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Economía

El Banco de España retrasa hasta 2025 el momento en que la economía notará los fondos

La institución señala que los gastos e inversiones que el programa NGEU contempla llevan un cierto retraso

El Banco de España retrasa hasta 2025 el momento en que la economía notará los fondos

Banco de España. | Europa Press

El Banco de España ha vuelto a retrasar el impacto de los fondos Next Generation un año más, y calcula en sus previsiones que al menos tendremos que esperar a 2025 y 2026 -según ha podido conocer THE OBJECTIVEpara observar cómo las inversiones tienen una traducción en términos de crecimiento económico y por tanto de PIB.

Así lo ha constatado este martes el órgano regulador, con motivo de la presentación del Informe Trimestral de Proyecciones Macroeconómicas de la Economía Española (2023-2026), donde la institución que preside Pablo Hernández de Cos, estima un crecimiento del 1,6% para el próximo año, lo que supone una rebaja de las últimas previsiones.

En este apartado, respecto a los fondos Next Generation, el Banco de España parte de los supuestos sobre el gasto financiado con los fondos europeos del programa NGEU, en el que destaca que «la senda prevista de gastos e inversiones vinculados al programa NGEU contempla un cierto retraso con respecto a la que se incluyó en el ejercicio de proyecciones de septiembre, lo que se debe, fundamentalmente -continúa- a que en los últimos meses la evolución de las adjudicaciones ha mostrado un dinamismo menor de lo esperado».

De este modo -subraya-, «se prevé que el impacto máximo de los fondos NGEU sobre el nivel de PIB se materialice en los años 2025 y 2026, frente a la senda proyectada en septiembre, que implicaba un impacto máximo en el nivel de PIB en 2024. Además -insiste-, las nuevas proyecciones incorporan el recurso a los préstamos vinculados al programa NGEU e incluidos en la adenda al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español, que fue aprobada por la Comisión Europea el pasado mes de octubre.

No obstante -observa el BdE-, «ante la elevada incertidumbre y la ausencia de información relevante acerca de la implementación de los diferentes mecanismos que permitirán canalizar estos préstamos, las actuales proyecciones solo incorporan su efecto sobre la deuda pública a lo largo del horizonte de proyección, pero no su eventual impacto macroeconómico, que podría materializarse incluso más allá del horizonte 2023-2026».

En aras de ese impacto en la economía, esta semana el Instituto de Estudios Económicos (IEE) manifestaba la conveniencia de señalar que las reformas estructurales que mejoren la productividad de los factores y nuestra competitividad internacional en términos de transición energética, digitalización, demografía e innovación, podrían ser financiadas con los fondos Next Generation EU. Pero -precisaba- velando por su buena asignación y por la eficiencia del gasto público, puesto que defiende la institución que preside y dirigen Iñigo Fernández de Mesa y Gregorio Izquierdo, respectivamente, «el mero anuncio de este tipo de reformas estructurales operaría cambios positivos en el corto plazo sobre la inversión empresarial para mejorar las expectativas empresariales».

Ralentización del PIB

El informe del Banco de España detecta que, en este contexto de debilidad del entorno exterior y de traslación gradual del endurecimiento de la política monetaria global y europea a la actividad económica y del bajo impacto de los fondos europeos, la economía española se ha visto desacelerada en el tercer trimestre del año, «si bien pudo mantener un ritmo de avance
relativamente elevado».

En concreto, según los datos de avance de la CNTR -Contabilidad Nacional del Trimestre- publicados por el INE, el crecimiento intertrimestral del PIB se situó en el 0,3% en el tercer trimestre, en línea con lo esperado por el Banco de España en septiembre. Ahora, remarca, «esta tasa de crecimiento ha sido inferior a las registradas en los dos primeros trimestres del año —del 0,6% y del 0,4%, respectivamente—, aunque ha estado claramente por encima de la observada en el promedio del área del euro —del –0,1%— y en otras de las mayores economías de la región».

De cara a los próximos trimestres, el Banco de España prevé que el crecimiento de la actividad tenderá a estabilizarse en registros ligeramente superiores a los observados en el último semestre. «No obstante -concluye-, el elevado dinamismo que la actividad económica mostró en el tramo final de 2022 y a comienzos de 2023, también implica que, en términos de las tasas medias anuales, el avance del PIB se ralentizará entre 2023 y 2024 —desde el 2,4% hasta el 1,6%—, antes de volver a acelerarse
levemente en el bienio 2025-2026, cuando alcanzará tasas del 1,9% y el 1,7%».

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