THE OBJECTIVE
Cultura

Johnny Cash, la muerte no mata la eternidad

Libros del Kultrum edita en España una precisa biografía y la primera antología de canciones de la leyenda del ‘country’

Johnny Cash, la muerte no mata la eternidad

Johnny Cash y su mujer. | Europa Press

Vestir el negro no es un simple uniforme civil. Deambular cual elegante enterrador es honrar a los muertos de todos los vivos. Es identificarse con los pobres de bolsillo y de corazón. Abrazar, en la distancia, a quienes han sido traicionados por la diabólica matriz de una existencia siempre sedienta de ruinas. ¿Dónde se refugia la redención? ¿En qué oscuro agujero agoniza la salvación de los desterrados, los bastardos venidos al mundo sin deseo y los forajidos de la felicidad? ¿Quién cobija la paz de aquellos que se tambalean en la cuerda floja, cuando Dios ha decidido dejarlos a su suerte?

Johnny Cash siempre vistió el negro, y cantó desde su tinieblas para dar luz a esos desamparados. Johnny Cash supo, con una voz como un tren de mercancías, robusta y noble, aullar con la gravedad suficiente para abrirse paso hasta esas mejillas húmedas que palidecen en cualquier ser humano tras haber disparado a un hombre en Reno, sólo para verlo morir. El fantasma de un tipo que, seguramente, no sea sino el reflejo de nosotros mismos.

Johnny Cash

Y la tortura del arrepentimiento de Cash. Y la pesadez de su culpa. Y la insensatez de su sinceridad, hicieron que su música navegara el gran río del tiempo. Porque el Hombre de Negro cayó en un anillo de fuego donde ardió gran parte de su vida, con la fortaleza y el talento suficientes para sobrevivir a sus llamas, y narrarnos, a golpe de blues y rock n’roll, los pálpitos que invaden el corazón en las cáusticas praderas del amor y de la muerte que, en definitiva, son los pilares de la vida.

Pero Johnny Cash no siempre fue el frontman del singular sonido boom-chick-a-boom con el que los Tennessee Three se hicieron hueco en los tímpanos del planeta durante 50 años. Antes hubo un chico beato nacido en el sur de Arkansas en 1932, el peor año de la Gran Depresión. Nieto de predicadores, hijo de recogedores de algodón, Johnny estaba destinado a haber acabado electrocutado tras una borrachera al abrazar un poste eléctrico o como quiera que muriesen los rednecks en aquellos años. Pero la gloria ultraterrena de los sermones familiares caló duro en la mente del joven Cash. Tanto, que su estrella brilló sin descanso marcándole el camino de la eternidad al que lo llevó su música.

Material inédito

Y para conocer en profundidad ese espinoso sendero, Libros del Kultrum ha traído a nuestras costas mediterráneas Johnny Cash, la vida en letras, la primera antología de sus canciones (se han elegido 125 de las más de 600 que compuso) comentadas por amigos, familiares y satélites cercanos a la vida y obra del folk sureño más venerado de su generación -sobre todo por sus coetáneos como Elvis o Bob Dylan-, con especial atención a lo escrito por su hijo John Carter Cash.

Pero no pensemos que esto es algo así como un recopilatorio de éxitos comentados, ni ninguna paja-sacacuartos similar. Esto es una biografía precisa, extremadamente bien documentada con fotos, artículos y material inédito, para zambullirse de lleno en las chispas que prendieron la genialidad de Johnny Cash. El ejército, la carretera, el amor indebido, la industria, el azar, las drogas, la familia, la cárcel, la muerte… El Hombre de Negro no dejó caer jamás sus anillos por nada que no le inspirara como una señal divina la venida del mismísimo Cristo. ¿El fantasma de lo comercial? Paparruchas para quien conquistó las ondas de una nación haciendo lo que pocos habían hecho hasta entonces. Cantar sin miedo, sin tapujos y de todo corazón.

¿Qué llevó a Johnny Cash a parir un tema como Cry! Cry! Cry! (1957) así de joven? Tan sencillo como que un productor quería un tema llorón y, escuchando a un DJ de Memphis que decorchaba su programa con «hoy vamos a berrear, aullar y subirnos por la paredes», el joven Johnny se dijo «¿qué hay más llorón que ‘berrear, berrear y berrear?». Así que cambió el verbo y ya tenemos uno de los hitos de la música country de los años 50.

Johnny Cash

Inspiración

¿En qué se inspiró quien ya era todo un padre de familia para componer una preciosidad de canción como Flesh And Blood (1969)? La respuesta es un picnic familiar, contemplar la Madre Naturaleza en su esplendor y, por supuesto, una tarde de tonteo con June Carter Cash, su segunda mujer.

¿Cómo de cerca tenía Johnny el aliento de la parca, descargando sobre su nuca, cuando alumbró la que, quizás, sea una de las canciones más asombrosamente góticas, cristianas y maravillosas de su discografía: The man comes around (2000)? Pues en palabras de Marty Stuart, tanto como para ver la muerte en una compañera que bailaba muy arrimada a él tras esa pulmonía que hacía tiempo que se ensañaba con sus pulmones. Aunque el desencadenante, curiosamente, viene de un sueño que Cash tuvo en el que hablaba con la reina Isabel, cuya coronación presenció en 1953 cuando estaba en las fuerzas armadas. La reina le susurró: «Johnny Cash, eres como una acacia bajo un tornado». Y por eso el Hombre de Negro decidió mostrarnos, con una canción, el rostro de Dios que se oculta detrás del de la muerte. Porque bajo el cataclismo de la nada, una sencilla acacia, un hálito de vida, se oculta en su interior.

Así que, al loro gente, Johnny Cash, la vida en letras es dinamita pura para los amantes del country, el rockabilly y de la música en su conjunto. Ágil, en absoluto plomiza, esta extensa biografía en letras es inspiradora, tierna, dura a ratos, emocionante a otros, e intensamente ilustrativa. Colmada, además, de letras escritas a mano, fotos de álbum olvidado y dibujos de corazones. Una biblia a la que pone rostro los retratos de esa mirada de negror infinito, apostada tras una gran nariz de boxeador y unas orejas de soplillo para sintonizar con lo divino, que siempre lució Johnny Cash.

Johnny Cash: la vida en letras
Johnny Cash Comprar
Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D