El Gobierno confía en que el 'efecto Mundial' entierre la polémica sobre la sedición 

El Gobierno de Pedro Sánchez confía en que la polémica sobre la «reforma» del delito de la sedición («derogación», admiten según sus socios) quede enterrada por el Mundial de fútbol en Qatar, que arrancará oficialmente a partir del 20 de noviembre. Sectores del Ejecutivo deslizan en conversación con este diario la idea de que los tiempos escogidos por los estrategas de la Moncloa tuvieron que ver con el certamen futbolero. En Podemos, el socio de Sánchez, no niegan ese planteamiento. 

Fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE dejan abierta la posibilidad de que la modificación de la sedición de acuerdo a las peticiones de ERC puede tener algún tipo de coste electoral. Es cierto que estos mismos sectores del Gobierno dudaron cuando Sánchez anunció el indulto a los encarcelados del procés, en el pasado mes de marzo. Pero esta vez circula una reflexión que preocupa en algunos segmentos socialistas del Ejecutivo. 

Cuando Sánchez indultó a Oriol Junqueras y los demás presos del procés, existía en grupos de trabajo afines al PSOE la idea de que los afectados habían, de alguna manera, cumplido con su pena. Uno de los argumentos esgrimidos apuntaba a que el pueblo español, católico y mediterráneo, suele decantarse más por la compasión que por la venganza, y también por un notable olvido. Sánchez apostó por un indulto que tenía el objetivo de amarrar el cierre de la legislatura. La ecuación fue ganadora. 

Coste cero de los indultos

Los socialistas han ido presumiendo a lo largo de estos meses del «coste cero» del indulto. Los estrategas de Sánchez admiten que los votantes que se han alejado por los pactos con ERC y Bildu serán difíciles de recuperar. Pero queda margen en la izquierda, entre los jóvenes e incluso entre segmentos de la generación de los «jóvenes de la Transición» en búsqueda de seguridad económica. Los indultos de marzo se enfocaron en esta métrica. 

Con el caso de la sedición, sin embargo, no se percibe esa misma sensación. Al menos en los primeros días después del anuncio del presidente, hay socialistas (algunos en el Gobierno) que tuercen el gesto. Y que dudan: en el caso de los indultos, el Estado salía ganador, pero, ¿con la reforma de la ley de sedición para satisfacer a los independentistas se puede afirmar lo mismo?

Existe preocupación a que la reforma del delito de sedición pueda conllevar un coste electoral. En Podemos confirman esta lectura. Los morados recuerdan que la reforma de la sedición lleva meses enfriándose en la nevera de la Moncloa. El presidente sabe desde más de un año que tiene que aprobarla para contentar a sus socios, pero en varios momentos les pidió paciencia. «Carmen Calvo frenó varias veces la aprobación de la reforma. Nos decía que había que esperar el momento electoral más oportuno», explican en el partido morado desde el frente catalán. 

Distracción popular 

Así que, ante las dudas, las fuentes gubernamentales esgrimen una solución táctica. Con el mundial a las puertas, el momento electoral es acertado, aseguran. ERC necesitaba ponerse una medalla de cara a las próximas elecciones municipales. La mesa del diálogo genera duras críticas en el independentismo radical, así que los republicanos han pisado el acelerador con la sedición. Podemos (por lo menos el ala catalana liderada por Jaume Asens) hizo lo mismo.

Y el momento oportuno se ha encontrado con la celebración del Mundial de fútbol en Qatar. Esta es, por lo menos, una de las claves que circula en ministerios de peso para explicar por qué Sánchez ha decidido apretar el botón ahora. Poco importa, en este sentido, que el anuncio y los rumores que lo precedieron dinamitaran el acuerdo con el PP sobre el Consejo General del Poder Judicial. Es sabido que la idea de un Feijóo pactista gusta solo hasta cierto punto en la Moncloa. Para el futuro, es mucho más importante la alianza con ERC. 

El próximo 20 de noviembre los futbolistas darán el comienzo al primer partido del mundial. España quiere ganar su segundo campeonato. El público estará distraído durante un mes con la competición, con partidos a diario que en la Moncloa esperan que desvíen los focos de la polémica. Luego llegarán las navidades. Carmen Calvo lo había explicado varias veces a Podemos: para la sedición hace falta buscar el momento adecuado desde el punto de vista electoral.