Lobo descafeinado: el método de la naturaleza

Compartir la vida con un perro es un auténtico privilegio, pero también una gran responsabilidad. De nosotros depende que reciba todo lo que necesita para ser un perro estable y feliz. Por supuesto, cada perro, igual que cada familia, tiene sus propias necesidades y para poder satisfacerlas tenemos que poder comunicarnos con él de forma efectiva, pero no siempre es fácil. Afortunadamente, hoy en día contamos con profesionales especializados que pueden ayudarnos. Salvador López, adiestrador canino y creador de Lobo descafeinado: el método de la naturaleza es un buen ejemplo.

En su opinión, el perro “no es más que un lobo descafeinado que ha sido usado por el hombre a lo largo de la historia. Ya no caza ni corre para sobrevivir, no se comunica con otros de su especie y apenas lo entendemos. La mayoría de veces se aburre dormitando, frustrado al lado del sofá mientras espera a que le saquemos un rato a la calle”. Pero hay solución. Si logramos que se sienta útil, si entendemos su esencia y lo dejamos ser, conseguiremos una convivencia armoniosa y de paso, fortaleceremos nuestro vínculo con la naturaleza.

¿Qué implica entender a los perros como «lobos descafeinados»?

Implica conocer realmente a tu perro y así poder adaptarlo a la vida que le podemos ofrecer diariamente y tener la satisfacción de tratarlo con respeto y dignidad, sin sufrir problemas y disfrutando del proceso.

¿Por qué es importante el adiestramiento? ¿Son determinantes factores como raza, sexo o edad a la hora de adiestrar a un perro?

El adiestramiento en sí mismo no es importante. Adiestrar es el proceso mediante el cual una persona logra que un perro aprenda y adquiera destreza en algo. Este adiestramiento puede llevarse a cabo para lograr determinadas posiciones en el perro (postureo), para que el animal participe en competencias deportivas, etc. Lo importante para todos los perros es que se sientan útiles, que tengamos una buena comunicación con ellos, que se sientan equilibrados y sin problemas. Esto es lo que tenemos que aplicar en nuestro día a día y durante toda su vida.

Respecto a si es importante la raza, el sexo o la edad para adiestrar un perro, está claro que si se desea llegar a niveles competitivos en las distintas modalidades deportivas que existen, hay una selección detrás de cada perro. Pero para una vida urbana, que es la que van a llevar la mayoría de perros en la actualidad, en mi opinión, no hay factores determinantes.

¿Qué es lo más difícil de tu trabajo?

La formación a las personas, sin duda. Despertar sensibilidades, introducir cosas nuevas en su día a día. Aceptar y cambiar son cosas que requieren de voluntad.

¿Y lo más gratificante?

Que lo consigan. Ver que los problemas se van y disfrutan del proceso.

 

 

¿Hay algo que todos los propietarios de perros deberían saber? ¿Cuál es el error más común que cometemos los humanos en relación a la educación de los perros?

Sobretodo, ¡que es un lobo descafeinado! Que tiene instintos y necesidades diferentes a las nuestras. Que debemos respetarlos, conocerlos y amarlos.

El error más frecuente es pretender que el perro sea una cosa diferente a la que es y pensar que todos los perros son iguales, sin importar su evolución o su historia.

¿Existen perros agresivos por naturaleza?

La agresividad es un término que se utiliza a la ligera. Hay deportistas agresivos o gente que come o conduce con agresividad.

Sí que hay perros que actúan o reaccionan de una manera más agresiva y hay que estudiar el porqué. También hay que entender que los perros han tenido un proceso de selección de muchos años y oficios como pastorear una vaca o matar una rata, implican cierta “agresividad”.

Tienes dos productos registrados: un mordedor y una correa. ¿Qué los distingue del resto? ¿Qué beneficios aportan?

Lo que los distingue es cómo utilizarlos, cómo aplicarlos en el día a día. Con una formación personalizada, son herramientas que nos pueden ayudar en muchos casos.

Algunos consejos para tener una buena convivencia.

En nuestro entorno y nuestra casa:

-Tener una actividad acorde a las necesidades de nuestro perro que lo libere de frustración y lo ayude a sentirse útil. Esto acompañado de una buena comunicación, como la que le darían su padre y su madre.

En los paseos y en el exterior:

-Trabajar para que el paseo sea una actividad relajada y estructurada, con momentos donde practicar técnicas para liberarse de tensión y momentos donde explorar.

Hay muchas teorías sobre el comportamiento canino y muchas formas de trabajar ¿cómo puede un propietario asegurarse de que está contratando a buen adiestrador?

Con sentido común. A la hora de contratar un profesional para un trabajo, ya sea un pintor o un mecánico, las personas hemos desarrollado una forma de saber a quién elegir. Mi consejo es explicar, sin enredarse mucho, qué problema tienes y entender en qué va a consistir la formación que vas a recibir. Que garanticen el resultado siempre es un plus.

En cuanto a las teorías del comportamiento, hay muchas y más que habrá. Pero el cómo aplicarlas, es diferente. Puedo añadir que hacer un diagnóstico o echar la culpa a los dueños o al perro no es la solución. Tampoco recibir informes “copia y pega” o condicionar a un animal. Se habla de herramientas y barbaridades que se hacían en el pasado donde se maltrataba al animal que creo y espero que ya no se realicen, es más, habría que denunciarlas. Veo delfines condicionados saludando en piscinas, que cuando los liberan nunca vuelven a ser los mismos. También veo perros felices, cuanto más rural es el entorno, más felices los veo y sus dueños no han leído teorías, ni saben los “secretos de su mente”, ni premian, ni refuerzan, ni castigan. He visto perros en la naturaleza y están bien. ¿Por qué no hacer que se sientan igual en nuestro día a día?

 

Salvador López trabaja en Valencia y durante todo el año organiza actividades y talleres de fin de semana, como el de Búsqueda con perro de rebollones o el de Descenso de río con perro y acampada, para que las personas experimenten y practiquen junto a su perro y sientan, a través de su propia experiencia, sus necesidades y su naturaleza.