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La Fiscalía pide condenar a 'Txeroki' por las muestras de ADN que lo vinculan a un atentado

Ratifica su petición de 32 años de cárcel y destaca que el acusado no haya querido rebatir las pruebas

La Fiscalía pide condenar a ‘Txeroki’ por las muestras de ADN  que lo vinculan a un atentado

El exjefe de ETA Garikoitz Aspiazu Rubina, alias 'Txeroki', durante un juicio en la Audiencia Nacional en 2019 | Europa Press

La Fiscalía ha reclamado este miércoles condenar a 32 años de cárcel a Garikoitz Aspiazu Rubina, alias ‘Txeroki’, al entender que durante el juicio en la Audiencia Nacional (AN) por un atentado con coche-bomba en 2002 en Bilbao se ha demostrado que el exjefe etarra sí que intervino, en base a las evidencias de ADN que le sitúan en un piso franco de Amorebieta donde habrían estado los autores, así como por informes policiales sobre documentos intervenidos en Francia en los que ETA asigna los hechos al ‘comando K-Olaia’.

En su informe final, el fiscal ha elevado a definitivas sus conclusiones provisionales y ha remarcado que «existe prueba suficiente para la condena», apuntando también a anteriores sentencias de la propia Audiencia Nacional en las que se condenó a otros miembros de la banda terrorista por los mismos hechos.

Para el fiscal, además, que ‘Txeroki’ esté cumpliendo pena por otras condenas por su pertenencia a ETA y que la suma de años a cumplir en prisión supere el máximo efectivo «no es obstáculo» para que sea castigado por este atentado, que causó, el 12 de enero de 2002, heridos leves y más de un millón de euros en daños materiales.

El representante del Ministerio Público ha destacado a su vez que ‘Txeroki’ se limitó ayer a decir que no había participado en el atentado a pesar de «las pruebas que existen contra él». «No querer participar en el juicio sí trae consecuencias», ha asegurado.

Al justificar por qué pide condenar al exjefe de ETA, el fiscal ha esgrimido lo expuesto por peritos este miércoles en la segunda y última sesión del juicio, que ha quedado visto para sentencia.

Por una parte, la Fiscalía ha expuesto que en el piso y en el garaje facilitados por el etarra Gorka Martínez al ‘comando K-Olaia’ se encontraron muestras de ADN de ‘Txeroki’ y, por otra, que en documentación enviada por las autoridades francesas a España que fue intervenida a la banda en operaciones de desarme aparece el nombre de esa célula como autora de la colocación del coche-bomba.

Según uno de los peritos, en esos papeles hay un apartado en el que los responsables del ataque explican «pormenorizadamente» a la dirección de ETA en Francia cómo se realizó este atentado, la cantidad de explosivo empleada, si la dinamita era nueva o vieja, contra qué objetivos se hacía, cómo robaron el coche a punta de pistola y el hecho de que tuvieron que cambiar el lugar que habían elegido para la explosión porque se toparon con policías locales.

«Es una descripción tan detallada que solamente la persona que interviene en ella directamente lo puede saber», ha apuntado un perito. Una afirmación que el fiscal ha hecho suya al señalar, por ejemplo, que al robar el coche tuvo que participar el comando. «Es impensable que solo haya actuado una persona», ha defendido.

«No sé nada al respecto»

Por su parte, el abogado de ‘Txeroki’ ha solicitado al tribunal la libre absolución de su cliente, al considerar que «no hay prueba directa de su participación en los hechos» ni por la vía de la declaración de Gorka Martínez ni por la de la prueba practicada.

Ha argumentado que ese testigo, que ayer dijo no recordar si ‘Txeroki’ pasó por el piso franco, sí apuntó al acusado en sede policial, pero allí declaró en régimen de incomunicación, por lo que esa declaración no es válida para este juicio, en virtud de la ‘doctrina Atristain’ del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Asimismo, el abogado ha expresado que, por la vía de los indicios, los informes de inteligencia «no sacan de dudas» porque la Ertzaintza habla de distintos comandos, como también que ni de las muestras de ADN ni de los documentos se pueden saber las fechas.

‘Txeroki’ afirmó este martes ante el tribunal de la Audiencia Nacional que no intervino en los hechos. «No participé en esta acción y no sé nada al respecto», respondió a la única pregunta de su abogado defensor, la única parte a la que quiso contestar.

La vista oral se ha celebrado esta semana después de que Francia lo entregara en agosto para que sea enjuiciado por este atentado y comparezca por otras causas de la banda terrorista. Fuentes policiales confirmaron a Europa Press que el que fuera dirigente de ETA permanecerá recluido en la cárcel madrileña de Soto del Real.

El Ministerio Fiscal lo considera autor de los delitos de estragos terroristas, robo y hurto de vehículo con intimidación y fines terroristas, y detención ilegal con iguales fines.

Como responsabilidad civil, el Ministerio Público solicita a la AN que condene al dirigente etarra a indemnizar a los perjudicados por estos hechos a 1,5 millones de euros por los daños en bienes inmuebles, más otros 111.369 por los ocasionados a bienes muebles.

30 kilos de explosivo

El coche-bomba estalló en la ciudad vasca en torno a las 13.45 horas del 12 de enero de 2002, hiriendo de manera leve a algunas personas y provocando «múltiples» daños materiales en viviendas, vehículos y establecimientos de los alrededores. ETA reivindicó la autoría del atentado el 4 de abril de ese mismo año.

Colocado por el ‘comando K-Olaia’, del que entonces formaba parte ‘Txeroki’, en el coche había un artefacto compuesto por 30 kilos de explosivo tipo dinamita y un sistema de activación por temporizador, con un seguro de armado y dos detonadores eléctricos en paralelo, según las conclusiones provisionales del Ministerio Público.

Minutos antes de la explosión, ETA comunicó al Centro de Coordinación de Emergencias ‘SOS Deiak’ y a la Ertzaintza, la policía vasca, el lugar donde estaba situado el coche-bomba: en la calle Gran Vía de Bilbao, en las inmediaciones del Banco de España.

Tras recibir el aviso, la Ertzaintza y la Policía Local acordonaron la zona y retiraron a la «mucha gente» que había en ese momento para «evitar males mayores», según ha contado un ertzaina.

Minutos después, y cuando habían conducido tan solo unos cuantos metros, bajaron al rehén del vehículo y lo ataron a un árbol, «permaneciendo así durante un periodo de tiempo aproximado de dos horas, hasta que fue liberado por varios agentes de la Ertzaintza, a las 15.15 horas, aproximadamente», se apunta en el escrito fiscal.

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