Feijóo, el arquetipo y el duelo
«Desde el surgimiento de Ayuso, venimos observando en la derecha española y culta una facultad de fabricar líderes que antes no tenía»
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. | Laia Solanellas (Europa Press)
Cada vez que me dice un caballero o una gran dama del futuro que Feijóo no va a ganar las elecciones yo saco a relucir mi teoría de los arquetipos del inconsciente colectivo, inspirada en Carl G. Jung. Feijóo encarna bien el arquetipo del buen gobernante, su gestión y sus tablas le avalan. Por desgracia, necesita encarnar un arquetipo distinto del gestor bien peinado para ganar, debe encarnar al héroe. De momento parece un sereno testigo de la Historia, lúcido y tranquilo que anota alguna frase ingeniosa y más comprometida que aquellos que van de héroes y se desmienten cada día, empezando por nuestro presidente del Gobierno.
Pero el buen gobernante debe ganar primero, o sea antes de gestionar hay que ganar la guerra y el chapapote. Y el arquetipo del héroe es el arquetipo ganador por excelencia. Se trata de un motivo arquetípico basado en superar obstáculos, arremangarse la camisa y bajar al barro. Mitológicamente, el objetivo del héroe es encontrar el tesoro, la princesa, el anillo, el huevo de oro… En el mito y la leyenda, el héroe es el ganador de batallas.
Efectivamente, hay que ir a la guerra para ganar la batalla. Sánchez ya alcanzó esta posición y por ello sí encarna el prototipo del héroe, sin embargo no encaja en el de buen gobernante, y Feijóo, con su talla de profesional bien peinado que siempre lleva en el bolsillo un peine, quiere ganar sin despeinarse. No se han percatado de que echarán mano de todos los recursos para mantenerse en el gobierno, aprovechado esa cualidad traicionera o mentirosa que está ya en la calle y nos ratifica aquello de que los políticos son unos tramposos.
«Sánchez ya alcanzó esta posición y por ello sí encarna el prototipo del héroe»
Pero la cosa no es tan elemental, sino que cada magnate del poder tendrá que explicar de dónde le vino. Aún así, una no consigue visualizar a un Feijóo con los brazos en forma de victoria y purpurina en el pelo. La derecha moderada y el centro es presumiblemente un electorado racional, que vota presidentes sosos, al estilo de Mariano Rajoy. Pero todo indica que en estas elecciones se votará esencialmente ‘a la contra’. Queremos votar al héroe o heroína que tumbará a la hidra de tres cabezas. Porque, ya digo, somos esencialmente españoles. Feijóo no debe jugar solo una carta.
Además de un buen gestor, la derecha necesita un héroe o heroína que pueda representar esas dos facetas: una buena gestión que se consolide como la alternativa al socialismo y un liderazgo alternativo, que pueda devolver a la marginalidad lo que hoy gobierna. Desde el surgimiento de Ayuso, venimos observando en la derecha española y culta una facultad de fabricar líderes que antes no tenía. Ahora ya no solo quieren al buen gobernante. Ahora también quieren un duelo de hombre a hombre, o de hombre a mujer. España no va bien y hay que despertar.
