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Moon Mothers: Por el poder de mi bendito útero

Moon Mothers: Por el poder de mi bendito útero

Creada por Miranda Gray, la comunidad mundial de Womb Blessing ayuda a las mujeres a despertar su auténtica feminidad a través de rituales de bendición de útero en los que canalizan la energía de la Luna

Ocurrió una noche de luna llena, el pasado 3 de diciembre para ser más precisos. Más de 175.000 mujeres, algunas reunidas en círculos, otras desde sus casas, pero todas en comunión con la Luna, despertaron sus a menudo olvidadas energías femeninas. Yo fui una de ellas.

Las Moon Mothers llaman al útero ‘caldero’ y lo consideran el gran centro de poder de la mujer, en estrecha conexión con las energías de la Tierra y la Luna, que en las antiguas tradiciones celtas era considerada la regente de los misterios de la naturaleza y un símbolo del espíritu femenino. Cuando hace más de veinte años la terapeuta y maestra de la feminidad sagrada Miranda Gray creó el método de Womb Blessing (la bendición de útero), se basó, entre otras mitologías, en ancestrales tradiciones druídicas y su culto al astro lunar, que influye tanto en las mareas como en las estaciones del año, el tiempo de la cosecha y, sobre todo, los ciclos de las mujeres.

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La Moon Mother explica al círculo de mujeres en que consiste la bendición de útero | Foto: Beatriz García / The Objective

“Visualiza tu útero convertido en un enorme árbol con dos ramas grandes que se bifurcan de las que cuelgan un par de frutos rojos y brillantes. Ahora imagina que ese árbol está enraizado a la tierra y sus raíces son tan profundas que se pierden en la oscuridad”, la Moon Mother Andrea Micheli, embajadora de la comunidad mundial de Womb Blessing y terapeuta, guía la meditación de un círculo de siete mujeres entre las que me encuentro. Es la última de las cinco bendiciones del útero mundiales que estas sacerdotisas de la Luna celebran anualmente y, por ello, la que cierra el ciclo.

“En nuestro ADN está la memoria de las mujeres de nuestra familia, incluso las que no hemos conocido”

Durante todo el día ha estado canalizando a distancia la energía de la Luna para despertar Lo Divino Femenino en las miles de mujeres que se han apuntado en la página de Miranda Gray para recibir la bendición, al igual que las otras 4.500 Moon Mothers iniciadas que hay alrededor del mundo. Consiste en desbloquear cada uno de nuestros centros de poder, desde el punto estrella, que se encuentra en la glándula pituitaria, hasta el cáliz o corazón y, obviamente, el útero-caldero que, a juzgar por lo poco que lo tenemos en cuenta, debe ser como uno de esos cazos pequeños en los que se hervía la leche.  

Ha convertido una sala de su espacio de terapias, el centro Espai Mima’t , en un lugar sagrado. Aquí las mujeres son libres de compartir su vida y sus miedos, de sentirse vulnerables ante las demás –siempre hay un paquete de pañuelos a mano- y, sobre todo, de dar y recibir. Porque no hay reglas en este lugar y esa es la única regla, dice Micheli.

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Esta bendición está dedicada al rayo de color rosa pálido, por eso las Moon Mothers visten ese color. | Foto: Beatriz García / The Objective

Los antepasados pesan

La hermandad que se crea en este tipo de rituales es difícil de explicar. Es casi como si todas las mujeres fueran Una, como una segunda presencia, una enorme energía suma de todas nosotras. Puede parecer muy místico, pero cuando las voluntades individuales se ponen al servicio de un rito colectivo ocurren cosas. De repente, imágenes extrañas cruzan por tu mente. Como cuando Andrea dice: “Ahora visualizad una luna radiante, blanca y planteada sobre vuestras cabezas, y los rayos de un color rosa pálido penetran en vuestro cuerpo y circulan por los brazos hasta las yemas de los dedos”. Y un resplandor te baña, igual que si hubiera una luna verdadera y estuvieses al raso. Y de repente, al menos en mi caso, la cara surcada de arrugas de una mujer que no he visto en mi vida apareció en esa noche imaginaria de mi mente.

“En nuestro ADN está la memoria de las mujeres de nuestra familia, no solo las que hemos conocido, sino todas ellas. Y a veces arrastramos patrones ancestrales heredados que nos producen un bloqueo que no es nuestro, pero si no nos liberamos continuará con nosotras”, explica la terapeuta. ¿Será que, como dicen los aborígenes, llevamos a los ancestros en la piel? ¿Era un antepasado aquella mujer que vi o un juego de mi imaginación? Pero no quiero irme por las ramas de ese árbol que se enraíza fuerte a la tierra. Lo crucial es que a veces un centro de energía se bloquea, incluso se agota, aseguran las Moon Mothers. Y uno de los motivos principales es nuestro estilo de vida.

La bendición de útero reconecta a la mujer con una parte divina y a menudo olvidada de ellas mismas

“La sociedad espera que las mujeres tengan energías lineales como los hombres, cuando en realidad transitamos energías cambiantes todo el tiempo. No nos motiva ni necesitamos lo mismo que ellos, pero desconectamos de lo que somos para encajar en estas expectativas tan poco realistas y nuestro cuerpo responde al estrés de muy diversas maneras: con problemas físicos y emocionales, incluso interrumpiendo nuestro ciclo menstrual. Si vivimos mucho en nuestras cabezas y tenemos poco conocimiento consciente de nuestro útero, perdemos nuestra sensualidad y la conexión con la Madre Tierra”, resume.

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Tras la energizar nuestros úteros, bebemos agua para purificarnos. | Foto: Beatriz García / The Objective

El poder de las emociones

No somos una única mujer, sino cuatro. Igual que las fases de la Luna. Cuando Miranda Gray se dedicó a explorar las antiguas mitologías y el folklore relacionado con la feminidad, descubrió la existencia de cuatro arquetipos que se activan en la mujer durante el ciclo menstrual: la doncella, vibrante y dinámica en la etapa anterior a la ovulación; la madre, creativa y amorosa cuando estamos ovulando; la hechicera, gruñona y sensible en los días previos al período, y la bruja, a la que cualquiera de nosotras o nuestros más allegados podrán imaginar…

De acuerdo a la embajadora de Womb Blessing, tras la bendición las mujeres experimentan una sanación profunda que cambia sus vidas: las reconecta con su centro de poder, una parte divina y a menudo olvidada de ellas mismas, reafirman su feminidad, aceptan su propia naturaleza cíclica y se viven procesos de transformación profundos y positivos. Y a veces sus beneficios parecen un milagro…

Tras una bendición hay un ‘mes de renacimiento’ en que las mujeres pueden experimentar cambios y se purifican

“Contamos con casos concretos de mujeres que han experimentado la mejoría de ciertos tipos de patologías tras someterse al Womb Blessing. Una de ellas tenía 17 quistes poliquísticos que se redujeron a cuatro. Yo, sin ir más lejos, sufría miomas y había entrado en quirófano dos veces. Después de varias sanaciones y bendiciones no volvieron a aparecer”, afirma Andrea. Y añade: “Como terapeuta, me atrevería a decir que gran parte de las enfermedades que sufrimos son producto de emociones mal gestionadas”.

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Después del ritual suelen experimentarse cambios durante unos 30 días. | Foto: Beatriz García / The Objective

Un renacimiento necesario

Enraizadas a la tierra, bañadas de luna, nos levantamos para que la Moon Mother energice nuestros calderos -¿Hace falta que recuerde que un caldero es un útero?-. Andrea Micheli extiende los brazos y los mueve atrayendo la energía y, colocándose un puño en la boca, la sopla en nosotras. Luego, todas juntas, bebemos agua en un cuenco de cristal. Así, dicen las Madres Luna, nos purificamos, aunque el proceso completo dure un tiempo. “Un mes de renacimiento” durante el cual puede que nos sintamos extrañas, eufóricas, deprimidas, ansiosas, o bien nos duela la cabeza o el útero nos dé algún pinchazo.

Sentadas como un grupo de amigas, comemos e intercambiamos impresiones. Ese es el momento en el que la ‘tienda roja’ obra su efecto como lugar sagrado y seguro. “Me da mucho miedo que la rabia que tengo acumulada salga sin control y que sea como abrir un armario y que todo se me caiga encima”, confiesa una chica. Otra asiente y comenta: “Una vez durante una sesión de Reiki sentí como si me acuchillasen el pecho”. Y entonces no puedo aguantarlo más y estallo: “Pues yo tengo ganas de llorar. ¡Pero no quiero!”.

Alguien me tiende el dichoso paquete de pañuelos. “¿En qué fase del ciclo estás? Vamos, si quieres contarlo…”, me pregunta Andrea. Le digo que estoy ovulando. “¿En serio? Percibo un desajuste energético de tu arquetipo. La energía de tu forma de ser es más como la hechicera y no como la madre, que rige la ovulación… El arquetipo está desajustado y necesitas una sanación”. ¿Me estaba llamando sensiblera y gruñona? Pues bien, que os den, que os den a todas. Nadie me quiere. Y Andrea estaba en lo cierto. Tras más de una semana de renacimiento, mi caldero parece más que nunca una olla a presión.

La energía de la Luna también beneficia a los hombres que en una sociedad patriarcal sufren desequilibrios

Dicen las Moon Mothers que cualquiera puede convertirse en una de ellas, que todas tenemos ese don. Y cuando una mujer aprende a canalizar la energía de la Luna puede ayudar incluso a las mujeres que han pasado por dolorosos procesos oncológicos. “He realizado sanaciones y bendiciones a personas que perdieron su útero y me contaban cómo hacía mucho tiempo que no lo sentían. Lo que ocurre es que el órgano energético jamás se pierde, aunque te lo extraigan en un quirófano”, apunta. También los hombres pueden beneficiarse de la sanación. Su energía masculina, en una sociedad patriarcal que es a la vez un desierto de feminidad, sufre con frecuencia desequilibrios.

Hace unos días le comenté a un amigo que había asistido a una bendición de útero. “¿Y qué? ¿Sentiste cosquillitas?”, me dijo. Tal vez no seamos las únicas que necesiten un baño de luna, ni que les estiren sus pequeñas raíces hasta que se sumerjan en la oscuridad más profunda. Quizás sea el momento de dejar de pensar con la cabeza y empezar a pensar (y sentir) con el útero. Como hacían nuestras ancestrales abuelas y también LAS SUYAS.

Miranda Gray es autora de los libros ‘Luna Roja’ (1994), ‘Momentos óptimos de la mujer’ (2011), ‘Las 4 fases de la Luna Roja’ (2014), ‘Mensajes espirituales para las mujeres’ (2014) y ‘El despertar de la energía femenina’ (2017).

 

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