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Economía

¿Qué amenazas presenta la concentración de poder de Facebook?

La concentración de poder de Facebook es «un fenómeno mucho más grave de lo que la gente se piensa», valora Miguel Ortego, profesor de Derecho Tecnológico de la UEM

¿Qué amenazas presenta la concentración de poder de Facebook?

Jeff Chiu | AP

La bomba le cayó ayer a Mark Zuckerberg. Tras meses de investigación, 48 estados y el Gobierno federal de Estados Unidos han denunciado a Facebook por «monopolio ilegal» y buscan que la Justicia le obligue a deshacerse de otras dos redes sociales: Instagram y Whatsapp. El profesor de Derecho Tecnológico de la Universidad Europea de Madrid Miguel Ortego lanza una advertencia: «Nos estamos enfrentando a un fenómeno mucho más grave de lo que la gente se piensa».

¿Qué amenazas presenta el hecho de que tanto Facebook como sus hijos Instagram y Whatsapp, que suman cientos de millones de usuarios, estén en las mismas manos? «La principal amenaza que tiene cualquier monopolio», explica a The Objective Ortego, «es que los precios no son conformes a la oferta y la demanda, con lo cual los usuarios están atados de pies y manos al precio que quiera poner el servicio que es monopolístico». Pero en este caso concreto hay más. «Desde el punto de vista de la información, como es el tema de las redes sociales, es peligrosísimo porque el monopolio no permite la pluralidad de información y de noticias y, por tanto, fenómenos como las fake news son muy difíciles de atajar. Ya lo son de por sí, pero son mucho más difíciles», valora Ortego, también socio director de MediaLAW abogados.

Eso sí, Ortego es cauto a la hora de calificar la situación de monopolio. «Eso lo tiene que determinar la Justicia porque, para que sea un monopolio tienen que cumplirse una serie de requisitos, pero eso es lo que están ahora investigando».

Tecnicismos aparte, lo que sí hay es una concentración de poderes y eso plantea riesgos. «Las redes sociales y la comunicación en general ahora mismo han sustituido a los antiguos mass media y están produciendo fenómenos en los pilares democráticos, como las elecciones, en la información y los medios de comunicación, y en la educación de nuestras juventudes y las próximas generaciones», valora el experto.

«Extraña que EEUU venga ahora con esto porque cuando Facebook adquirió Whatsapp e Instagram, esas operaciones las supervisó la FTC y no dijo nada»

¿Se quedará la demanda en nada o llegará a buen puerto? Ortego se muestra contundente. «No es que crea que puede llegar o no, es que tiene que llegar a buen puerto porque nos estamos enfrentando a un fenómeno mucho más grave de lo que la gente se piensa», explica. «Una concentración de tanto poder en un sector tan estratégico como es la comunicación, que, además, tiene connotaciones también económicas muy importantes, tiene que terminar bien, es decir, tiene que haber una regulación que permita la competencia efectiva. Si no, el futuro es bastante oscuro. Estamos hablando de una sociedad empobrecida culturalmente y, sobre todo, en el tema del pluralismo político y social».

Al propio Ortego le sorprende que esos peligros no se advirtieran antes. «Lo que extraña es que Estados Unidos venga ahora con esto porque cuando Facebook adquirió Whatsapp e Instagram, esas operaciones las supervisó la Federal Trade Commission, lo que sería la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en España, y no dijo nada». Entonces, ¿por qué ahora? «Una de las razones que podríamos intuir es que se necesita mucha información y muchas pruebas para poder iniciar un procedimiento como este, con lo cual yo entiendo que lleven casi dos años recopilando información y aunando todo lo que se pueda presentar una demanda lo más sólida posible».

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Mark Zuckerberg, durante una conferencia en Salt Lake City, EEUU. | Foto: Trent Nelson | AP

Pero la Justicia de Estados Unidos no es el único problema que se le presenta a Facebook. La Unión Europea ha amenazado a las grandes tecnológicas con sanciones de hasta el 6% de su facturación si no vigilan sus contenidos, pero el marco regulatorio en este caso es distinto. «Yo creo que esto es más un deseo de la Unión Europea», considera Ortego. «La regulación actual de la Unión Europea, que es la directiva del 2000 de comercio electrónico, impide, según el artículo 15, que se supervisen o filtren contenidos por parte de los prestadores». Por lo tanto, «hay una normativa que dice que se debe retirar el contenido si se conoce que es ilícito, pero control previo como tal, ahora mismo no hay una normativa que lo ampare. Con lo cual es un deseo más que una realidad», dice.

El cerco a Facebook por parte de ambas potencias, Estados Unidos y la Unión Europea, obedece, a juicio del profesor de Derecho Tecnológico, a que «en los orígenes de todo esto, hace 20 o 30 años, la regulación era proclive a que estas empresas crecieran porque se quería que todo ese mercado se desarrollase». En cambio, «ahora que tiene un cierto desarrollo, yo creo que ya se han dado cuenta de que es necesario regularlo porque se ha perdido el control y tiene muchas implicaciones para, sobre todo, los pilares de la democracia y la economía en general». En definitiva, el problema que se presenta es que estas plataformas tienen hoy «un lugar estratégico en la cadena de valor de internet tan importante que no se puede dejar a la neutralidad y al desconocimiento de lo que está ocurriendo. Estamos hablando de cuestiones como la pedofilia que aparece en internet o abusos a menores o cosas muy graves… y solo se pueden abordar si los prestadores de intermediación de internet colaboran».

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