Homo sapiens

La pereza del Homo erectus facilitó su extinción, según un estudio

La pereza del Homo erectus facilitó su extinción, según un estudio

La pereza contribuyó, en parte, a la extinción del Homo erectus, un homínido extinto que habitó la Tierra en un periodo que abarca entre unos 1,8 millones de años y 350.000 años antes de la era del Homo sapiens, según un estudio de la Universidad Nacional Australiana (ANU) y publicado en la revista científica PLoS One. La investigación se apoya en las evidencias halladas en las excavaciones arqueológicas que se realizaron en 2014 en el yacimiento de Saffaqah (Arabia Saudí) sobre las antiguas poblaciones humanas que datan de la Edad Temprana de Piedra.

Los neandertales se extinguieron por estrés

Los neandertales se extinguieron por estrés

Esta conclusión ha sido deducida por las dos instituciones a raíz del análisis de 208 restos de pequeños vertebrados hallados en Cova Eirós, en Lugo. Todos pertenecen a los últimos años del Paleolítico Medio -de 40.000 años de antigüedad- y el Paleolítico Superior Inicial -32.000 años-. Su examen pormenorizado ha revelado datos muy importantes sobre el ecosistema que existía en aquella época, en la que vivieron los neandertales. Y es que las condiciones climáticas y ambientales de esta zona de Galicia eran muy semejantes a las que conocieron los primeros humanos anatómicamente modernos, los sapiens. Era un entorno frío y más lluvioso que el actual al que pudieron adaptarse con mayor facilidad que sus antepasados. El estudio ha sido publicado en la revista científica Quaternary Science Reviews.

¿Cómo evolucionaremos los humanos en los próximos 200 años?

¿Cómo evolucionaremos los humanos en los próximos 200 años?

Los artículos publicados por la BBC y The Guardian sobre la idea de Harari señalan los principales características de esta evolución: por supuesto los humanos seguirán existiendo,  pero probablemente serán muy distintos a nosotros, de la misma forma que nosotros somos distintos a los neandertales y estos de los chimpancés. La vida evolucionará con el diseño de la inteligencia y romperá con el reino orgánico para pasar al inorgánico, lo que significa que no se tratará de una evolución por selección natural, sino basada a partir del diseño de dicha inteligencia. Uno de los factores que el autor señala como clave es el hecho de que en la actualidad, nuestro comportamiento puede procesarse para saber lo que queremos antes de que nosotros mismos nos demos cuenta,  y este factor tiene el potencial de cambiar lo que significa ser humano. Hasta ahora, no sólo hemos conquistado la naturaleza, sino que también, aunque a paso lento, hemos comenzado a derrotar peores enemigos de la humanidad, como el hambre y la enfermedad. Sin embargo, según Harari, hemos logrado estos triunfos construyendo complejas redes que tratan a los seres humanos como unidades de información, y la ciencia de la evolución nos enseña que, en cierto sentido, no somos más que máquinas de procesamiento de datos. Mediante la manipulación de estos datos, podemos ejercer dominio sobre nuestro destino, o por otro lado, que la inteligencia artificial acabe dictando el mismo, lo que sin duda permite aventurar que los humanos serán algo diferente al Homo sapiens actual.

El extraño ADN de los habitantes de Oceanía

El extraño ADN de los habitantes de Oceanía

El equipo científico internacional, liderado por la Universidad de Washington, ha analizado secuencias de genoma de 1523 individuos a escala mundial. El objetivo era conocer la influencia genética de dos especies de Homo extintas: los neandertales y los denisovanos. Según los investigadores, los melanesios tuvieron que llegar a Oceanía desde África. ¿Por qué los que habitan hoy en Melanesia tienen la mayor ascendencia genética de denisovanos del mundo? Esta es todavía una incógnita.

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