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Pedro Sánchez, el presidente que rompió con la Transición

El presidente del Gobierno ha decidido no dimitir y continuar al frente del Ejecutivo

Pedro Sánchez, el presidente que rompió con la Transición

Pedro Sánchez en el Complejo de la Moncloa. | Alberto Ortega (Europa Press)

«Soy Pedro Sánchez y nací en Madrid, en el barrio de Tetuán, en 1972. Estoy casado y tengo dos hijas». Así se presentaba Pedro Sánchez en la página web del PSOE, desaparecida tras su llegada a Moncloa. Un líder del PSOE que ha llevado al partido lejos de lo que era con Felipe González y Alfonso Guerra, sobre a todo a raíz de sus pactos con partidos nacionalistas e independentistas y su amnistía a los políticos catalanes. Este lunes, el líder de los socialistas ha anunciado su decisión de continuar al frente del Ejecutivo, tras apartarse de la agenda pública durante cinco días para reflexionar tras las informaciones publicadas sobre la presunta corrupción de su mujer, Begoña Gómez, muchas de ellas publicadas por THE OBJECTIVE. 

«De joven iba en chándal y era un breaker… Bailaba break dance en las plazas de Azca (Madrid)», confesó en 2015 a Bertín Osborne en una entrevista, en la que reconocía que hasta los 31 años fue «un poco bala». Pero en ese momento algo cambió en su vida, conoció a su actual mujer, Begoña Gomez, de la que aseguró que se enamoró «rápidamente» y que había una cosa que le encantaba: «Que no se dedica a la política».

Sánchez estudió en el instituto público Ramiro de Maeztu, donde fue jugador de la cantera del club de baloncesto Estudiantes y coincidió en los pasillos con la reina Letizia. Llegó a a este centro tras pasar su infancia en el colegio privado religioso Santa Cristina de Chamartín.

En 1995, se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por el Real Colegio Universitario María Cristina, centro adscrito a la Universidad Complutense de Madrid. Posteriormente, cursó dos estudios de posgrado: Máster en Economía de la UE por la Universidad Libre de Bruselas y Diplomado en Estudios Avanzados en Integración Económica y Monetaria Europea por el Instituto Universitario Ortega y Gasset.

En 2012, Sánchez se doctoró en Economía por la Universidad Camilo José Cela, donde ejerció de profesor de Economía. Su tesis doctoral Innovaciones de la diplomacia económica española: Análisis del sector público (2000-2012) fue objeto de polémica y se le acusó de plagio. En septiembre de 2018 el ya presidente del Gobierno dio permiso para hacer pública su tesis.

Pero más allá de su etapa académica, Sánchez fue asesor en el Parlamento Europeo (1998) y jefe de gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia durante la Guerra de Kosovo. (1999).

Su entrada en política activa

Pedro Sánchez se afilió al PSOE en 1993, pero su entrada en la política activa no se produjo hasta 2004 cuando obtuvo un acta de concejal en el Ayuntamiento de Madrid, donde estuvo hasta 2009; después fue diputado por la circunscripción de Madrid del 2009 al 2011.

Fue en 2009 cuando llegó de rebote al Congreso de los diputados, gracias a la dimisión de Pedro Solbes, momento en el que corrió la lista del PSOE en el que él estaba el primero. En 2013 y de nuevo de rebote, llegó a la Cámara Baja tras la renuncia de Cristina Narbona a su escaño.

Poco después de ser elegido secretario general del PSOE en 2014, el Rey le encargó la formación de gobierno tras las elecciones generales de diciembre de 2015 al no contar Mariano Rajoy con el respaldo necesario, pero Sánchez fracasó en su intento con dos investiduras fallidas.

Crisis del PSOE

La repetición electoral de junio de 2016 marcó un punto de inflexión para Sánchez. Así, en octubre de 2016 dejó de ser diputado, en plena crisis del PSOE, con motivo de la investidura de Mariano Rajoy, votada por una parte del Grupo Socialista.

Sánchez fue uno de los que tomó la postura de la negativa a la investidura de Rajoy como presidente del Gobierno, por lo que se enfrentó entonces a la mayoría del grupo parlamentario socialista (partidario de la abstención), renunció a su escaño y fue expulsado como líder del PSOE.

En la tarde del 1 de octubre de 2016, durante la celebración de un tenso Comité Federal, que acabó por romper el partido en dos, Pedro Sánchez presentó su dimisión como secretario general.

Pero en mayo de 2017 resurgió con el apoyo de la militancia, que lo eligió nuevamente como secretario general del partido en unas elecciones primarias, enfrentándose a las candidaturas respectivas de Susana Díaz y Patxi López. Obtuvo más del 50 % de los votos de los militantes. Sánchez fue proclamado secretario general durante la celebración del 39.º Congreso del partido el 18 de junio de 2017.

Regreso a primera línea

Su regreso a la primera fila de la actualidad política fue a lo grande, como le gusta a Sánchez, con una moción de censura contra el Gobierno de Mariano Rajoy. A finales de mayo de 2018 se produjo el fallo de la Audiencia Nacional de la primera macrocausa del Caso Gürtel en el que se señaló al Partido Popular (PP) como partícipe a título lucrativo de la trama. Tras la difusión de la sentencia el PSOE registró el 25 de mayo en sede parlamentaria una moción de censura contra Rajoy.

Hizo historia así logrando por primera vez en la España reciente sacar adelante una moción de censura -lo que le convirtió también en el primer presidente que llega al Gobierno sin pasar por las urnas-.

No obstante, el rechazo del Congreso a sus primeros presupuestos lo llevó a convocar elecciones en abril del 2019. El líder de los socialistas ganó pero no logró apoyos suficientes para ser investido presidente, por lo que fijó una repetición electoral en noviembre de ese mismo año tras la que formó junto a Unidas Podemos el primer Gobierno de coalición de la historia de España.

El gobierno con Podemos y los pactos con independentistas

Fue a partir de ahí cuando su política tomó un nuevo rumbo, un nuevo PSOE que se ha ido alejando cada vez más del de Felipe González y Alfonso Guerra, sobre a todo a raíz de sus pactos con partidos nacionalistas e independentistas.

Entre los logros de su Gobierno, Sánchez ha destacado en varias ocasiones medidas como la aprobación de la reforma laboral (con una votación en el Congreso salvada a última hora gracias al error de un diputado del PP), la subida del salario mínimo interprofesional o la reforma de las pensiones.

Pero su gobierno con Podemos no ha estado exento de críticas y de crisis internas, como las fuertes discrepancias que los enfrentaron con la reforma de la ley del solo sí es sí o las críticas por la reforma del delito de sedición y la aprobación de la ley de memoria democrática

También ha sido un Ejecutivo marcado por las crisis externas: al poco tiempo de ser investido presidente, Sánchez decretó el estado de alarma por la pandemia del coronavirus, y tuvo que afrontar a continuación catástrofes naturales como la nevada de Filomena o la erupción del volcán de la Palma, así como las consecuencias económicas y políticas de la guerra en Ucrania.

Así, también ha estado marcado por injerencias externas como el espionaje de su móvil y el de varios ministros con el software israelí Pegasus y su polémico cambio de postura sobre el Sáhara Occidental. En marzo de 2022, Pedro Sánchez envió una carta al rey de Marruecos en el que señalaba que «España considera la propuesta marroquí de autonomía (para el Sáhara) presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo». La oposición le acusó de dar un giro de 180 grados en la tradicional política hacia la antigua colonia y abría una nueva etapa en la relación con Marruecos.

Su no dimisión tras las noticias sobre su mujer, Begoña Gómez

El último capítulo de la vida política de Sánchez se ha producido este mismo lunes 29 de abril cuando el líder del PSOE ha anunciado su decisión de continuar al frente del Ejecutivo. Lo ha hecho tras apartarse durante cinco días a reflexionar tras las informaciones publicadas sobre la presunta corrupción de su mujer, Begoña Gómez, muchas de ellas publicadas por THE OBJECTIVE. 

«He decidido seguir, seguir con más fuerza si cabe al frente de la Presidencia. Esta decisión no supone un punto y seguido, es un punto y aparte, se lo garantizo», ha indicado Sánchez desde Moncloa, que ha pedido que «la mayoría social se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo».

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