Las criptomonedas están en pleno auge. La capitalización del mercado criptográfico ha alcanzado esta semana máximos históricos, rebasando el pico registrado el pasado mes de mayo, con el Bitcoin como punta de lanza de un sector que espera seguir pulverizando récords a corto plazo como resultado de las continuas innovaciones, la atracción de cada vez más inversores institucionales y la creciente democratización del uso de estos activos digitales.
Los expertos en criptodivisas coinciden en vaticinar un incremento incluso mayor a corto y medio plazo tras unos meses en los que el volumen de mercado y los precios de los principales activos han crecido ostensiblemente, con porcentajes difíciles de ver en otro tipo de inversiones tradicionales. Cada vez son más los que quieren un pedazo del pastel cuya guinda ha sido la aprobación en la bolsa de EEUU de un ETF basado en futuros de Bitcoin, lo que ha llevado a la criptomoneda más popular a alcanzar un nuevo máximo.
«El hecho de que los reguladores americanos hayan admitido un ETF sobre criptomonedas ha sido un espaldarazo enorme por parte del regulador», explica Raúl Marco, fundador de Carbono, a THE OBJECTIVE: «Esta noticia detrás de la última gran subida y es muy responsable de que Bitcoin haya roto su techo». Pero más allá de este hecho puntual, Marco apunta que «el sector lleva meses dando síntomas de muy buena salud».
Los inversores institucionales pierden el miedo a las criptomonedas
«La demanda no deja de crecer, las instituciones financieras ya le van perdiendo el miedo y están buscando formas de participar, y hay un flujo constante de capital y talento de empresas de cripto», asevera el fundador de Carbono: «El buen comportamiento de criptomonedas lleva durando todo el año; ya hubo un máximo histórico en mayo, pero después vimos las consecuencias de la prohibición de China de toda actividad relacionada con la minería o el intercambio de criptomonedas, que trajo unos meses valle».
Ahora, las perspectivas del sector son alcistas. «Todo apunta que, si no hay nuevas sorpresas, el final de año seguirá una tendencia positiva», sostiene Raúl Marco: «A día de hoy tenemos a los inversores institucionales tomando posiciones, al ecosistema empresarial echando humo y a los reguladores cada vez más concienciados de que este es un sector que conviene tratar con atención, por el riesgo que conllevaría regular torpemente un sector tan innovador».
Bitcoin es, con diferencia, la moneda más popular, la que más volumen de capital acumula y la que ejerce una suerte de «efecto arrastre con respecto al resto de criptomonedas». Menos conocidas, pero igualmente en auge, las llamadas ‘altcoins’ aprovechan el impulso de Bitcoin, que repercute en el resto de criptodivisas esa entrada de capital.
La fiebre de las ‘meme coins’ como Shiba Inu
Las innovaciones tecnológicas y financieras que aportan estas criptomonedas alternativas atraen cada vez a más inversores. Algunas han permitido conseguir beneficios de varios miles por cien en cuestión de semanas, pero los expertos advierten también del riesgo que entrañan este tipo de inversiones. «Muchas de estas altcoins son proyectos que acabarán cayendo, pero alguna logrará colarse entre las diez primeras», apunta por su parte David Fraile, analista financiero especializado en criptomonedas.
Fraile destaca también en declaraciones a este diario el auge de que están experimentando las conocidas como ‘meme coins’. La más popular es Doge Coin, una criptomoneda que hace unos meses pulverizó todos los récords pese a carecer de un proyecto sólido detrás, secundada por Elon Musk, cuyas publicaciones relacionadas con este asunto tienen la capacidad de disparar el precio de todas las monedas-perro. El afán especulativo ha llevado a multitud de inversores a decantarse por este tipo de criptodivisas y ese interés a su vez ha derivado en una mejora de las propuestas que estas ofrecen, disparando así su valor.
Uno de los ejemplos de ‘meme coins’ más conocidos es el de Shiba Inu, que en pocos meses ha logrado colarse entre las 20 criptodivisas más populares gracias a la solidez de su proyecto y a la fidelidad de sus compradores
Uno de los casos más conocidos es el de Shiba Inu, nacida el pasado verano con el sobrenombre de ‘Doge killer’ -para captar capitalización a costa de Doge Coin- y que en las últimas semanas ha experimentado una espectacular explosión. Shiba Inu ha logrado colarse entre las veinte primeras criptomonedas al cuadruplicar su precio en cuestión de días apoyada por una fuerte comunidad de fieles seguidores, los cuales han apostado por una ‘meme coin’ que va más allá de la mera especulación al contemplar el desarrollo de un proyecto propio que incluye la quema de monedas -cada vez habrá menos en circulación-, el desarrollo de una plataforma propia o la comercialización de una colección de 10.000 NFT, que son una de las últimas innovaciones del sector: tokens únicos, una nueva forma de arte.
«Más allá de Bitcoin hay un montón de innovaciones tecnológicas y financieras que los inversores ya van descubriendo y que son también muy interesantes. Las finanzas descentralizadas (DeFi) están compitiendo en rentabilidad con formas de inversión más tradicionales, y son un fenómeno nativo de cripto; y el mundo del arte y el coleccionismo está viendo entrar los NFTs como un tsunami, y son otra innovación nacida en cripto. Tanto DeFi como los NFTs nacieron al margen de Bitcoin», concluye el fundador de Carbono.
