Chefs internacionales cocinan una paella para miles de migrantes en Tijuana

Más de 30 chefs internacionales cocinaron una paella gigante este domingo para al menos 2.300 migrantes de la caravana centroamericana que conviven en el albergue El Barretal, en Tijuana, mientras esperan para cruzar a Estados Unidos o regularizar su estancia en México.

Paella Solidaria sin Fronteras fue el nombre de esta iniciativa del chef español Armando Rodiel, ‘El Valenciano’, y su colega mexicano Vicente Ortiz, ambos residente en el sur de California, Estados Unidos.

Con 600 kilos de arroz y tonelada y media de leña empezaron de madrugada a preparar lo que llamaron «un plato de amistad», que busca llevar un poco de alegría a los migrantes, explicó Rodiel, empresario restaurador en la ciudad estadounidense de San Diego, fronteriza con Tijuana, conocido como el fundador en Estados Unidos del festival ‘Paella Wine & Beer Fest’.

Cuando se encendió el fuego con leña en las proximidades del albergue temporal El Barretal, y se puso en marcha el cocinado del plato valenciano, decenas de migrantes se dispusieron a ayudar a los chefs añadiendo ingredientes y salteando el arroz con las distintas carnes y verduras.

El evento, planificado hace dos semanas, al que se fueron sumando otros cocineros que suelen participar en causas sociales, no tiene motivaciones políticas, aseguró Rodiel. El objetivo «es hacerles un menú diferente, no queremos entrar en controversias. La paella no tiene fronteras», dijo Rodiel.

No sólo se unieron al esfuerzo cocineros. Al acto solidario también asistió Benjamín ‘Ben’ Hueso, senador demócrata y representante de los condados de San Diego e Imperial, ambas ciudades estadounidenses muy cercanas a la frontera, en las que vive un alto número de hispanos. «Estamos celebrado con nuestras hermanas y hermanos migrantes, les preparamos una cena de Navidad para que disfruten. Esperemos que tengan el éxito que buscan, un mejor porvenir para sus familias y queremos que lo logren», aseguró el legislador estadounidense.

Además, unos 30 voluntarios se sumaron a la preparación del plato. «Da mucha satisfacción, en estos momentos tan difíciles para ellos, compartir un poquito de lo que tienes, un poco de cariño con cada uno de ellos», describió Sergio Infanzón, coordinador de la Coalición de Migrantes Mexicanos, que viajó desde Estados Unidos para servir paella este domingo.

Navidad en espera

«Todos somos hermanos, todos deberíamos ayudarnos cuando podamos y tengamos la oportunidad», dijo Luis Arriaga, migrante hondureño, que ya conocía la paella, a diferencia de otros acompañantes. A Luis le supo «fenomenal» la comida, pero no solo por su sabor, sino también por la circunstancia en que pudo probarla: «Tal vez a estas horas yo ya hubiera perdido la vida, si estuviera allá» en Honduras, dijo.

Arriaga viene de San Antonio de Cortés, municipio de 20.000 habitantes, de donde partió junto con su esposa y su único hijo de año y medio, huyendo de la violencia y pobreza como el resto de los migrantes.

«Allá vivía con miedo, por eso salimos para buscar el asilo en Estados Unidos y mientras estamos aquí, esperando nuestro turno», contó sentado, mientras miraba a su niño divirtiéndose con un juguete que le dieron como regalo navideño, informa AFP.