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País Vasco

El PP pide ayuda a una exdiputada del PSOE para frenar la reforma de la ley trans vasca

Los cambios en la normativa de 2012 incorporará más derechos sanitarios para estas personas y establecerá la autodeterminación del sexo

El PP pide ayuda a una exdiputada del PSOE para frenar la reforma de la ley trans vasca

Ángeles Álvarez, exdiputada del PSOE. | Facebook

La nueva ley trans se abre paso en Euskadi. La segunda reforma del texto original, aprobado en 2012, incorporará más derechos sanitarios para estas personas, nuevos protocolos en el ámbito educativo, laboral y deportivo, obligará a escuchar a los menores y establecerá la autodeterminación del sexo, algo que solivianta a un sector de la sociedad. Para contrarrestarlo, el PP ha solicitado la comparencia de Ángeles Álvarez, exdiputada del PSOE e histórica activista de los derechos LGTBI, en la comisión de Igualdad del Parlamento vasco. La solicitud aún debe ser aprobada por el órgano parlamentario.

El PP sostiene que ha propuesto la intervención de Álvarez como representante de la Alianza contra el Borrado de las Mujeres, una organización que lucha por «eliminar la discriminación contra mujeres y niñas que resulta de la sustitución de la categoría de sexo por la de identidad de género». En su opinión, esta definición es completamente subjetiva y afecta a la realidad material de la mujer en diversos ámbitos. Una cuestión que las deja en «peligro» porque «puede permitir que cualquier varón pueda definirse como mujer».

Ampliar la ley trans

Álvarez sostiene que no tiene aún conocimiento de esta solicitud efectuada por la diputada regional Laura Garrido Knörr. De momento nadie se ha puesto en contacto con ella. Explica a THE OBJECTIVE que, cuando eso ocurra, estudiará el caso y decidirá si acudir a la Cámara vasca. La comparecencia de esta exdiputada, que llegó a ser portavoz de Igualdad del PSOE en el Congreso e impulsó el Pacto de Estado Contra la Violencia de Género en 2017, no es la única que han solicitado los populares.

Garrido también ha pedido que se escuche a otras cinco personas, entre ellas Vicente Bellver, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valencia; Federico de Montalvo, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Pontificia de Comillas; o Natalia López, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Navarra. Una portavoz del Parlamento vasco explica a este diario que la comisión de Igualdad establecerá en los próximos días el calendario de las comparecencias porque «el plazo acaba en mayo».

La ley trans del País Vasco ya fue reformada en 2019. Este nuevo cambio tiene un amplio respaldo político. PNV, PSOE, y Podemos lo secundan, por lo que cuenta con la mayoría de los escaños de la Cámara. No obstante, hay partidos y asociaciones que no se dan por vencidas. Álvarez, primera política que se declaró públicamente como lesbiana, en 2013, está en esa línea. Se les reconoce como feministas clásicas porque se posicionan en contra del derecho de autodeterminación del sexo, concepto que incorpora la futura ley trans nacional, que espera los preceptivos informes técnicos para ser enmendada y debatida en las Cortes.

«También hay gente que piensa que la tierra es redonda. Teorías hay para todos los gustos, pero existen acuerdos conceptuales», sostiene Álvarez por teléfono. Las asociaciones trans le reprochan un discurso que tiene afinidad con la «extrema derecha, por eso le pide ayuda el PP». Una dirigente de una organización LGTBI que prefiere mantener el anonimato afirma que «resulta curioso que el PP pida la intervención de una mujer que pertenece al PSOE».

«De la mano de la ultraderecha»

Otra activista histórica, que tampoco desea revelar su identidad, sostiene que todas las ideologías son legítimas, pero «me parece contradictorio que mujeres que se llaman feministas vayan de la mano de la ultraderecha porque le prestan su altavoz». La opinión de Álvarez sobre el borrado jurídico de la mujer no es el único asunto que ha causado revuelo. La exdiputada socialista se ha convertido este miércoles en diana de los tuiteros tras responder un mensaje de Elizabeth Duval en el que felicitaba al Ministerio de Igualdad por haber organizado un acto con 70 lesbianas por el Día de la Visibilidad Lésbica, celebrado el martes.

«Usted no es lesbiana. Se lo digo yo», le replicó Álvarez. La antigua parlamentaria del PSOE asegura a este diario que se ha limitado a decir la verdad, ya que esta persona «no es transexual» y «no puede tergiversar los términos que definen las cosas». En su opinión, Duval «puede tener relaciones sexuales con quien quiera, puede amar a quien desee, pero no puede definirse como lesbiana porque eso merma los derechos de este colectivo».

Ángeles Álvarez y otras feministas en una manifestación de 2013 por los derechos LGTBI en Rusia. | Foto: Flickr

Álvarez considera que el tuit de Duval incluye un comentario lesbofóbico. «Hemos peleado mucho como para que ahora traten de reconfigurar los conceptos. Hay gente que se ha dejado mucha vida en esto». La escritora madrileña no ha tardado en contestar: «Usted fue diputada, portavoz de Igualdad y hasta defensora en su día de la ley trans: me merece cierto respeto. Tendrá, supongo, cosas mejores que hacer que acabar siendo la policía de la identidad en una red social».

Diferentes asociaciones y personalidades del colectivo trans han tachado a Álvarez como «reaccionaria», algo que ella rechaza. «El lesbianismo es una orientación sexual que queda definida por el hecho de que quienes se relacionan sexualmente son mujeres. Es una definición académica». Autores de la cuestión trans lo ponen en solfa. Algunos, como Raúl Solís, han afirmado en Twitter que la principal característica del feminismo antitrans es su voxificación: «Acabarán compartiendo bancada con Vox».

Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans, considera osada esta actitud «autoritaria» de Álvarez. «Es una actitud prepotente. Se erige en notaria para certificar quién es mujer, quién es lesbiana y quién es machista». Cambrollé también resta importancia a que la ministra Irene Montero asistiera a los actos de la Visibilidad Lésbica y no a los de la Visibilidad Trans, conmemorado en la sede del ministerio un mes antes, el 30 de marzo.

«No nos sentimos menoscabadas porque Montero no estuviera. Tenía otros compromisos y el día siguiente inauguró las jornadas que habíamos organizado. Nos sentimos agradecidas y, además, felicitamos que por el Día de la Visibilidad Lésbica incluyera a mujeres trans y lesbianas en la representación», insiste la histórica activista. Cambrollé ha aprovechado una vez más para pedir celeridad en la aprobación de la ley trans, una norma que urge, dice, por el aumento de los delitos de odio contra el colectivo.

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