La lava que emite el volcán de Cumbre Vieja de La Palma ha destruido 1.817 edificaciones, 269 más que en el anterior recuento. Según la última medición del sistema de satélites europeo Copernicus, las coladas han cubierto 52 nuevas hectáreas en las últimas 24 horas, por lo que asciende hasta las 732 hectáreas el total de superficie sepultada.
El comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) ha constatado que hay aporte de lava en todas las coladas, incluyendo las que se consideraban prácticamente detenidas. Las de mayor actividad son las situadas al norte de la colada primigenia, aunque, según el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), se estima que no atravesarán el barrio de La Laguna, completamente evacuado. El frente, de unos siete metros de espesor, ha superado el flanco sur de la montaña de La Laguna y avanza entre las plataneras con dirección hacia el mar, según los expertos.
El volcán de La Palma se ha instalado en una fase en la que emite más lava y menos ceniza, con desbordamientos puntuales de magma en el centro emisor, en todo caso de corto recorrido, lo que ha provocado que la colada más activa siga avanzando, si bien no se prevén más evacuaciones de población.
Esta mayor aportación de magma, que en la pasada madrugada alcanzó velocidades de hasta 250 metros por hora, se ha visto reflejada en el incremento de la superficie afectada, según la medición de Copernicus.
El director técnico del Pevolca, Rubén Fernández, ha explicado que estos ramales de la colada situados más al norte de la primigenia están a aproximadamente un kilómetro de la costa y que la previsión es que, si llegan al mar, formen una nueva fajana, aunque ello dependerá de la orografía de la zona y de cuál sea su trayectoria final. Fernández ha indicado que en el corto plazo no se barajan nuevas evacuaciones, aunque todo está condicionado a la evolución de las coladas.
