La ministra Mónica García lanza una 'operación simpatía' para huir de su perfil áspero

La ministra de Sanidad, Mónica García, quiere darse un lavado de imagen. Fuentes de Sumar, la coalición que lidera Yolanda Díaz y que engloba a Más Madrid, la formación de Díaz, revelan que la responsable de Sanidad ha decidido centrarse en la promoción de su perfil ministerial, en el marco de algo parecido a una operación simpatía. «No es un momento de medios, sino de darse a conocer», sostienen las fuentes consultadas, que apuntan a una reflexión en el seno del equipo más estrecho de García, donde aconsejaron a la ministra aprovechar el cargo para acercarse al sector médico y, sobre todo, intentar huir de una imagen áspera y demasiado estricta.

García ha decido centrarse en reuniones con miembros del sector médico, también fuera de Madrid. Las fuentes consultadas sostienen que García no tiene interés en volver a la Comunidad de Madrid para enfrentare a Isabel Díaz Ayuso en los próximos comicios autonómicos. Y por ello quiere aprovechar su etapa ministerial para «darse a conocer» bajo una nueva pátina. Aunque a García sus compañeros le reconocen la habilidad de «hacerse escuchar», las relaciones en el grupo parlamentario y en su propio partido estarían en mínimos históricos. De allí que los sectores de Más Madrid ya están pensando en su relevo. La actual portavoz, Manuela Bergerot, no está convenciendo, así que «sobre la mesa» se hallan nuevos nombres.

La exportavoz de Más Madrid en la Asamblea de la Comunidad de Madrid ha decidido centrarse en la actividad ministerial. Pero sobre todo en intentar ofrecer una imagen de ministra dialogante y cercana al sector profesional médico. En diciembre, García se reunió con con asociaciones y organizaciones de la sociedad civil con el objetivo de «trabajar la agenda legislativa encaminada a recuperar la universalidad de la sanidad».

Enfermeros y médicos

El 12 de enero, García se reunió con el Consejo General de Enfermería y el 18 de ese mismo mes, se citó con el Consejo General de Médicos (CGCOM) para analizar los retos y necesidades del Sistema Nacional de Salud. El 1 de marzo, la responsable de Sanidad habló con la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) con el objetivo de establecer una interlocución directa. En todos estos casos, el objetivo ministerial es mostrar su cercanía y disponibilidad al diálogo.

Los equilibrios en Más Madrid obligan a García a buscarse un futuro al margen de la Comunidad de Madrid, sostienen las fuentes consultadas. «Mónica ha llegado al Ministerio sabiendo que no volverá a la Asamblea, mientras que otros ministros sí que pueden tener ambiciones de este tipo», comentan fuentes madrileñas de Sumar. Se refieren concretamente a perfiles como Pablo Bustinduy, o incluso Ernest Urtasun, que pueden convertir el ministerio en un trampolín para otros tipos de candidaturas.

García, en cambio, según las fuentes consultadas, necesita primero consolidar su imagen en un sector profesional del que procede: es anestesista de profesión. Y el objetivo de la ministra es apartarse de momento de cuestiones políticas generales, para afianzar su perfil técnico y sobre todo reforzar el perfil institucional.

Cierre de filas con Díaz

Por ello, García se ha convertido en una de las principales defensoras de Yolanda Díaz, a quien por razones tácticas no está cuestionando, sino defendiendo sin fisuras. «Está muy con Yolanda, no la cuestiona para nada. No quiere pisar la manguera a nadie», sostienen las fuentes consultadas para referirse también a lo que está ocurriendo en el PSOE con cuestiones como la amnistía a Carles Puigdemont o el escándalo de corrupción a raíz del caso Koldo.

Nada más llegar al ministerio, García pronunció toda una declaración de intenciones. Reiteró su interés en una gestión lo más profesional posible, alejándola de cuestiones políticas de carácter general o del «ruido» que los de Sumar reprochaban a Podemos. Ahora García ha decidido dar un paso más para en su proyección pública intentando trasladar una imagen amable y sociable, según sostienen fuentes de su propio segmento político. 

«El problema de Mónica es que resulta antipática, es muy estricta, y su gente se lo ha dicho», afirman en Sumar. De ahí que la ministra intente afianzar una operación simpatía que la aleje de las cuestiones políticas de más actualidad y la centren en la promoción de su ministerio. Todo ello con el objetivo de ganar enteros en el sector profesional de los médicos y la enfermería, consolidando así su figura política bajo una nueva luz. Amabilidad y cordialidad, por encima de ese perfil guerrero y áspero que, según sus propios compañeros de Más Madrid y Sumar, ha esgrimido a lo largo de las últimas batallas políticas con Isabel Díaz Ayuso.