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Sánchez urge a Bolaños a cerrar el acuerdo de Vivienda con Podemos antes del miércoles

El presidente Sánchez encomienda la negociación a su ministro de Presidencia para acelerar. Los grupos dicen que «está muy cerca»

Sánchez urge a Bolaños a cerrar el acuerdo de Vivienda con Podemos antes del miércoles

El presidente del Gobierno, Pedro Sanchez.

El presidente del Gobierno quiere acudir al Congreso de los Diputados el próximo miércoles con un nuevo éxito bajo el brazo que permita suavizar las críticas de sus aliados tras el choque por el sí es sí y eclipsar los asuntos del orden del día, como la posición acerca del Sáhara, las relaciones con Marruecos o el envío de armamento a Ucrania, que abren zonas de conflicto con sus socios. Fuentes de Moncloa desvelan a THE OBJECTIVE que Pedro Sánchez ha encomendado la negociación a su ministro de Presidencia Félix Bolaños, con la intención de acelerar las negociaciones y desencallar un acuerdo inminente, como avanzaron a este periódico el pasado lunes.

Según el Gobierno, la directriz del propio Sánchez a Bolaños ha sido la de urgir un acuerdo que desencalle una negociación en la que ha habido «importantes avances», pero en las que faltan unos mínimos flecos, que no son insalvables, y en los que el PSOE podría ceder en cuestiones cruciales, como el tope a los precios del alquiler, con el fin de alcanzar ese acuerdo. El negociador gubernamental, Félix Bolaños, es quien dirige las conversaciones mano a mano con la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, y con los socios gubernamentales, ERC y Bildu.

Bolaños y Belarra, a los mandos

Fuentes parlamentarias aseguran que las conversaciones han escalado de nivel en las últimas horas, trascendiendo del plano técnico al político, e implicando a los portavoces de los grupos parlamentarios «mano a mano» con el ministro de Presidencia. Algo que hace presagiar la fumata blanca en las próximas horas… o días. «El acuerdo está muy cerca», dicen los más pesimistas que dudaban de la inminencia hace días y que guardan con celo los pormenores de las conversaciones para que evitar que estas encallen y se descuelguen sus interlocutores. 

El mejor síntoma de la buena marcha de estos contactos es el pacto de silencio con el que se está desarrollando desde el pasado lunes, en que este periódico informó de la inminencia del acuerdo. Tras la cascada de declaraciones del fin de semana por parte de Irene Montero, Ione Belarra, y los portavoces de Podemos, ligando los resultados electorales del 28-M a una acción «contundente y eficaz» por parte del Gobierno de coalición, las palabras han dado paso a una negociación discreta a cuatro bandas: Bolaños, Belarra, y los portavoces de ERC, Gabriel Rufián, y Bildu, Mertxe Aizpurua. 

«Yolanda no está negociando, Sánchez está dirigiendo»

Según Moncloa, ni el presidente Sánchez ni la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, «han intervenido en ningún momento», salvo para dar directrices a Bolaños en el caso de Sánchez. Sobre Yolanda Díaz, tanto Moncloa como los grupos parlamentarios implicados niegan tajantemente su implicación en las conversaciones, porque esto ahuyentaría a los republicanos, con quienes la ministra de trabajo arrastra discrepancias y asperezas desde la reforma laboral. «Yolanda no está negociando, Sánchez está dirigiendo», explican fuentes gubernamentales.

El Gobierno es consciente de que necesita desencallar el acuerdo con urgencia, primero para destensar las relaciones con Podemos, ERC y Bildu, tras su alianza con las enmiendas para la reforma del sí es sí, que se debatirá en el Congreso el próximo 20 de abril, y se espera aprobar definitivamente el 26 de este mismo mes en el Senado. La sinergia en la presentación de enmiendas prácticamente idénticas hace temer al Ejecutivo sobre una estrategia de erosión de Podemos, ERC y Bildu, para distanciarse del Gobierno y retratar a Yolanda Díaz a rebufo del PSOE, tras el reciente anuncio de su candidatura. 

Acuerdo antes del miércoles

Tras el alejamiento del PSOE y estas tres formaciones por la ley mordaza, fuentes socialistas admiten que es «absolutamente imprescindible» que se apruebe la ley de Vivienda como broche de la legislatura y para compensar el desencuentro de la coalición en dos las principales banderas ideológicas y promesas electorales con las que concurrieron a las urnas en los últimos comicios: la Ley de Seguridad Ciudadana, también llamada ley mordaza, y la Ley de Libertad Sexual, conocida como la ley del solo sí es sí.

Si no hay acuerdo por la Vivienda, se complicará la campaña para Pedro Sánchez que sólo podrá aferrarse a la economía para contrarrestar la ofensiva de sus socios por las promesas incumplidas en el terreno ideológico. Urge una tregua y el presidente del Gobierno quiere escenificarla el próximo miércoles 19 de abril, en su comparecencia en el Congreso, a un mes de las elecciones municipales y autonómicas del 28-M.

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