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El veterinario que desmonta la ley de protección animal: «Legislan con el corazón, no el cerebro»

Christian Gortázar critica la norma impulsada por Unidas Podemos porque no ha sido consultada con los sectores afectados y «carece de toda base científica»

El veterinario que desmonta la ley de protección animal: «Legislan con el corazón, no el cerebro»

Christian Gortázar, el veterinario que se ha hecho viral por criticar la nueva ley de protección animal del Gobierno de España. | Cedida.

Los veterinarios han sido excluidos por el Gobierno de España del debate sobre la nueva ley de protección, derechos y bienestar de los animales, impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. No fue hasta la semana pasada cuando una voz autorizada compareció en el Congreso de los Diputados, a posteriori, para denunciar los excesos de la norma. El encargado de expresar el malestar del sector fue Christian Gortázar, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad de Castilla-La Mancha en el Instituto de Recursos Cinegéticos, que cargó duramente contra una iniciativa que «carece de toda base científica».

Su intervención, que se ha convertido en viral gracias a las redes sociales, criticaba la ley de protección animal por el modo en el que se ha tramitado: «Legislan ustedes sin contar con los sectores afectados ni con los expertos». Pero también por el contenido de la misma, apuntado a las consecuencias perniciosas que se derivan de cuatro puntos concretos: la falta de distinción entre animales de compañía y de trabajo, el problema de los gatos no confinados, el listado positivo sobre las especies que pueden o no tenerse por particulares, y la «intrusión» laboral que sufrirán los veterinarios.

Christian Gortázar, en conversación con THE OBJECTIVE, abunda en las razones que le hacen pedir la retirada inmediata de la norma impulsada por la dirigente de Unidas Podemos, Ione Belarra. Se trata, en su opinión, de una ley que «no representa a los sectores afectados» (la caza, la ganadería o la agricultura), por cuanto se ha elaborado sin contar con ellos, y que pretende tan sólo contentar al movimiento animalista.

https://twitter.com/Kirghisz/status/1586295619802406912

-¿En qué se basa para decir que esta norma pretende contentar a los animalistas?

-Se percibe en toda la filosofía de lo que se escribe. Todo parte de una percepción, del corazón, y no del cerebro. Así lo admitió la diputada del PSOE en su exposición, cuando mencionó hasta en cinco ocasiones que esta es una cuestión de «creer o no creer». Se concibe como una cuestión casi religiosa, de convicción personal y perspectiva ética sobre cuál debe ser nuestra relación con los animales.

-¿Y cuál debe ser nuestra relación con los animales?

-En la sociedad estamos las personas que creemos que nuestra relación con los animales se basa en la utilidad de los mismos para la producción de alimentos, o para actividades como la ganadería y la caza, los utilitaristas. Luego hay otro grupo de personas que ven a los animales como iguales, con derechos propios, y ese derecho de los animales estaría por encima del uso que los utilitaristas proponemos para ellos. El borrador de ley rezuma esa posición eticista que se contrapone a la utilitarista. 

La denuncia de Gortázar se evidencia en que la Comisión de Derechos Sociales y Políticas Integrales de la Discapacidad del Congreso ha acogido 13 comparecencias para el debate de la nueva ley de protección animal. De estas, siete han sido destinadas a activistas animalistas (como representantes de PACMA), cuatro a personas relacionadas con el sector de la caza y tan sólo dos a veterinarios, que intervinieron por la insistencia de Milagros Marco (Partido Popular).

Críticas a la ley de protección animal

Las críticas de los veterinarios a la nueva ley de protección animal, condensadas en la alocución de Christian Gortázar, son cuatro. La primera es que el proyecto de ley no debería centrarse exclusivamente en los animales domésticos de compañía (las mascotas): «Los perros de ganado, los de caza, los hurones, aves de cetrería… son animales de trabajo, una categoría que no aparece. Para ganaderos y cazadores, poner límites de 24 horas de soledad, supone una traba añadida a su mantenimiento».

Los gatos no confinados, otro problema que no ha querido dejar en el tintero, «causan impactos negativos que afectan a la habitabilidad en el medio urbano, a la conservación de la biodiversidad y a la salud pública», sostiene el científico, que apunta a los problemas que supone la protección de las colonias felinas que defiende la ley: «Anualmente, los gatos causan la muerte de decenas de miles de millones de animales silvestres, incluyendo mamíferos, aves, reptiles, anfibios y hasta peces». «La obcecación con las colonias felinas es un ejemplo de especismo animalista, donde sus defensores prefieren a los animales mamíferos, con ojos frontales y susceptibles de ser acariciados sobre otras especies que perciben menos cercanas», zanja.

Con respecto a las aves exóticas, Gortázar defiende que «la elaboración de un listado positivo de las especies que pueden o no tenerse por particulares» implica que «un particular pueda criar aves exóticas más allá de periquitos y ninfas, lo que supondría un problema de conservación con importantes derivadas sociales y económicas». La cría de aves exóticas en cautividad constituye «una potente herramienta de conservación al reducir el comercio ilegal de aves salvajes. Además, España se ha convertido en uno de los principales exportadores de aves exóticas, reduciendo así el peligro de extinción de muchas de ellas».

También denuncia el «instrusismo» que sufrirán en lo sucesivo los veterinarios. «El borrador incluye el sacrificio cero: se prohíbe el sacrificio de animales cuando la causa sea económica, por ejemplo, pero no se prevén medios económicos para atender esos casos», critica el científico. Los veterinarios atienden a sus animales hasta el final de sus días, pero «difícilmente pueden defender un tratamiento paliativo cuando éste resulta demasiado oneroso para el dueño del animal».

«Retirar el proyecto»

El debate en torno a la norma elaborada por Unidas Podemos se reduce a si ésta debería excluir de su redacción a los perros de caza, tal y como pide el PSOE en una de sus enmiendas -ha recibido un total de 657-.  Los socialistas consideran que debe desligarse la normativa de bienestar que se aplica a los animales de compañía de aquellos otros tradicionalmente denominados de producción, o vinculados a actividades profesionales.

Pero la inclusión de esta enmienda no es suficiente para el portavoz oficioso de los veterinarios. Christian Gortázar aboga por que la ley regule exclusivamente lo relativo al animal doméstico o mascota, «excluyendo a los animales de trabajo, pero también a la fauna urbana» (hace alusión aquí a los problemas que habría en el control de ratas o jabalíes en las ciudades). Por todo ello pide al Gobierno de España «retirar este proyecto y trabajar desde cero en uno que cuente con las dos visiones»: la animalista y la científica.

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