Rosa Díez: «Sánchez no tiene ningún tipo de límite, es un esclavo de su ambición de poder»

Más de cien organizaciones cívicas unirán fuerzas el próximo sábado 18 de noviembre en la plaza de Cibeles (Madrid) para protestar de forma pacífica contra la concesión de una amnistía a los líderes del procés —en la que se incluirían personas condenadas por malversación y ciudadanos investigados por terrorismo—. Consideran que entregar este perdón por siete votos «atenta contra la igualdad de los ciudadanos ante la ley» y reclaman que el Ejecutivo dé marcha atrás en sus planes —necesarios para investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno esta misma semana— para salvaguardar la democracia en España ante el «golpe a la legalidad» que se pretende perpetrar.

Díez ha sido una de las figuras más críticas con el PSOE en los últimos años. Tras abandonar el partido en 2008 para embarcarse en la aventura de UPyD, la política ha chocado frontalmente con su antigua formación al considerar que se ha convertido «en una secta» desde los tiempos de la secretaría general de José Luís Rodríguez Zapatero. Ahora, tras haber dejado la primera línea de la política, se sumará como representante de una de estas instituciones a la protesta del próximo sábado. THE OBJECTIVE conversa con ella para analizar los planes de estas organizaciones y su visión acerca de la ley de amnistía.

PREGUNTA.- ¿De dónde viene su perplejidad por el rumbo actual del PSOE?

RESPUESTA.- Esa cosa que se sigue llamando PSOE se ha convertido en un rebaño sin ningún tipo de libertad ni de capacidad para actuar como ciudadanos. En cada momento superan la peor de las expectativas, primero con el acuerdo con Esquerra, luego con el que suscribieron con Bildu. La superaron también en el acuerdo con Junts y ya lo han vuelto a superar con el texto de la ley de amnistía. Está más que demostrado que Sánchez no tiene ningún tipo de límite, que es un esclavo de su ambición de poder. Pero cada vez que actúa demuestra hasta qué punto esa reflexión es tan cierta que supera cualquiera de las de las peores opiniones.

P.- ¿Usted es partidaria de una repetición electoral o valoraría la posibilidad de celebrar un referéndum para votar sobre la ley de amnistía una vez ya se ha registrado y parece segura su aprobación?

R.- No cabe el referéndum sobre la ley de amnistía. Si es, como creo que es, inconstitucional, lo que cabria sería reformar la Constitución. Hacer un referéndum sería tanto como admitir que cabe en la Constitución, así que es una premisa que con la que no cuento. No se trata de si se prefiere o no una repetición de las elecciones. Estamos ante una situación en la que lo que tenemos es un Gobierno sublevado contra el orden constitucional y una necesidad de que todos los poderes del Estado, las instituciones y los ciudadanos actuemos en defensa de la democracia. Apelar a una repetición electoral cuando quien tiene que convocar las elecciones ha demostrado estar dispuesto a cualquier cosa por obtener y mantener el poder es una apelación que me lleva a la frustración. Lo que está en nuestra mano es utilizar todos los instrumentos de las leyes nacionales y de las instancias internacionales y europeas para frenar esta esta deriva que rompe la igualdad entre españoles y el Estado de Derecho.

P.- ¿Esa frustración que me explica va dirigida contra el principal partido de la oposición, cuyo principal argumento para evitar la consumación de esta nueva ley es una llamada a las urnas?

R.- Mi reacción se dirige contra quienes en este momento están abanderando la ruptura del ordenamiento jurídico, del orden constitucional y de la democracia. Luego uno puede tener posiciones más o menos coincidentes con los partidos de la oposición, en este caso con el Partido Popular. No nos Podemos distraer aquí porque en lo que estamos es en la defensa de la democracia, del orden constitucional. En eso tenemos que estar juntos al margen de las siglas y la ideología de cada cual en defensa de lo que nos une: el sistema del 78, la democracia y la igualdad de los españoles ante la ley. Lo está vulnerando el Partido Socialista. La apelación del Partido Popular no llama a resolver esta ley por la vía de la votación, sino a colocar a quienes sancionarán en el Congreso [los diputados y a las diputadas del PSOE] ante su verdadera responsabilidad. No les han votado para que hagan esto, sino para que hagan justo lo contrario. Es una apelación de sentido común.

«El PSOE es una secta infectada por Zapatero y por Sánchez con un único elemento vertebrador: que no gobierne la derecha, a la que odian más que cualquier otra cosa»

P.- ¿Puede explicarnos en qué consistirá la protesta organizada por varias instituciones constitucionalistas este próximo sábado?

R.- Somos más de 100 organizaciones y movimientos cívicos de toda España. Convocamos a los ciudadanos para que salgan a la calle en defensa de las instituciones, para que digan no a la amnistía, a todas las leyes que de ella se derivan para poder proteger así la igualdad entre españoles, que es lo que quiebra todos los acuerdos que ha alcanzado Pedro Sánchez para conseguir los votos y ser presidente del Gobierno. Convocamos a los españoles para que nos pongamos en pie y para que demostremos que hemos entendido que las instituciones no se defienden solas y tenemos el deber de resistir. Estamos viendo como tantas instituciones y funcionarios públicos están reaccionando contra contra estas leyes rompedoras del orden constitucional y de la igualdad y deben sentirse acompañados por los ciudadanos. No vamos a pedir perdón por defender la democracia.

P.- Varios dirigentes políticos han confirmado que acudirán como ciudadanos de a pie. Me gustaría preguntarle si algún dirigente socialista o algún excompañero de partido le ha confirmado que acudirá o le ha dicho que le gustaría acudir, pero que no se lo permiten las siglas en las que milita.

R.- No he hablado en los últimos días con ningún militante activo del Partido Socialista, pero me consta que hay personas que han militado muchos años de su vida que van a acudir. Nicolás Redondo, por ejemplo, me dijo que iba a acudir. Entre los que acudan habrá caras conocidas y caras seguramente muy desconocidas de personas a lo largo de su vida han votado al PSOE e incluso a lo mejor hasta siguen teniendo el carné, aunque es poco relevante porque desgraciadamente el PSOE es una secta infectada por Zapatero y por Sánchez con un único elemento vertebrador: que no gobierne la derecha, a la que odian más que cualquier otra cosa. Como tal no se puede esperar nada de las personas que lo han seguido, aunque supongo que podemos esperar en algún momento que la la gota que colme el vaso.

P.- Pero me da la sensación de que llevan ustedes esperando a que esa gota colme el vaso mucho tiempo. Primero con los indultos, posteriormente con los pactos con el nacionalismo, las críticas a los socialistas clásicos. No sé si es ser muy cándido el plantearse que habrá una gota que harte al elector socialista.

R.- Si simplemente nos limitáramos a esperar que las consecuencias de los actos de Sánchez provocaran la gota que colma el vaso sería candidez. El ser humano tiene un límite. Llega un día en que eso se produce, y además de esperar tenemos que hacer cosas. Yo me fui del PSOE porque parecía que nadie sentía que la gota que colmaba el vaso había caído. Cuando el mío se colmó, me fui. Estoy segura de que en algún momento se producirá.

P.- ¿Echa de menos esos golpes sobre la mesa de los socialistas clásicos?

R.- Es que hay gente que sigue teniendo el carné del PSOE, pero ya no es del PSOE, ya no es de este PSOE. A Felipe González lo correrían a gorrazos en una asamblea en Sevilla.

P.- Y sin embargo, a diferencia de usted, ellos siguen militando del partido.

R.- Allá cada cual. Cada uno tiene sus límites y sus cálculos. Hay quien piensa que desde dentro puede cambiar y así lo han explicado muchos de ellos, que estando dentro del PSOE puede provocar que cambie. Demostrado está que no es así.

P.- Volviendo a la protesta del sábado, ¿usted cree que una protesta organizada por organizaciones civiles es más beneficiosa en la batalla contra la amnistía?

R.- Ni más ni menos. Todos tenemos algo que hacer en esta materia. No hay que ser excluyentes. Cada cual desde sus fuerzas, su ámbito, y desde sus decisiones, pero todos juntos con el mismo objetivo. No es o las o las asociaciones cívicas o los partidos políticos o las instituciones o la gente en la calle. Es todo. Debemos utilizar todos los instrumentos de la democracia frente a los ataques contra ella.

P.- ¿En su visita a Madrid acudirá a las protestas frente a la sede del Partido Socialista en la calle Ferraz.

R.- No. Sencillamente no es mi estilo.

P.- ¿Qué, de todo lo que sucede en las protestas de la calle Ferraz, no es su estilo?

R.- No es mi estilo ir frente a las sedes de los partidos políticos. No me gusta, no me veo ahí. Respeto a quienes lo hacen, sobre todo a los ciudadanos anónimos que expresan así su repulsa contra las decisiones que está tomando el PSOE, pero no es mi sitio.

P.- ¿Tienen previstas más movilizaciones después del sábado en que el gobierno se forma?

R.- No tenemos agendadas, que se dice, pero yo creo que está más que demostrado que habrá que estar en la calle, además de en todos los foros nacionales e internacionales, defendiendo la democracia y defendiendo de quienes la atacan. Habrá que estar en la calle hasta ganar. No nos queda otra alternativa. En España estamos viendo el modelo polaco. El Gobierno trata de dar un golpe contra la democracia y primero lo denuncian los jueces, luego las instituciones profesionales, los funcionarios y los agentes públicos. Después empezaron a salir a la calle los ciudadanos por millones. Cuando eso se produjo y se mantuvo, se frenó a quien quería dar el golpe contra la democracia.

P.- Entiendo entonces que confía en la actuación de Europa en los próximos meses.

R.- No es que no es que confíe, es que es que hay que provocarla dándoles toda la información, los argumentos y todos los detalles de lo que se está produciendo. Europa siempre actúa de la misma manera, ejecutando cuando siente que un problema que se está produciendo en un país comienza a ser un problema para el conjunto de la Unión. Lo que está sucediendo en España, a nuestro juicio, vulnera los tratados. Por eso hemos presentado también una petición a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo citando los artículos 7 y el 2.19, en concreto. Tengo plena confianza en que finalmente las instituciones europeas tendrán que actuar, pero en legítima defensa, no solo de España, sino del conjunto de la Unión.