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Victoria Beckham en modo funeral, la mirada de la exnovia y otras joyas que deja la boda real

Desde el primer momento vimos que no iba a ser una boda real más, ni por los novios –ahora duques de Essex– ni por los invitados. Allí había para todos. La primera llegó con celebridades como David y Victoria Beckham. Él, estiloso y un galán como siempre, con gafas de sol y sus tatuajes asomando por el cuello y las muñecas. Ella, seria también como de costumbre y vestida de negro hasta los pies. Precisamente la ex Spice Girl fue blanco de las burlas, especialmente en España, donde no se le guarda un buen recuerdo: que dijera en su época en Madrid que el país olía a ajo no contribuyó a lo contrario.

Victoria Beckham en modo funeral, la mirada de la exnovia y otras joyas que deja la boda real

Desde el primer momento vimos que no iba a ser una boda real más, ni por los novios –ahora duques de Sussex– ni por los invitados. Allí había para todos. La primera llegó con celebridades como David y Victoria Beckham. Él, estiloso y un galán como siempre, con gafas de sol y sus tatuajes asomando por el cuello y las muñecas. Ella, seria también como de costumbre y vestida de negro hasta los pies. Precisamente la ex Spice Girl fue blanco de las burlas, especialmente en España, donde no se le guarda un buen recuerdo: que dijera en su época en Madrid que el país olía a ajo no contribuyó a lo contrario.

En el otro lado de la balanza aparecía el deslumbrante matrimonio de George y Amal Clooney. Ella, con un amarillo que eclipsaba todo lo demás, se llevó los elogios del respetable.

Hay quien hasta encontró en el vestido amarillo de Amal, entre la broma y la paranoia, un guiño de apoyo a los políticos presos en Cataluña.

 

 

Los invitados parecían completamente felices. Aunque, parece ser, hubo excepciones: ver cómo se casa tu ex de tantos años nunca es plato de buen gusto. Y si no que se lo pregunten a Chelsy Davvy, que atendió a la ceremonia con su pareja con esta cara.

Con otra expresión reaccionó el pequeño Brian Mulroney, que llevaba la cola del vestido de Meghan Markle, con el espectacular trabajo de Givenchy para la novia.

Además del niño, otro hombre que enamoró por su intervención en la boda fue el reverendo Curry, modernísimo leyendo desde el iPad, que se desplazó a la misa desde Nueva York, y que como gran admirador de Martin Luther King trasladó en la ceremonia un mensaje de paz: «Imaginad gobiernos que se guíen por el amor, ningún niño se iría a la cama hambriento nunca más».

Sus formas extravagantes y sus aspavientos, cierto es, dejaron dudas entre los más clásicos. La cara de la reina Isabel es un poema.

Finalmente, dos imágenes que encandilaron al mundo. Por un lado, la mirada cómplice y enamorada de los novios.

Y por otro, esa unión eterna entre hermanos. Cuando Harry acompañó a William a la ceremonia en 2011, y cuando William hizo lo propio con Harry en este 19 de mayo. Ese amor fraternal está por encima de todo.

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