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Política

Las feministas acusan a Podemos de usar el 'caso Rubiales' para «blanquear» el 'sólo sí es sí'

La Alianza contra el Borrado de las Mujeres critica la «instrumentalización política» del beso

Las feministas acusan a Podemos de usar el ‘caso Rubiales’ para «blanquear» el ‘sólo sí es sí’

La secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, junto a la ministra de Igualdad, Irene Montero, durante la Sesión Constitutiva de la XV Legislatura en el Congreso de los Diputados. | Europa Press

Podemos está tratando de utilizar el caso Rubiales para vender las supuestas bondades de la ley del sólo sí es sí, que ha beneficiado a más de mil violadores y pederastas (1.155 rebajas de penas y 117 excarcelaciones). Un empeño que no ha pasado desapercibido para las feministas clásicas, aglutinadas en la Alianza contra el Borrado de las Mujeres, que han criticado la «utilización del abuso cometido contra una deportista para blanquear» la polémica norma.

Desde que el pasado domingo 20 de agosto estalló la polémica, los principales dirigentes morados, Irene Montero, Ione Belarra y Pablo Echenique, han celebrado la norma por sus hipotéticos efectos beneficiosos y han obviado convenientemente los efectos nocivos que aún continúa generando. Este mismo lunes, sin ir más lejos, el Tribunal Supremo rebajaba las condenas de 14 y 7 años de prisión a 12 y 6 años a dos hermanos que violaron a una menor tras emborracharla en su casa de Madrid. Esto sucede en aplicación de la norma, que es la más beneficiosa para ambos.

Lejos de hacer autocrítica, el exportavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha acusado a los «Rubiales con toga» de «beneficiar violadores». Una aseveración que ha provocado «vergüenza ajena» en la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, que está compuesta por más de un centenar de colectivos feministas, y que ha denunciado que se esté tratando de «blanquear» esa norma.

Defensa de Igualdad a la ley

Desde que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) robó un besó a Jennifer Hermoso, jugadora de la selección femenina, la ministra de Igualdad ha utilizado el revuelo social para preconizar la necesidad de la ley del sólo sí es sí, que habría permitido un «cambio de paradigma». Así lo defendió en un artículo publicado en Canal Red, el medio que dirige Pablo Iglesias: «Acabaremos con las violencias sexuales cuando desarrollemos la ley del solo sí es sí hasta garantizar a cada víctima de violencia sexual su derecho a la detección precoz, la atención integral (psicólogas, abogadas, trabajadoras sociales especializadas, y sin necesidad de poner denuncia) y su forma particular de reparación, individual y colectiva».

Además, la norma que ha beneficiado ya a más de mil depredadores sexuales habría servido, en el argumentario de Irene Montero, para «poner el consentimiento en el centro» y entender que «en lo cotidiano asumir que no podemos ya mirar para otro lado». Una tesis similar a la enarbolada por su compañera Ione Belarra, muy vehemente en la defensa de la norma por haber blindado supuestamente el «consentimiento» en el Código Penal.

Críticas feministas

Pero esta tesis está siendo refutada por las feministas de la Alianza contra el Borrado de las Mujeres, que han cargado duramente estos días contra los dirigentes de Podemos por la «instrumentalización política» que están haciendo del caso Rubiales. La filósofa Tasia Aránguez recuerda que la ley del sólo sí es sí «no cambia en nada el castigo penal a un beso no consentido y robado por un jefe», que «ya podía castigarse antes de esta ley como delito de abuso sexual». «Aunque el caso se esté empleando para limpiar la imagen de Montero por su grave negligencia de liberar a violadores, lo cierto es que el consentimiento ya estaba antes en la ley», abunda en se denuncia contra la «instrumentalización política» del caso.

Una tesis que comparte Paula Fraga, jurista y también miembro destacada de la Alianza, que ha deseado que Jennifer Hermoso denuncie públicamente «la instrumentalización que están haciendo de su caso para defender sus nefastas leyes y políticas», ya que «a la primera que están damnificando es a ella».

La psicóloga feminista Laura Redondo va más allá de sus compañeras al señalar que «la trampa del modelo de consentimiento es que puedes decir que sí por miedo, coacción, vulnerabilidad…». Ergo, el uso del sólo sí es sí es, a su juicio, «perverso e incorrecto» porque «el consentimiento puede estar viciado y ser inválido al decir que sí»: «Debemos ir más allá, al deseo y las decisiones libres».

División del feminismo

En definitiva, el caso Rubiales ha vuelto a evidenciar la división del movimiento feminista, hace ya tiempo escindido entre el feminismo clásico o radical, de raigambre marxista, y el feminismo queer, abrazado por Podemos. Las primeras denuncian que la ley del sólo sí es sí no ha tenido efectos positivos en términos penales, pero sí otros perniciosos: 1.155 reducciones de penas y 117 excarcelaciones de agresores sexuales. Una circunstancia que los morados achacan a los «Rubiales con toga» mientras predican en el desierto las bondades de la norma.

Las segundas, aglutinadas mayoritariamente en la Comisión 8M, se manifestaron este lunes en la plaza de Callao (Madrid), a donde acudió la propia ministra de Igualdad a blasonar de haber convertido España en «un referente internacional en la defensa de los derechos de las mujeres», y a insistir en que «sólo sí es sí».

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