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La Agencia Internacional de la Energía pide triplicar las inversiones en fuentes 'limpias'

El organismo subraya que el gas ya no se considera un combustible de transición, a pesar de los últimos movimientos en este sentido de la UE

La Agencia Internacional de la Energía pide triplicar las inversiones en fuentes ‘limpias’

Placas solares. | IDAE

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) considera que se necesitan triplicar las inversiones en energías ‘limpias’ para alcanzar la descarbonización de la economía para 2050, pasando de los 1,3 billones de dólares actuales a unos cuatro billones hasta final de década.

En su informe World Energy Outlook 2022, el organismo, con sede en París, asegura que una mayor inversión en energías renovables habría ayudado a moderar el impacto de la crisis energética, fuertemente agravada por la invasión de Rusia a Ucrania. «La energía eólica y solar y la eficiencia energética representan la mejor forma de salir de ella. En la mayoría de las regiones una mayor proporción de energías renovables conduce a precios más bajos», subraya el estudio.

Junto a esos cuatro billones de dólares anuales en inversiones, el organismo estima que las energías limpias crearán empleo y dinamismo económico que pueden contribuir a absorber a los trabajadores salientes de los sectores del carbón o del petróleo. Por su parte, la AIE segura que la era de rápido crecimiento de la demanda de gas natural llegará pronto a su fin. «El apoyo al gas en las economías en desarrollo se ha ralentizado, sobre todo en el sur y el sureste de Asia, lo que hace mella en las credenciales del gas como combustible de transición», destaca el organismo.

Asimismo, indica que los nuevos proyectos de combustibles fósiles no resolverán la crisis energética. Sugiere así que la escasez inmediata de producción de combustibles fósiles de Rusia tendrá que ser sustituida por la producción existente en otros lugares. «Los sustitutos más adecuados a corto plazo son los proyectos existentes que llevan el petróleo y el gas al mercado rápidamente, así como la captura de parte de los 260 millones de metros cúbicos (bcm) de gas que se desperdicia cada año a través de la quema y las fugas de metano», explica la entidad.

Aumento temporal del uso del carbón

Según la AIE, las aprobaciones de nuevos yacimientos de petróleo y gas convencionales que se realicen en la actualidad «no ayudarán a satisfacer estas necesidades inmediatas». También espera que el aumento del uso del carbón sea temporal y sea sustituido por las energías renovables a medida que la crisis vaya remitiendo.

«Sabemos que estamos cerca del pico del carbón y del pico del petróleo, pero este año es la primera vez que está claro que nos acercamos también al pico del gas. Pero eso es solo el primer paso. Necesitamos grandes recortes de emisiones, no una meseta. La AIE muestra que las políticas lograrán un recorte del 1% del CO2 para 2030, cuando se necesita un recorte del 38%. La crisis energética ha restado importancia a la crisis climática, pero afortunadamente la respuesta es la misma para ambas: un gigantesco aumento de la inversión en energías limpias. Esperemos que ese doble incentivo anime a los gobiernos a ser más audaces. La escala de la transición energética es enorme y los gobiernos deben estar a la altura del desafío», argumenta Dave Jones, global programme lead de Ember.

Bajo este contexto, España podría convertirse en el hub industrial fotovoltaico de Europa. La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) calcula que se pueden desplegar 20.000 millones de euros de inversión pública y privada solo en energía solar hasta 2030. La patronal defiende que el Plan de Recuperación debe ser la herramienta con la que incrementar el impacto económico y social de la tecnología fotovoltaica en el país, generando empleo y contribuyendo a la reactivación de la economía. También subraya que en España ya se han llevado a cabo varias iniciativas en la cadena valor de fabricación de módulos fotovoltaicos, aunque la mayoría de ellas ya no se encuentran operativas y la maquinaria podría estar «obsoleta».

De hecho, hasta el 65% de los equipos se puede fabricar en España, ya que el país cuenta con la ventaja competitiva de disponer de terreno y el recurso solar. De este modo, pide proteger la industria que ya existe con un desarrollo estable del mercado, «evitando los altibajos históricos del desarrollo de la generación renovable en España y dando mejores condiciones de financiación a los fabricantes nacionales para que puedan ampliar su capacidad de producción».

«Para aspirar al 100% se debe hacer una apuesta clara coordinada a nivel europeo de forma similar a como se está haciendo para el hidrógeno para situar la cadena de valor fotovoltaica como estratégica para Europa. Al igual que en su día las tarifas tipo feed- in sirvieron al desarrollo de las tecnologías renovables, se debe promover la industria europea para que tengamos capacidad de fabricación», argumenta la patronal.

Las potencias de la UE comprometen 247.000 millones

Alemania, Italia, Francia y España han comprometido 247.000 millones de euros en rebajas fiscales para proteger a los hogares del impacto de la subida de los precios de la energía, lo que supone alrededor del 2,7% del PIB. Además, se esperan otros 140.000 millones de euros -alrededor del 1% del PIB de la zona euro- que la Comisión Europea (CE) recaudará en forma de «tasa solidaria»que impondrá a las compañías petroleras, gasistas y carbón que estén recibiendo beneficios extraordinarios.

En España, el Gobierno movilizará 22.000 millones en rebajas fiscales. El Ejecutivo aprobó una bajada del IVA de la luz del 10% al 5% en junio, siendo esta será la segunda vez que bajaba la carga fiscal sobre la electricidad en un año: el 21 de junio de 2021 la redujo del 21% al 10%.

Además, en la actualidad también se mantiene suspendido el impuesto del 7% que grava la producción de electricidad y está al mínimo (0,5%) el impuesto especial de electricidad. Entre octubre y diciembre también se aplicará una reducción del IVA del gas del 21% al 5%.

Desde abril se adoptó una rebaja en los carburantes de 20 céntimos por litro y a mediados de junio entró en vigor la ‘excepción ibérica’. El mecanismo, que ahora quiere replicar Francia, fija una senda para el gas natural para generación de electricidad de un precio de 40 euros/MWh en los seis meses iniciales, frente a los entorno a 80 euros/MWh a los que cotiza el gas natural en Mibgas, y posteriormente, un incremento mensual de cinco euros/MWh hasta la finalización de la medida. 

No obstante, desde el Gobierno español destacan que el montante a movilizar será de 30.000 millones si se tienen en cuenta las distintas ayudas que se han puesto en marcha, entre las que destacan las del transporte, reforzar las becas y aumentar las pensiones no contributivas y el IMV.

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