THE OBJECTIVE
Jorge Vilches

Guerra a Argentina

«De no producirse la disculpa de Milei a Begoña, España y la UE, Sánchez debería convertir las elecciones del 9-J en un plebiscito sobre la invasión de Argentina»

Opinión
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Guerra a Argentina

Ilustración de Alejandra Svriz.

Que quede claro: Milei no habla en nombre del pueblo argentino porque un fascista solo abre la boca para defender los intereses de los señores que fuman puros en cenáculos. El ultra ese de ahí abajo tuvo el cuajo de menospreciar a Begoña, que es exactamente igual que pisotear hasta la muerte la dignidad, la soberanía y la concordia de un país que sonríe al paso alegre del progreso. Insultar a Begoña es ultrajar a la España de Cervantes y a las coplas de Jorge Manrique, es negar la tinta a Lope de Vega o descender a Santa Teresa de Ávila, es matar otra vez a Lorca o convertir en soriano a Antonio Machado, es menospreciar el sudor de los trabajadores y trabajadoras del campo, de los que cogen el cercanías para ir al curro, y de los niños y niñas que estudian las matemáticas emocionales.

La retirada de la embajadora en Buenos Aires es poca cosa ante tal oprobio. El respeto que Sánchez ha tenido y tiene a todos y todas no es correspondido como merece, y menos por una persona que, al margen de las sustancias que tome, no ha estado a la altura. Hizo bien nuestro Sánchez, el hombre ante el que se inclinan los sabios, el líder que imitan los dirigentes de las potencias, el modelo a seguir por la nueva masculinidad, en no ir a la toma de posesión de Milei. Muchas y gruesas líneas rojas separan a ese fascista argentino del presidente que moviliza los sueños de condena a Israel desde el río hasta el mar.

«La mujer del Gran Timonel del Progreso es un ejemplo para todas de cómo se desarrolla una profesión al margen del marido»

Apena mucho todo esto. Sería lógico que Sánchez, persona de palabra, líder sincero y leal, batallador incansable por el feminismo, se tomara unos días más de reflexión. O un mes. No podríamos esperar otra cosa de un hombre profundamente enamorado. Begoña no es solo la esposa del presidente del Estado, como ha dicho MJ Montero, es una institución más importante que el Tribunal Constitucional, el CGPJ o el festival de Eurovisión. La mujer del Gran Timonel del Progreso es un ejemplo para todas de cómo se desarrolla una profesión al margen del marido, por mucho que fastidie a Feijóo, que quiere que las mujeres se queden en casa haciendo tareas domésticas.

No cabe duda para un demócrata: Milei se debe disculpar públicamente. Lo mismo debe hacer Vox por permitir que hablara sabiendo que no gusta a Sánchez. Incluso deben disculparse los empresarios que se reunieron con el presidente del fascismo argentino horas antes de su discurso para, como ha señalado Yolanda Díaz, consultar el insulto a Begoña Gómez. Pero quien más debe reconocer su falta es el PP. Su tardanza en contestar es complicidad. Su ausencia de condena redobla el ultraje. Su equidistancia es pura violencia. Su expresión de cansancio es lisa y llanamente una deslealtad a Sánchez; en suma, una carencia de amor a la patria.

El PP no ha entendido que una crítica a Begoña es un ataque a un Estado democrático, feminista y ecosostenible de la Unión Europea. Ante tal desafío a la historia, a la verdad y a la justicia social, no dudamos de que Josep Borrell, Alto Representante de la UE, recordará a Milei que decir que Begoña es corrupta es mancillar la historia de la Europa que se envolvió en la bandera de la democracia tras una sangrienta guerra mundial. Una guerra mundial provocada por los nazis que huyeron a Argentina no por casualidad sino porque esperaban a Milei. Mencionar a Begoña, en suma, es deshonrar a un Continente que recibe con los brazos abiertos a los hermanos latinoamericanos y que ha apostado muy seriamente por el coche eléctrico.

«Negar el ‘lawfare’ contra Begoña solo cabe en quien camina contra el sentido de la historia»

Tenemos que reflexionar a dónde nos lleva la máquina del fango, esa intoxicación que la derecha y la ultraderecha extiende en los pseudomedios de comunicación. Estos hijos de mala persona gestante no entienden de educación ni de patriotismo. No hacen más que apelaciones explícitas a la violencia política más descarnada. Decir que hay que sacar a gorrazos a un gobierno es antidemocrático porque ya solo los cayetanos llevan gorra. Negar el lawfare contra Begoña solo cabe en quien camina contra el sentido de la historia.

Pero que ningún buen español se preocupe. El Gobierno tiene preparada una respuesta a la altura de la ofensa. Lo primero será organizar a periodistas e intelectuales para firmar un manifiesto contra Milei y a favor de Begoña y España, valga la redundancia. El texto estará encabezado por una locutora de RTVE que, tras denunciar en directo a los golpistas de la derecha y la ultraderecha que no reconocen la legitimidad democrática e institucional de Begoña, llamará a movilizarse en las calles contra la oposición y la misoginia de Milei.

Luego, el Gobierno de coalición progresista promoverá un encuentro del mundo de la cultura en respaldo del matrimonio Pedro-Begoña. El acto lo presentarán Marisa Paredes y Miguel Ríos. Ana Belén interpretará el Cierren la muralla. Luis García Montero recitará un poema dedicado a Sánchez y a la sanidad pública. Puede ser que Ismael Serrano se presente con su guitarra, o quizá sin ella, según nos informan los más optimistas.

En caso de no producirse la disculpa pública de Milei a Begoña, a España, a su Estado y democracia, a la Unión Europea, al Estado del Bienestar, a la historia de la justicia social y de la dignidad, por tanta sangre vertida en defensa de la verdad y de la energía eólica, el Gobierno de Pedro Sánchez debería convertir las elecciones del 9 de junio en un plebiscito sobre la invasión de Argentina. Ninguna acción sin respuesta. Si tocan a una, respondemos todas.

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