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La moda de las operaciones de aumento de estatura: 10.000 euros por crecer un centímetro

A través del innovador método del clavo electromagnético, una persona puede ganar hasta 16 centímetros de altura extra

La moda de las operaciones de aumento de estatura: 10.000 euros por crecer un centímetro

El doctor Javier Downey lleva a cabo una intervención | Instituto Hispalense de Pediatría (IHP)

Bótox, liposucciones, aumentos de pecho, trasplantes capilares… Las intervenciones de cirugía estética están hoy a la orden del día. Se han ido incorporando paulatinamente a nuestra vida cotidiana hasta convertirse en algo tan común como ir a la peluquería o al dentista. Pocas cosas sorprenden a estas alturas. Sin embargo, la nueva moda que ha estallado en Estados Unidos y que acaba de llegar a España tiene un punto de ciencia ficción que no dejar de llamar la atención. Se trata de las operaciones de aumento de estatura, un procedimiento que, aunque a priori pueda parecer sorprendente, hace ya varios años que se practica en varias partes del mundo.

Un ‘boom’ entre los ingenieros de EEUU

Según el cirujano especialista en alargamiento óseo de Las Vegas Kevin Debiparshad, esta moda ha crecido especialmente en Estados Unidos durante la pandemia. Y todos sus clientes tienen una característica común: son ricos. Lo curioso es que la mayoría de ellos, según el médico, proceden de un mismo sector profesional. Aunque comenta que ha tratado a directores ejecutivos, actores y empleados de finanzas, destaca especialmente la cantidad de trabajadores del mundo de la tecnología que acuden a su clínica.

«Tengo como 20 ingenieros de software siguiendo este procedimiento en este momento. Hay pacientes de Google, Amazon, Facebook y varios de Microsoft», recalca. Sillicon Valley, sede de las grandes compañías tecnológicas a nivel mundial, se ha convertido en el epicentro de esta tendencia que, aunque por ahora solo ha alcanzado repercusión en Estados Unidos, poco a poco se está abriendo paso dentro de nuestras fronteras.

El perfil: varones entre 25 y 40 años

«Llevamos desde el año 2019 realizando este tipo de intervención», apunta en declaraciones a THE OBJECTIVE el doctor Javier Downeytraumatólogo especializado en patologías y deformidades óseas y miembro fundador de la Sociedad Española de Ortopedia. Downey, cuyo centro pertenece al Grupo Orthopediatrica del Instituto Hispalense de Pediatría (IHP), es uno de los pocos especialistas de España en realizar la técnica de alargamiento de huesos en personas perfectamente sanas y con fines meramente estéticos.

El método denominado como elongación ósea u osteogénesis por distracción fue concebido originalmente para tratar a personas con algún tipo de «displasia ósea», como por ejemplo la «acondroplasia» (mal llamada enanismo de forma coloquial). También se emplea para corregir deformidades óseas o «discrepancias de longitud entre los miembros inferiores» conocidas como dismetrías, para el tratamiento de diferentes enfermedades genéticas como la osteogénesis imperfecta (huesos de cristal), así como para casos de desgaste o pérdida de huesos a causa de traumatismos o tumores.

Sin embargo, «cada vez son más las personas» sin ningún tipo de patología interesadas en hacerse esta operación, sostiene el doctor, simplemente «para aumentar su estatura». El especialista revela que la mayoría son varones de entre 25 y 40 años de edad que están «descontentos con su altura», lo que les crea problemas de autoestima en su vida cotidiana.

La operación

El experto explica a este diario en qué consiste la operación y sus diferentes fases. En primer lugar se fracturan los huesos de la pierna (tibia o fémur, o ambos, en función del aumento de estatura deseado) mediante la técnica de osteotomía. El traumatólogo advierte de que este proceso ha de realizarse con sumo cuidado «para no alterar la vascularización del hueso», ya que si se hace de forma «muy violenta» puede provocarse que no llegue a crecer. A continuación se introduce un clavo electromagnético, que se fija con dos tornillos a cada uno de los extremos de hueso cortados.

Diez días después de la intervención se inicia la fase de alargamiento o «fase de distracción». En esta etapa, el paciente comienza a utilizar, siguiendo las instrucciones del doctor, un dispositivo de control remoto externo que emite una serie de ondas electromagnéticas que, al ser recibidas por el clavo, este se va desenroscando «como si de una antena de coche se tratara». Con esto lo que se consigue es alargar el hueso poco a poco, al ritmo predeterminado programado en función del caso particular y de cuántos centímetros quiera ganar el paciente. «Lo habitual es un aumento aproximado de estatura de un milímetro por día», precisa el doctor. «Este ritmo se va adaptando según la velocidad a la que se va desarrollando el hueso».

Una vez alcanzada la longitud deseada comienza la «fase de consolidación ósea». En este periodo no se hacen ajustes adicionales en el clavo y se permite que el nuevo hueso crezca en el espacio creado. «El proceso finaliza cuando el hueso se ha regenerado por completo y está fuerte». Un alargamiento de ocho centímetros tarda unos tres meses en completarse. Tras ese periodo han de pasar otros dos o tres meses para poder caminar sin apoyos. En total son unos seis meses de postoperatorio.

Hasta 16 centímetros de altura ‘extra’

Javier Downey, que es pionero en España en el uso del clavo magnético, asegura que a través de este procedimiento es posible aumentar la altura de una persona hasta en 16 centímetros. «Es el resultado máximo y requiere cerca de un periodo de dos años», aclara. Una garantía de resultados que, subraya, se cumple «habitualmente» si los pacientes hacen correctamente sus sesiones de fisioterapia. No obstante, también admite que en aquellos casos en los que surge algún tipo de complicación no se continúa con el proceso de alargamiento, porque «podría comprometerse la funcionalidad de la extremidad».

Aunque, como adelanta el especialista, los interesados en someterse a esta operación aumentan cada vez más con el paso del tiempo, puntualiza que continúa siendo una técnica «al alcance de muy pocos», debido a sus altos costes. Unos precios «prohibitivos» por los que se llegan a pedir hasta 10.000 euros por centímetro en función del método empleado, lo que da lugar a muchos «curiosos» que preguntan por la intervención pero que no disponen de los recursos para pagarla. Aunque en la clínica de Downey aún no han llegado a la decena de casos, se espera que la cifra aumente una vez se consolide esta técnica en nuestro país. «Aún estamos empezando», dice.

El auge de la cirugía estética

En una sociedad como la nuestra, tan inmensa y a la vez tan empequeñecida, constantemente acosada y asfixiada por la tiranía omnipresente de la idealización y la búsqueda incesante de la perfección, todos conocemos a alguien que, en mayor o menor medida, se ha hecho algún que otro retoque estético. Los resultados puede ser de lo más variopintos y para todos los gustos, pero, generalmente, contribuyen a mejorar el bienestar físico y emocional de las personas que se someten a ellos.

El aumento de estatura es una de las últimas y más sorprendentes prácticas en irrumpir en un sector de la cirugía estética que cada vez cobra mayor protagonismo a nivel mundial, donde, según datos del portal Statista, alcanzó los 12.580 millones de dólares de valor de mercado en 2020.

España en el top 5

Con respecto a nuestro país, un estudio presentado por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) sitúa a España como el quinto país del mundo que más intervenciones estéticas realizó en 2021, con más de 447.000 operaciones. Por delante se sitúan Estados Unidos, Brasil, México y Alemania.

Entre los datos destaca que el 40% de la población española ha utilizado los servicios de medicina estética en alguna ocasión. Entre ellos, el 71,8% son mujeres y el 28,2% son hombres. Además, la edad media de acceso a la medicina estética se ha reducido ostensiblemente, pasando de los 35 a los 20 años.

Entre las mujeres, el 39,2% ha recibido un tratamiento facial, el 34,3% un tratamiento corporal, el 10,8% un tratamiento antienvejecimiento, el 6,3% un tratamiento capilar y el 9,4% otros tratamientos. Las operaciones más solicitadas por ellas son las de aumento de pecho, la liposucción, la blefaroplastia y la abdominoplastia.

Con respecto a los hombres, el 16,1% ha recibido un tratamiento corporal, el 18,1% un tratamiento facial, el 12,8% un tratamiento capilar, el 8,0% un tratamiento antienvejecimiento y el 45% otros tratamientos. Especialmente destacable es el extraordinario aumento de la demanda de trasplantes capilares tras el confinamiento, que se disparó hasta un 300% más que el año anterior.

España dispone ya de 6.305 centros sanitarios autorizados por el Ministerio de Sanidad para ejercer la medicina estética, lo que supone un 20,2% más respecto a los 5.244 en 2019.

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