Lo mejor de 2019: los videojuegos que nos han encandilado

Diciembre es mes de listas. No solo las de los regalos de Navidad, sino las que recopilan lo mejor del año en el mundo del ocio. Es el momento de premiar, aunque sea con una mención, a quienes nos han robado el corazón en estos doce meses.

En el terreno del videojuego, hace apenas un par de semanas que pudimos conocer a los ganadores de los premios anuales The Game Awards, elegidos por votación popular, en los que el gran triunfador fue Sekiro: Shadows Die Twice. El nuevo juego de From Software y de la mente de uno de los diseñadores que se ha abierto camino como referente en los últimos años, Hidetaka Miyazaki. A pesar de compartir apellido con el cofundador del Studio Ghibli, su enfoque creativo no podría ser más distinto. Los juegos con el “sello Miyazaki” han acuñado ya una nueva etiqueta, soulslike, en referencia a aquellos con los que inició su andadura y que incluyen la palabra “souls” en su nombre (Demon’s Souls, Dark Souls): experiencias exigentes, para jugadores que disfrutan con una dificultad exacerbada, en mundos con un trasfondo misterioso, sombrío y asfixiante. Sekiro aúna estas características y las traslada al escenario de un Japón feudal con fuerte presencia de lo mitológico y del simbolismo sintoísta.

Sekiro: Shadows Die Twice ganó los premios a Juego del Año y Mejor juego de acción y aventura, aunque tampoco faltaron entre los galardonados otros títulos estrella del año como Death Stranding (Mejor banda sonora, Dirección e Intepretación para Mads Mikkelsen), o los incombustibles League of Legends o Fortnite. Uno de los juegos más exitosos de nuestra producción patria de los últimos años, Gris, lanzado en diciembre del año pasado, ganó el premio Games for Impact, que distingue a aquellos con un fuerte calado emocional.

Sin embargo, aunque los resultados de los The Game Awards reflejen en gran medida el pulso de la comunidad del videojuego a nivel global, las listas particulares de los medios muestran opiniones y preferencias de lo más variado. Al final, aunque cada año tenga sus triunfadores claros, es una cuestión de gustos, de afinidades y de ser capaz de conectar o no con una obra. Como nosotros no podíamos quedarnos atrás, os ofrecemos nuestro particular top 5 de 2019. Con vosotros, The Objective Awards.

1. Sayonara Wild Hearts

Hablamos de él hace algún tiempo en nuestra sección Gaming Sounds. Sayonara Wild Hearts es un juego de ritmo que puede jugarse en poco más de hora y media (si somos hábiles), estructurado como un álbum musical. A través de un inmenso universo simbólico, donde se superponen los referentes de la cultura pop y del propio mundo del videojuego, se nos narra el particular viaje de una heroína para enfrentarse a una serie de villanos, que es, en realidad, una historia de desamor y recuperación de la fe en uno mismo. Pero Sayonara Wild Hearts es mucho más que el título casual que parece a simple vista. Es una celebración del videojuego como un medio sólido, con sus propias reglas, sus elementos semióticos e interactivos que no tienen cabida en ningún otro ámbito. Es un festival para los sentidos, y una obra valiente que muestra el camino que debe seguir el medio para seguir creciendo en independencia.

 

2. Baba is You

Al igual que Sayonara Wild Hearts, Baba is You es una reflexión sobre qué significa ser un videojuego y sobre nuestro papel como jugadores. Se trata de un título minimalista, ideado por su creador, el finlandés Arvi Teikari, como una “caja de herramientas” durante una game jam. Nuestro protagonista, Baba, un bichillo indefinido de color blanco, debe superar los puzles que se le proponen en cada fase modificando a su antojo las reglas de su entorno. Dispone de bloques con los nombres de los elementos que le rodean (“muro”, “agua”, “fuego”, etc.), verbos y adjetivos. Ordenando los bloques podremos crear sentencias breves y cambiar las normas y el comportamiento de los elementos para resolver los puzles. Se trata de un juego de lógica que nos expone a las propias “tripas” del videojuego, permitiéndonos explorar distintas opciones y soluciones a través de nuestra creatividad. Mucho más sencillo de comprender y adictivo de lo que parece a simple vista.

3. Disco Elysium

Quizás el más desconocido de entre los triunfadores de The Game Awards, al menos para el gran público: se trata de un juego de rol desarrollado por el estudio estonio ZA/UM que obtuvo los premios a Mejor narrativa, Mejor juego independiente y Mejor estudio indie revelación. Disco Elysium se marca el objetivo de adaptar de la manera más fiel posible el modelo de rol de mesa al videojuego, y sin duda lo consigue, pero va mucho más allá. El componente narrativo tiene un peso abrumador, con un mundo decadente en clave de novela negra definido al máximo. Podemos explorar a nuestro antojo y nunca dejará de sorprendernos el grado de detalle de cada una de las misiones secundarias, de los diálogos de los personajes, e incluso el modo en que las habilidades de nuestro protagonista se integran en nuestras acciones para convertirse en voces activas, que en ocasiones nos harán dudar de nuestra propia agencia como jugadores.

Disco Elysium es un juego de detectives, pero sobre todo es un trabajo de orfebrería admirable. Como nota interesante, ZA/UM ha introducido un sistema de alineación ideológica. La política nunca está fuera de los videojuegos, como no lo está de cualquier manifestación cultural, pero en este título se halla en un evidente primer plano. Bien claro lo dejaron sus creadores al agradecer “a Marx y a Engels, por enseñarles a pensar” en el momento de recoger uno de los galardones.

 

4. Death Stranding

Otro juego del que hablamos hace unos días, y que casi no necesita presentación a estas alturas. La obra en la que Hideo Kojima ha volcado todas sus obsesiones, el máximo exponente de su genio y sus excentricidades; no obstante, a pesar de su presupuesto y de la campaña de marketing generada a su alrededor durante meses, también es ejemplo de una experiencia muy diferente a lo que estamos habituados en los triple A, esos pesos pesados de la industria. Death Stranding es consciente de ser un rara avis y juega a epatarnos, pero también sabe dejar la grandilocuencia a un lado para proponernos un viaje introspectivo, una reflexión a ratos amable, a ratos ingenua, sobre la necesidad de la conexión humana si queremos que nuestra sociedad sobreviva. Una vuelta de tuerca a lo que significan los likes y el compartir nuestros logros en el mundo online, en un escenario en el que tales muestras significan algo realmente.

5. Untitled Goose Game

A la hora de crear una lista con lo mejor del año, no solo hay que prestar atención a la calidad individual del título, sino también a su impacto a otros niveles. En el caso de Untitled Goose Game, probablemente ni sus propios creadores esperaban la oleada de memes, bromas y, en definitiva, diversión online que se generó alrededor de él. Tanto que el ganso protagonista incluso apareció para “robar” uno de los premios en los The Game Awards. Una repercusión insólita para el primer trabajo de un pequeño estudio independiente, que les ha venido de perlas para vender, por supuesto.

Untitled Goose Game es una gamberrada desde su propio nombre. Sí, un nombre que no es nombre, que se define a sí mismo. Y que no necesita más: ya es, para siempre, “el juego del ganso”. Un ganso burlón y malvado que todo lo que desea es hacer la vida imposible a los vecinos de un apacible pueblecito: tendremos una lista con tareas a realizar tan infames como robar las gafas a un niño o volver loco a un pobre agricultor estropeando sus cultivos, y todo ello sin que nos pillen, claro. Una mezcla de juego de puzles y sigilo que muy probablemente acabe inaugurando un nuevo género: el de los animales tocanarices. Y que, sin duda, se ha convertido en la imagen por excelencia de este 2019 en materia de videojuegos.