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Economía

Repsol avisa: las trabas del plan verde de la UE evitan que las inversiones aumenten en un 50%

Piden que el plan Fit For 55 para reducir emisiones sea «más simple» y «más parecido» al lanzado por la Administración de Biden en EEUU

Repsol avisa: las trabas del plan verde de la UE evitan que las inversiones aumenten en un 50%

Compañía Repsol.

Las energéticas aprietan a las instituciones europeas. Sus estrategias corporativas a medio y largo plazo están monopolizadas por la hoja de ruta que marca la transición energética. Hay muchos millones de euros en juego, enfocados de forma única y exclusiva a la inversión verde. Sin embargo, los mecanismos utilizados y las enrevesadas taxonomías empleadas por la Unión Europea han empujado a algunas eléctricas a alzar la voz. Así, según un alto cargo de Repsol, la Unión debería incluir mayores facilidades para evitar que las compañías se sientan seducidas por otros lugares más atractivos donde producir energía verde. Una realidad que, según dicen, provoca que la inversión no sea el doble en Europa.

Desde la energética son tajantes: «En Europa es necesaria mayor claridad y simplicidad». Una realidad que choca con lo que ocurre en otros países, como en Estados Unidos. «Allí hay claridad, neutralidad y simplicidad. Te dicen que todo el que quiera fabricar hidrógeno verde tiene tres euros (un crédito fiscal del Gobierno durante diez años) por kilogramo de hidrógeno producido en una instalación. Esta medida la entiende uno de forma muy fácil y, además, hace que las cuentas sean también muy fáciles ya que te permite encajar la futura inversión», argumentan.

Una situación que dista mucho de la que existe hoy en Europa. «Aquí añaden una letra pequeña en la regulación del hidrógeno donde se mencionan criterios de adicionalidad, dónde se tiene que poner la placa fotovoltaica que alimenta al electrificador, en qué momento del día -o de la semana- y en qué geografía tienes que producir la energía eléctrica para producir el hidrógeno. Esto establece unas incertidumbres y unos riesgos al inversor que ya no sabe ni qué tiene que hacer y, a lo mejor, opta por montar la inversión en otro sitio», apuntan.

Aún así desde Repsol no creen que el marco Fit for 55 (la medida europea para impulsar la transición verde) sea negativo, de hecho creen que está bien «en un 80%». Sin embargo, ese 20% afecta de forma considerable. «El paquete Fit for 55 y toda la regulación climática europea en un 80% o 90% es buena, pero, a lo mejor, en ese 10 o 20% nos cargamos muchas oportunidades de inversión. Nosotros estamos transmitiendo a Europa qué aspectos de mejora concretos se pueden introducir para facilitar que el hidrogeno ocurra y que la generación eléctrica renovable tenga un marco más amplio. Están coartando muchas de las posibles soluciones que podemos acometer«, sentencian desde la energética.

Desde la eléctrica ponen un ejemplo anecdótico de cómo la propuesta de EEUU es más simple que la europea. «La ‘Inflation Reduction Act’ (el plan verde de Biden) se ha escrito en 300 páginas y el paquete Fit for 55 en 4.000 páginas». «Si las cosas se analizan desde una perspectiva inclusiva, no se regula y prohíbe tanto y se deja que las tecnologías compitan quitando barreras, Europa puede hacer un buen trabajo. El marco fit for 55 está relativamente bien, pero nos hace falta ese 20%, que puede tener un impacto multiplicador del 50% en las inversiones».

Desde Europa muestran cierto temor a que el plan de Biden provoque una fuga considerable de la inversión verde o que las empresas del continente trasladen sus cadenas de suministro al país norteamericano. En Bruselas han definido la ley de Estados Unidos como «proteccionista y discriminatoria». Pero las energéticas de España creen que la visión debería ser otra. «Traslademos ese proteccionismo de Estados Unidos a Europa. Tenemos que entender que Europa y EEUU son aliados en esta transición energética«.

Dos modelos distintos

Aunque tanto Europa como EEUU tienen un mismo objetivo: reducir las emisiones de efecto invernadero. Las estrategias que se siguen están siendo diferentes. Así, mientras el país presidido por Joe Biden apuesta, entre otros mecanismos, por el Inflation Reduction Act (IRA), con el que espera reducir en 2030 las emisiones en un 30% con respecto a 1990, Europa apuesta por el Fit for 55. Un plan, este último, con el que se busca reducir las emisiones objetivo en un 55% para 2030, también en comparación con 1990.

Así, EEUU, a través de su programa IRA, ofrece unas ayudas cuantiosas a las renovables, nuclear e hidrógeno, que alcanzan los 390.000 millones de dólares. Lo que sería el 1,17% del PIB del país. Unas subvenciones que han seducido a una gran cantidad de energéticas. En cambio, en Europa las ayudas para incentivar la transición energética son más limitadas y menos simplificadas. Además, ha centrado una gran parte de su estrategia en apostar por las obligaciones, reduciendo las emisiones de CO2 de los vehículos a través del impulso a los vehículos eléctricos.

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