THE OBJECTIVE
Luis Antonio de Villena

Algunas lágrimas en tiempo de miseria

«Vivimos en un parque temático de bajura. Como decía Nebrija, “los sandios hacen los banquetes a los sabios”»

Opinión
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Algunas lágrimas en tiempo de miseria

Apostolos Vamvouras (Unsplash)

Fue el poeta Hölderlin quien habló de «tiempo de miseria», no es nuevo por tanto quejarse del mundo que nos toca. Como en La realidad y el deseo, de Cernuda, la realidad (la miseria) es lo que nos toca vivir, mientras que el ideal (o el deseo) sería el mundo bien hecho, justo, feliz, que nunca llega; claro que a veces la miseria es más, y en ese momento estamos…  El mundo inculto, falto de educación y de ideas que vivimos cada vez más acusadamente, el oprobioso reino de la banalidad que nos muestra lo peor de las redes sociales, la mayoría de la gente gobernada por la televisión o las ideas/tópico meramente recibidas, nunca pensadas porque no pueden, la caída de la excelencia como algo deseable en todo, la sandez de considerar lo alto, lo cimero bueno, como desdeñable elitismo, todo ello nos sumerge en la necedad plena. Nebrija, en su Gramática de 1492, citaba ya un adagio o refrán: «Los sandios hacen los banquetes a los sabios». Y en eso estamos, en el no afear la ignorancia de los ignorantes que crece y crece, sin solución.

Veamos unas muestras. Sánchez (que es un político sin grandeza, egocéntrico y volátil, habituado a decir digo y después diego) se rinde a Marruecos e incluso a la impresentable embajadora. Claro que las relaciones con el falso «amigo marroquí» deben ser cuidadas, pero desde el rigor, muy adelgazadas si es menester, pero nunca desde el temor. Y Sánchez -ante un abucheo casi general- escenifica un rendimiento. No creo que lo aplaudan mucho en Ceuta y Melilla, el verdadero quid de la cuestión. Bueno, miseria. Saltemos a ver el «todo vale» de nuestra sociedad -desde el atuendo a la chapuza, falta de altas miras- que al final se resuelve en «nada vale». En curioso cruce iluminador, si todo vale es que nada o casi nada vale, precisamente porque todo da lo mismo. Veo Instagram, y hallo sobre todo miles de frases de mera y vulgar autoayuda, muy elemental, que intentan pasar por grandes asertos filosóficos: «Mente ocupada no extraña a nadie». Otra: «La mente es todo. Te conviertes en lo que crees». Más: «Queda prohibido luchar por alguien que le da igual tenerte o no». Esto es el piso alto de lo visible, pero si vamos a lo más fácil, en general grato de ver, chicos y chicas jóvenes y guapos (estrellas de Instagram, que caen en meses) no vemos sino minivídeos con bailecitos idénticos e inanes, y repetidos cada día, o lucimientos con sonrisa y en bañador; pero, eso sí, esta enorme banalidad puede contar con 14.000 «me gusta», por poner un ejemplo. ¿Qué se ve ahí, qué se predica? Yo diría que realmente nada. Bella inanidad y da miedo pensar que eso somos. Lindos que se aúpan o caen y -por citar frases hechas- algo así como reiterar «to er mundo e güeno» o «qué bello es vivir» pero sin mirar al lado… Un parque temático de bajura. O sea, miseria. A la mayoría (aún hay alguna excepción) no le importa ser como los demás, formar parte mohína de un grupo, por no decir rebaño, aunque sea en buen sentido. Pero la mediocridad, lo gris generalizado, la vulgaridad o el acrítico espíritu de grupo, no es algo voluntariamente elegido (pocos con luces elegirían el gregarismo) sino fruto inmediato de un tiempo inculto, sin pensar propio, que el poder somatiza desde su propia imagen vulgar. La mayoría de los políticos se visten de masa, aunque no se la crean. Más miseria. Esa masa que ya no se rebela (Ortega) porque ya se rebeló y triunfó contra la excelencia, por lo que la masa triunfadora hoy solo cunde, pulula, se expande, sabe (cree saber) que todo es suyo. Las guerras son rachas y el horror de Ucrania, hace que ya olvidemos Palestina, Nicaragua y su dictadura feroz, las hambrunas, los talibanes o las pateras… Eso no toca ahora. Un mundo muy degradado y bárbaro: sí, es tiempo de miseria. Y Antonio Machado: «Qué difícil es/ cuando todo baja/ no bajar también». Eso mismo.

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