¿Por qué en Estados Unidos se vota en martes?
La decisión de votar en martes se tomó en el año 1845 con una ley que fue dictada cuando Estados Unidos era todavía un país agrícola
Megan Jelinger | Reuters
El próximo martes tres de noviembre Estados Unidos celebrará elecciones para elegir a su próximos presidente. Unos comicios en los que todavía no hay nada claro, a pesar de que todas las encuestas marcan como favorito al demócrata Joe Biden. En las de 2016 todos los sondeos fallaron y Donald Trump se convirtió en el 45 presidente de los Estados Unidos.
¿Volverá Donald Trump a la Casa Blanca, o será Joe Biden? No hay nada seguro, lo único claro es que las elecciones se celebran, una vez más, en martes. ¿Por qué en Estados Unidos se vota en martes? ¿Es día laborable o es fiesta?
La decisión de votar en martes se tomó en el año 1845 con una ley que fue dictada cuando Estados Unidos era todavía un país agrícola, la gente se desplazaba en carruaje o a caballo y solo votaban los hombres blancos.
Durante ese año, el Congreso decidió uniformar el hasta entonces caótico e inestable calendario electoral con la primera ley federal en establecer un día de voto común para toda la nación: el primer martes después del primer lunes de noviembre. En esa fecha había terminado la cosecha, todavía el clima permitía buenas condiciones en las vías y se evitaba que coincidiera con el cierre de cuentas de los comerciantes o la festividad de Todos los Santos para los católicos si las elecciones caían en el primer día del mes.
La mayoría de los ciudadanos tenían que hacer un viaje largo para ir a votar a la sede del condado en los lentos transportes de la época: carruaje o a caballo. Eso hacía imposible elegir el lunes como día electoral, ya que muchos tendrían que comenzar su trayecto en domingo, algo impensable al ser un día de iglesia y oración para los cristianos. Y es que votar durante el fin de semana no era una opción por motivos religiosos: el sábado podrían votar los cristianos pero no los judíos, que celebran su día sagrado conocido como «sabbat».
171 años después, Estados Unidos sigue votando en martes pese a las dificultades que presenta para los ciudadanos del siglo XXI ir a las urnas en un día laborable y lectivo. Hay algunas organizaciones como Vote.org que han intentado cambiar el día del voto, ya que afirman, «tenía sentido en el momento que se estableció la ley pero que ahora no tiene ningún sentido ya que casi todo el mundo trabaja».
Incluso en el año 2015, el congresista demócrata de Nueva York, Steve Israel presentó un proyecto de ley para que las elecciones pasaran a celebrarse el primer fin de semana completo de noviembre. «Votar debería ser fácil y accesible. Por eso en 1845 el Congreso decidió que votar en martes tenía sentido al ser el día más fácil para los agricultores en una sociedad agraria. Pero los tiempos han cambiado, en las legislativas de medio mandato de 2014 dos tercios de los que no votaron alegaron imposibilidad por horarios de trabajo o estudios», argumentaba entonces el legislador.
Además, Estados Unidos ocupa el puesto 138 de 172 países en porcentaje de participación electoral. Poco más de la mitad del electorado estadounidense, un 57%, participó en las elecciones del año 2016. El porcentaje ha crecido constantemente desde 1996, cuando apenas un 49% emitió su voto. En las polémicas elecciones del año 2000, cuando el Tribunal Supremo acabó declarando ganador a George W. Bush frente a Al Gore, participaron el 51% de los votantes; tres años después, ascendió al 56%.
Así, el próximo día tres de noviembre los americanos tendrán que ir a votar en día laborable y lectivo por una ley de 1845 que fue redactada antes de la industrialización, del fin de la esclavitud y del derecho al voto de afroamericanos y mujeres.
