Su llegada a Moncloa se produjo en el mes de julio, a propuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ofreció a la entonces presidenta de Patrimonio, María de los Llanos Castellanos, un puesto como número dos en su gabinete a las órdenes de Óscar López. Un puesto menor para alguien que, según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, «iba diciendo que sería ministra» y cuya ambición personal no tardó en provocar las primeras fricciones.
Según ha podido saber THE OBJECTIVE, apenas pasaron 15 días hasta que se produjo el primer choque con el jefe de gabinete del presidente, Óscar López, a quien le desautorizó en varias ocasiones, actuaba de número 1, en lugar de número 2. El retrato que hacen de ella en el PSOE madrileño, donde milita desde hace pocos años pese a que proviene del PSOE de Castilla La Mancha, es el de «una mujer muy ambiciosa, que va de lideresa» y que «se ha pasado de frenada».
Sánchez apoyó a López
Una visión compartida por fuentes gubernamentales que relatan cómo las desavenencias iniciales fueron a más en un corto periodo de tiempo, ya que apenas ha permanecido tres meses en Moncloa: «iba de estrella, se enfrentaba a él, le discutía de cuestiones políticas que desconoce y sin conocimiento del partido» en comparación con Óscar López quien «conoce a la perfección el aparato y la organización y tiene una profunda visión política».
Diferencias que llegaron incluso a la mesa del presidente. «El presidente tuvo que intervenir y defendió a Óscar, pese a que Llanos es una apuesta suya» y la decisión fue inevitable: su salida de Moncloa en una destitución que sólo buscaba «quitarla de en medio» del gabinete y facilitarle el trabajo a López, quien «quería unir verdaderamente unir al partido».
Una «patada para arriba» a Ferraz
Es decir, «Llanos ha sido verdaderamente cesada», como se publicó este miércoles en el Boletín Oficial del Estado con una fórmula estándar que no revela los matices de la decisión ni la intrahistoria de la relación. La versión oficial del Ejecutivo es que sale de Moncloa en un «ascenso al partido» como nueva Secretaria Ejecutiva de Justicia, Relaciones Institucionales y Función Pública, puesto que era supuestamente incompatible con su función de directora adjunta del gabinete en Moncloa. Un argumento que queda en entredicho con la doble función de varios ministros que entran en la Ejecutiva como Félix Bolaños o Isabel Rodríguez.
Su entrada también contempla una «patada para arriba» para la expresidenta de Patrimonio Nacional que es del agrado del también secretario general del partido: «a Pedro le gusta mucho», y a quien se le augura una prometedora carrera política, si es capaz de dosificar su empuje y disimular sus aspiraciones.
