'El Lobo': «Mi situación ahora es más peligrosa que cuando ETA estaba en acción»

El otro día estuve conversando con Mikel Lejarza, el mítico infiltrado en ETA, el agente que más tiempo ha trabajado para el servicio de inteligencia español. Le vi preocupado por algunos temas, pero especialmente por la situación en la que queda tras las acciones del Gobierno de considerar que ETA ha dejado de ser una amenaza y que el Estado ya no tiene que controlarles. 

Estar con ‘El Lobo’ siempre supone una suerte. El único inconveniente es adaptarse a sus medidas de seguridad, aparentemente inocuas, pero en realidad muy consistentes. Entre ellas que nadie en mi familia sabe a qué lugares viajo para encontrarme con él. Tantos años después de iniciar su trabajo en el servicio secreto, su situación de clandestinidad se mantiene.

Tras varias horas charlando, os resumo con sus propias palabras lo que hablé con él sobre la desaparición de ETA y lo que le afecta a él.

«Estamos viviendo un momento en el que el Gobierno ha descartado totalmente el terrorismo de ETA, es más no se puede hablar siquiera de la palabra terrorismo. Hemos llegado incluso a quitar dentro de los servicios de inteligencia la división de Terrorismo. Todo esto nos lleva a que, para la gente, el pueblo, ya no existe ETA, se ha borrado del mapa la organización terrorista».

Una semilla que existirá siempre

«Aunque se ha borrado de aquella manera, por interés, por intereses políticos. Pero sigue existiendo. La semilla de ETA existe y existirá siempre. Será otra ETA, no será la misma que hemos conocido, pero siempre estará ahí su sombra. Y para ETA, siempre estará la sombra de ‘El Lobo'». 

«El problema es que ahora la situación se ha vuelto más peligrosa, mucho más peligrosa. La pregunta es ¿qué pasa ahora, al no existir oficialmente ETA, con la sentencia de muerte que dictaron en su día (1975), empapelando todas las calles del pueblo vasco, una bestialidad que no se ha visto nunca?».

«Esa sentencia de muerte fue dirigida para que la aplicara todo el pueblo vasco. Pasará, igual que pasó en el Reino Unido, cuando asesinaron a sangre fría a dos ex gentes del servicio secreto inglés, que siempre habrá un gudari de estos que quiere llamar la atención y pasar a la historia. Si eso ocurriera, ahora que ya no existe ETA (oficialmente), sus dirigentes se lavarían las manos y negarían cualquier vinculación (por cierto, igual que ha hecho Irán tras dictar la sentencia de muerte contra Salman Rushdie y ser atacado hace un mes por un simpatizante de la causa islamista). Quizás alguien de la organización dirá ‘ese es el castigo del pueblo a la traición‘. Ellos lo venderán así». 

«Por la experiencia de casos similares, ahora es cuando mi situación se torna más peligrosa, porque lo que sería un atentado quedaría como un acto delictivo. Un loco o unos locos que han querido cargarse a ‘El Lobo'».

«¿Y si todo esto es un montaje y si todo esto está estudiado? El peligro ahora no es que esté latente, es que es mayor que antes. Durante el tiempo que ETA estaba en acción yo he estado más tranquilo porque sabía dónde tenía al enemigo, conocía su forma de actuar, y sabía cómo podía venir. Pero ahora, ¿quién es el enemigo? Esa es mi pregunta, ¿quién coño es el enemigo ahora? Porque el enemigo puede estar en cualquier sitio, puede ser los que están negociando con esta gente, aquellos que están a favor de esta gente y dentro de esta gente hay muchísimos. Esa es la historia, ahora es mucho más fácil acabar conmigo, quedaría la historia de ‘El Lobo’ enterrada, algo que ya han intentado por todos los medios para evitar que las futuras generaciones descubran cómo un hombre solo, un infiltrado, les engañó a todos y provocó el mayor golpe que recibieron en toda su historia». 

La importancia de seguir protegiendo al ‘Lobo’

«Si la historia de ‘El Lobo’ se entierra con un triunfo de ETA pues bueno, un éxito para ellos, un éxito para aquellos que son afines a ETA y Bildu. Por eso Fernando, qué razón tienes, estas cosas no surgen porque sí, siempre hay una mano detrás, siempre hay alguien interesado, y esa mano negra, que quizás es una mano que te pasa por el hombro, nunca se sabe, pero podría ser«.

«No obstante, quiero seguir creyendo que los míos, la gente del servicio, de alguna manera siguen protegiéndome. Quiero creer. Últimamente me lo han hecho ver, están más conmigo, más afines, pero claro el peligro está ahora en que el servicio está pasando un momento terriblemente angustioso. Y si en un momento alguno recibe, porque unos te quieren, pero no todos te quieren, una orden extraña, la va a realizar. Y de ahí sí que no te escapas, de los poderes fácticos no te escapas, esto no es una película de Jason Bourne, en la que tienes 50.000 sitios donde poder echar mano de dinero o armas, la vida es absolutamente diferente».

«Ahora tienes una edad, una familia, no te puedes mover exactamente igual que cuando tenías 30 o 40 años. En el fondo lo que nunca era motivo de intranquilidad se torna ahora en gran preocupación. Si al servicio le está costando una salvajada volver a su sitio, al final quieres creer, pero con miedo a que haya alguna traición. Si cortan cabezas de arriba, la de ‘El Lobo’ es más fácil de seccionar. Los agentes como yo no tenemos nada claro, nada seguro. Es una lucha diaria por creer.«