THE OBJECTIVE
El clon de la semana

La Consti tiene ya 45, y Felipe la barba blanca

«¿Qué pensarían los padres de la Constitución y, señaladamente los de izquierdas sobre el desmontaje de ésta a cámara lenta y de la subasta de la soberanía nacional en Suiza con un mediador internacional centroamericano?»

La Consti tiene ya 45, y Felipe la barba blanca

El rey Felipe VI. | Alejandra Svriz

¿Quién habría pensado hace 45 años cuando, gracias a unas Cortes constituyentes, la Constitución se aprobó con gran entusiasmo político y refrendario (menos en el País Vasco, cierto es, donde el fruto del huevo de la serpiente gozaba de buena prensa incluso fuera de su madriguera, y donde el PNV ya cosechaba sus primeras nueces) que, 45 años después, el país estaría mucho más polarizado (de hecho en 1978 apenas lo estaba, pues salvo algunos ya por entonces nostálgicos  del franquismo, la inmensa mayoría de españoles anhelaba una democracia representativa a la europea), más dividido, en un proceso claramente destituyente y gobernado por una izquierda autoradicalizada y dependiente de partidos independentistas?

¿Qué pensarían los padres de la Constitución (sólo quedan dos, Herrero de Miñón y  Roca Junyent) y, señaladamente los de izquierdas,  Peces-Barba, Solé Tura, sobre el desmontaje del marco legal de convivencia a cámara lenta y de la subasta de la soberanía nacional en Suiza con un mediador internacional centroamericano? Ciencia-ficción. 

¿Y quién habría imaginado que el rey Juan Carlos estaría no exiliado —hablemos técnicamente— sino desterrado e impedido de poder asistir a la jura de la heredera de su Corona? 

Pero las tragaderas de la sociedad española son infinitas, al calorcillo de una madre Europa que, mal que bien, garantiza una estabilidad de fondo, como se ha demostrado con el caso de Polonia: la UE no ha tenido que intervenir para sancionarla por sus desmanes en cuanto a la independencia judicial: un mero cambio de gobierno parece remedio suficiente.

El desmontaje del Estado de derecho apenas está teniendo respuesta en Europa (nadie espere de la Comisión o del Tribunal Europeo reprimenda alguna por la ley de Amnistía, que yace en el cajón de «Asuntos Internos» del que nunca saldrá. Nadie va a cuestionar el europeísmo de Sánchez, duramente labrado a base de concesiones, por mucho gallos que puedan salir a veces de su boca. Nada se valora más en Bruselas que a aquellos representantes de los estados miembros dóciles con la doxa. Y el reciente  nombramiento de Calviño a la presidencia del Banco Europeo –pronto se verá a cambio de qué concesiones, ¿la candidatura de Madrid para la nueva agencia Europea de Antiblanqueo– es un espaldarazo no sólo a las políticas económicas del Gobierno sino a la propia persona de Sánchez. ¿Alguien imagina para ese cargo a un húngaro o al candidato de Meloni? Y eso que su candidato, Daniele Franco, era el antiguo ministro de economía del muy centrista y europeísta gobierno de Draghi…

El hecho de que Vox y los nacionalindependentistas se ausentasen de las celebraciones de la Constitución, de que el PP no aplaudiese el discurso partidista de la Presidenta del Congreso, pero que Podemos y Sumar, contrarios a la propia Constitución, sí estuvieran, bastaría para acreditar hasta qué punto la sociedad española ha cambiado, perdiendo gran parte de su cohesión interna. Y el hecho de  que el PP y el PSOE sumen casi el 70% de la representación política no es óbice para que gobiernen los enemigos de la constitución, por poderes. Los socios de Sánchez, Sumar y los nacionalistas antiespañoles, han convertido al PSOE en una formación supeditada a los intereses de su caudillo, sin mayor horizonte ni programa que la perpetuación en el poder. 

Sólo la esperanza en futuros comicios permite encarar los próximos tiempos con una relativa pero necesaria serenidad, esa misma serenidad que encarna la blanca barba de Felipe, a falta de poder verbalizar su poseedor la preocupación compartida.

Coda 1) Alarmismo. Otra vez la matraca del aumento de los asesinatos de pareja. 53 mujeres frente a las 49 del año pasado. De hecho, el propio gobierno en su oficialísima página de Moncloa recuerda que en los últimos 20 años ese tipo de muertes ha bajado en casi un 30%. España sigue siendo uno de los mejores países de Europa y del mundo para ser mujer. Respetando profundamente las tragedias individuales que suponen el asesinato de cualquier persona a manos de su pareja, para la víctima y su familia (también la del asesino), hay que denunciar esa insistencia alarmista en el aumento: se trata de cifra de escasísima trascendencia estadística y que suponen, hablando en cifras con decimales, que el riesgo de que una residente española sea asesinada por su pareja este año ha pasado del 0,00000212244 % a ser del 0,00000200008 %. Me abstengo, por decoro, de comparar con las probabilidades que ha tenido un residente español de morir suicidado, o por accidente de coche, y no digamos por accidente laboral en ese mismo lapso de tiempo. Y de comparar los presupuestos públicos de prevención respectivos.

Coda) Vocalizando. El vocal del CGPJ José María Macías vocalizando y colocando en su sitio al periodista del régimen, Xabier Fortes (quien sermonea incansable, noche tras noche, sobre los aciertos del gobierno de Sánchez en «la pública») y, sobre todo, haciendo hincapié en una verdad incómoda: el método democrático no es el mejor para la elección de los miembros del CGPJ. Verlo todo a partir de 50’ 30 aquí; y en 1h 1’ 10, la gran y verdadera inconoclastia: «No es lo mejor el principio democrático…»). 

Coda 2) La vieja guardia. También en Francia, la izquierda bienpensante acusa a los en su día muy influyentes intelectuales de izquierdas (Onfray, Finkielkraut, Glucksmann, Debray) de haberse trasladado con armas y bagajes a la reacción derechista cuando no abiertamente fachista. Hasta el socialista Manuel Valls se habría pasado al lado de los traidores. Y no serían cosas de la edad,  sino del poder, según el nuevo mandarín Jordi Gracia, en La Paisa Today, refiriéndose a los Savater, Azúa, Juaristi y Cía. Cuán complicado se hace ser de derechas, sobre todo cuando uno no es de derechas.

Coda 3) Peñazos de Peñafiel. Aun suponiendo que algo de cierto haya en los chismorreos embarazosos y embarazantes sobre la vida sentimental de la reina Letizia, que a nadie importan, pero que vuelven cíclicamente al escaparate mediático a cuenta de la salida en librerías del último peñazo de Peñafiel, Letizia y yo (léase Yo y Letizia), lo lamentable es el reiterado trato discriminatorio de que es objeto la familia real: ¿alguien concebiría y algún editor se atrevería a publicar turbios libros de supuestas andanzas sentimentales de los políticos más conocidos del país? La prueba, una vez más, del papel sacrificial de las monarquías parlamentarias modernas, siempre de guardia para expiar los pecados de sus pueblos.

Diagrama

Descripción generada automáticamente

Conversación maldita junto al verificador internacional: 

-Buenas, lo primero es nombrar a un verificador, porque desconfiamos de ustedes.

-Pues este Galindo.

-¿Galindo? ¿El de Intxaurrondo? De indultos algo sabe…

– No, este Galindo de San Salvador, el de las FARC

– Ah, Por el idioma, claro.

-No, no, habrá pinganillo.

– ¿Y eso?

– De español a salvadoreño.

-Pero entonces ¿por qué él?

– Porque es de la Onu.

-Bien, si tienen ustedes Onu, nosotros tendremos dos, con el de Junqueras.

-Empecemos sin Puigdemont.

-¿Y eso?

 – No tardará, está saliendo del maletero.

-¿Es que ha venido a Suiza en coche?

– No, vino ayer en tren.

-¿Y entonces?

– Ha dormido en el maletero. Es que no se fía.

-¿De quién?

-De los de Putin.

-¿Y eso?

-Quieren recuperar el anticipo.

-¿Qué anticipo?

-El dinero para los tanques por si los mossos tenían que ir a la guerra.

-Bueno, mientras esperamos a Puigdemont, ¿qué toman?

-Champán del caro.

-Anote, Galindo, anote…

-Empecemos: quedamos en que ustedes nos pedirán el 100% de los impuestos y nosotros les daremos el 90%.

– No, nosotros pediremos el 90% y ustedes nos darán el 100%.

– ¿Y eso?

– Para tener ya un punto del acuerdo verificado.

-Anote Galindo, anote.

-Luego lo de la consulta: ustedes quiere un referéndum de independencia y nosotros ofrecemos el viejo Estatut de Zapatero, ¿no?

-No, ya nos vale el viejo Estatut de Zapatero. Pero diremos que no lo queremos.

-¿Y eso?

¿Para que Puigdemont pueda decir que no vuelve a Cataluña.

-¿Y eso?

– No quiere decir “Jo sóc aquel”; vive mejor en Waterloo. 

-Entendido.

-Pero esto no lo tiene que anotar Galindo.

– No anote Galindo, no anote.

-Estamos avanzando con mucha discreción, ¿no les parece?

-No está mal, y el chalet suizo tampoco está mal.

-Pues, bueno, pues molt bé, pues adiós… 

-Nos reuniremos el mes que viene en otro chalet-franco, si les parece bien.

-Se lo diremos a Puigdemont cuando llegue, y luego Galindo se hará una foto de verificación con él.

– Hemos trabajado bien. Hasta el mes que viene.

-Que vaya bien el viaje de vuelta a Madrittttt. 

-Gracias, y Felices Navidades.

– Igualmente…¡y próspera polarización!

– Lo mismo les deseo.

(Sale Cerdán del chalet suizo y ve llegar a un hombre con un pasamontañas)

-¡Hombre, Puigdemont! Ya hemos acabado la reunión y ha ido muy bien.

– Lo sé, la he estado siguiendo por Pegasus desde el maletero…

– Vaya por Dios…  bueno, así Galindo ya no tendrá que hacerle un resumen.

-Lo tenemos todo grabado, por si las moscas, ya me entiende…

-Claro, claro, Sánchez le manda recuerdos.

– Díganle que es un hombre de suerte.

– ¿Y eso?

– Porque esta ha sido solo la primera reunión, y ha sido sin Puigdemont.

-¿Y las siguientes?

– En el maletero.

-¿Y eso?

– ¿Porque no nos fiamos?

– ¿De los rusos?

– No, hombre, no, de Galindo.

– ¿Y eso?

-Es que nos lo recomendó Otegi.

– ¿Y eso?

– Por aquello de las FARC.

– ¿Y eso?

– Es que nosotros sí que somos gente de Paz.

– Como Otegi.

– Pero de derechas.

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