestre y marítimo, de la Fuerza de Respuesta Rápida (NRF, por sus siglas en inglés), la punta de lanza de la Alianza.

Las claves de España en la OTAN: de su polémica entrada, a liderar las fuerzas de élite

El 30 de mayo de 1982 España se embarcó en una de sus aventuras de Defensa más polémicas e importantes que marcaron su futuro militar; su adhesión oficial a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El 10 de diciembre de 1981 el Gobierno de la Unión de Centro Democrático (UCD) dirigido por Leopoldo Calvo-Sotelo firmó la integración de España en la Alianza, a pesar del escaso apoyo popular: tan solo un 18% de la población española estaba a favor de incorporarse a la organización. Más de 30 años después, la situación ha cambiado, y ahora, es un oficial español, el general de Brigada Jaime Íñiguez, el que comanda desde enero y hasta finales de año, el denominado Componente de Operaciones Especiales de la OTAN, uno de los pilares, junto con al aéreo, terrestre y marítimo, de la Fuerza de Respuesta Rápida (NRF, por sus siglas en inglés), la punta de lanza de la Alianza.

La entrada de España en la OTAN estuvo envuelta en polémica desde el principio. El Partido Comunista de España (PCE) y el Partido Socialista Obrero de España (PSOE) desarrollaron una férrea oposición a la decisión de la UCD, pero apenas dos años después de que el PSOE, encabezado por un joven Felipe González, alcanzara la victoria en las elecciones generales del 28 de octubre de 1982, el partido socialista viró su política y acabó pidiendo el «SI» a la OTAN. En enero de 1986 convocó un referéndum sobre la permanencia en la Alianza, que obtuvo el 52,54% de los votos a favor.

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Un soldado español, parte de las fuerzas de la OTAN monta guardia durante una misión de patrulla de rutina en la provincia de Badghis al suroeste de Kabul, Afganistán, el viernes 25 de mayo de 2007. | Foto: Fraidoon Pooyaa/AP Photo

«Si en 1981 el PSOE defendía que España debía colaborar con el equilibrio internacional no ingresando en la OTAN, en 1984 argumentaba que debía hacerlo permaneciendo en ella; si en 1981 alegaba que la OTAN legitimaba las dictaduras portuguesa, griega y turca, en 1984 afirmaba que la OTAN reunía países democráticos», resalta el informe Treinta Preguntas sobre la OTAN. Treinta años después del Referéndum elaborado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau.

Felipe González tomó la decisión de mantener a España en la OTAN, siempre y cuando se cumplieran dos principios: que la participación de España en la Alianza no conllevaría su incorporación a la estructura militar integrada; y que se mantendría la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en el territorio español. Finalmente, la primera premisa, como era de esperar, acabó incumpliéndose, y el 1 de enero de 1999 España culminó su incorporación plena a la estructura militar integrada de la OTAN.

La Fuerza de Respuesta Rápida (NRF)

Creada en 2003, la activación de la NRF respondería a un ataque a uno de los países de la Alianza y ante una crisis en otro escenario. Según establece la OTAN debe ser capaz de desplegarse en zona de operaciones de forma urgente e inmediata para hacer frente al cualquier conflicto que afecte a los países miembros o en cualquier escenario del planeta. Las Fuerzas Armadas españolas aportan el 80% de los efectivos de la NRF, la mayoría procedentes de unidades de Operaciones Especiales de los Ejércitos de Tierra y Aire, además de la Armada.

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El general Jaime Íñiguez Andrade, Comandante del MCOE. | Foto: Observatorio CISDE

La labor de este cuerpo es intervenir con acciones directas como, por ejemplo, rescate de rehenes y ataques a embajadas, y realizar labores de adiestramiento y mejora de las capacidades de otras fuerzas, como se está haciendo en Irak y Mali. Por suerte, por ahora no ha hecho falta la intervención de la fuerza, que permanece a la espera de los requerimientos de la OTAN las 24 horas del día y los 365 días del año.

La importancia del Artículo 5

La OTAN opera con arreglo al principio de que un ataque contra uno o varios de sus miembros se considera un ataque contra todos. Este es el principio de defensa colectiva, consagrado en el Artículo 5 del Tratado de Washington. Hasta la fecha, dicho artículo solo se ha invocado en una ocasión, en respuesta a los ataques terroristas del 11M de 2001 en Estados Unidos.

Por tanto, en caso de producirse un ataque armado contra uno de los integrantes, y que este invoque el artículo 5, cada una de las demás naciones, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la Parte o Partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte.

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Un fuzileiro portugués monta guardia en un bote antes del ejercicio Trident Juncture 2015 de la OTAN en Troia, al sur de Lisboa, el jueves 5 de noviembre de 2015. | Foto: Steven Governo/AP Photo

Cualquier ataque armado de esta naturaleza y todas las medidas adoptadas en consecuencia serán inmediatamente puestas en conocimiento del Consejo de Seguridad. Estas medidas cesarán cuando el Consejo de Seguridad haya tomado las disposiciones necesarias para restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales.

Financiación y compromiso del 2%

Cada país de la OTAN contribuye a los costos de dirigir la Alianza. Con mucho, la mayor contribución de los aliados se produce mediante la participación en misiones y operaciones lideradas por la OTAN. Por ejemplo, un país puede proporcionar aviones de combate, mientras que otro proporciona barcos, equipos o tropas.  En la Cumbre de Gales en 2014, los aliados de la OTAN se comprometieron a invertir más y mejor en defensa: detener los recortes y pasar a gastar el 2% del PIB en defensa para 2024. Hoy por hoy, tan sólo cinco países cumplen con este objetivo: Estados Unidos, Reino Unido, Grecia, Estonia y Polonia.

España se encuentra a la cola, con tan solo una aportación del 0,92% del PIB, por delante de Bélgica y Luxemburgo, aunque ya se ha comprometido a aumentar notablemente su gasto militar.

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Los soldados españoles saludan mientras salen de una base en las afueras de Skopje el jueves 27 de septiembre de 2001. | Foto: Vadim Ghirda/AP Photo

Los desafíos actuales

Creada en 1949 para hacer frente a la extensión de la ya extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) aglutina a 29 Estados -en su mayoría europeos- que cooperan para garantizar su libertad y seguridad por medios políticos y militares. Tras la desintegración de la Unión Soviética, la OTAN ha reformulado sus objetivos y actividades hasta apropiarse de la seguridad de todo el hemisferio norte.

Lucha contra el terrorismo: la OTAN desempeña un papel importante en la lucha contra el terrorismo y aporta más de 13.000 soldados de la OTAN para entrenar a las fuerzas locales en Afganistán. La OTAN también es miembro de pleno derecho de la Coalición Global para Derrotar a ISIS, y nuestro avión de vigilancia AWACS continúa apoyando a la Coalición. La OTAN también está entrenando a las fuerzas iraquíes para combatir mejor al ISIS, y nuestra nueva División de Inteligencia nos ayuda a anticiparnos y responder a las amenazas. En Nápoles, la OTAN ha establecido un ‘Eje para el Sur’ para ayudar a los Aliados a enfrentar la amenaza del terrorismo.

Defensa cibernética: los ataques cibernéticos son cada vez más comunes, sofisticados y dañinos, lo que hace que la defensa cibernética sea una prioridad para la OTAN. De hecho, ahora reconoce el ciberespacio como un «dominio operacional», como la tierra, el mar o el aire. La organización ayuda a los aliados a aumentar sus defensas cibernéticas al compartir información sobre amenazas, invirtiendo en educación y capacitación, y mediante ejercicios. La OTAN también tiene expertos en ciberdefensa que pueden enviarse para ayudar a los aliados bajo ataque.

Rusia, un viejo enemigo: Las relaciones con Rusia comenzaron después del final de la Guerra Fría, cuando Rusia se unió al Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (1991) y al programa de la Asociación para la Paz (1994). Las dos partes asumieron el compromiso recíproco de trabajar juntas para construir un continente estable, seguro e indiviso sobre la base de la asociación y el interés común en 1997. No es hasta principios de marzo de 2014 cuando las relaciones entre la OTAN y la Federación Rusa se deterioran significativamente, debido a la crisis en Ucrania y a la anexión rusa de Crimea, pidiendo la OTAN a Rusia que detenga sus acciones y afirmando públicamente su apoyo a la soberanía e integridad territorial de Ucrania. Así, el 1 de Abril de 2014, la OTAN emite un comunicado en el que anuncia que ha «decidido suspender toda la cooperación civil y militar entre la OTAN y Rusia».

Misiones en las que España participa

Para llevar a cabo sus misiones la OTAN lo hace desde dos perspectivas bien distintas: la política y la militar. A través de la primera, la organización promueve valores democráticos y permite que los miembros se consulten y cooperen cuestiones relacionadas con la defensa y la seguridad para solventar problemas, fomentar la confianza y, a largo plazo, evitar conflictos. Ocurre cuando los esfuerzos diplomáticos no dan fruto, momento en que la fuerza militar emprende operaciones de gestión de crisis. Estas operaciones se llevan a cabo bajo el amparo del artículo 5 o por mandato de las Naciones Unidas, y la Alianza los lleva a cabo por sí sola o en cooperación con otros países y organismos internacionales.

España ha contribuido con medios y con efectivos a las principales misiones y operaciones de la OTAN. Entre otras, a las misiones de Implementación y Estabilización (IFOR y SFOR), en Bosnia-Herzegovina, a la Fuerza multinacional de Kosovo (KFOR), a la Operación “Unified Protector” en Libia, a la Operation Ocean Shield de lucha contra la piratería en el golfo de Adén y el Cuerno de África, a la Misión FIAS (Fuerza de Asistencia Internacional de Seguridad, Afganistán)  o a la Operación naval Active Endeavour (OAE) contra el terrorismo en el Mediterráneo.

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