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Los dueños de perros son más felices que los dueños de gatos, pero menos inteligentes

En el mundo hay dos tipos de personas: las que prefieren los perros y las que prefieren a los gatos. A simple vista puede parecer algo superficial que se queda en una cosa de gustos, pero la verdad es que va mucho más allá y refleja aspectos importantes de la personalidad y el estilo de vida de cada uno. La relación que existe entre perros y humanos no tiene nada que ver con la que existe entre gatos y humanos. No es ni mejor ni peor. De hecho, ambas son maravillosas. Pero sin duda, son diferentes. Y, como es de esperar, hay científicos que llevan años investigando este tema. Algunos aseguran, por ejemplo, que los dueños de perros son más felices que los dueños de gatos.

Los dueños de perros son más felices que los dueños de gatos, pero menos inteligentes

En el mundo hay dos tipos de personas: las que prefieren los perros y las que prefieren a los gatos. A simple vista puede parecer algo superficial que se queda en una cosa de gustos, pero la verdad es que va mucho más allá y refleja aspectos importantes de la personalidad y el estilo de vida de cada uno. La relación que existe entre perros y humanos no tiene nada que ver con la que existe entre gatos y humanos. No es ni mejor ni peor. De hecho, ambas son maravillosas. Pero sin duda, son diferentes. Y, como es de esperar, hay científicos que llevan años investigando este tema. Algunos aseguran, por ejemplo, que los dueños de perros son más felices que los dueños de gatos.

Investigadores del Manhattanville College, en Nueva York, examinaron la relación entre mascotas y bienestar con una encuesta realizada a 263 personas y llegaron a la conclusión de que no hay diferencias significativas entre quienes tienen mascotas y quienes no a la hora de medir los niveles de felicidad. Sin embargo, aseguran que entre quienes tienen mascotas sí se pueden establecer diferencias según el animal de su preferencia. Aquellos que comparten su vida con un perro se sienten, por lo general, más felices, con emociones más positivas y por lo tanto más satisfechos con su vida que quienes viven con gatos. Los resultados están publicados en el diario especializado ‘Anthrozoös’ y han servido como base para otros estudios.

Los propietarios de perros tienden a ser más extrovertidos | Foto de Ben Hyrman vía Flickr

 

Son muchos los elementos que intervienen en la felicidad de una persona y muchas las formas de entender la felicidad. Pero está demostrado científicamente -midiendo los niveles de oxitocina- que los perros brindan más apoyo emocional a los humanos que los gatos. Por la naturaleza del animal, también es evidente que quienes viven con perros tienden a pasar más tiempo al aire libre y son más activos físicamente, factores que se relacionan también con la liberación de serotonina, otra hormona que influye notablemente en nuestro estado de ánimo.

«Tiene sentido que una persona amante de los perros sea más animada, porque quiere estar ahí afuera, hablando con la gente, junto a su perro. Mientras que alguien más introvertido y sensible, tal vez pase más tiempo  en casa leyendo un libro y un gato no necesita salir a caminar.» Apunta Denise Guastello, profesora de psicología en Carroll University, Wisconsin. Según sus investigaciones, las diferencias de personalidad entre quienes prefieren a los gatos y quienes prefieren a los perros están directamente relacionadas con el tipo de entorno que disfrutan más. Pero En uno de sus estudios, Guastello y su equipo de investigadores aseguran que los amantes de los gatos son más inteligentes que los de los perros.

Los propietarios de gatos tienden a ser más independientes | Foto de Markus Spiske vía Flickr

 

Para la investigación, los psicólogos analizaron pruebas de personalidad e inteligencia de 600 estudiantes y aseguran que aquellos que preferían a los gatos obtuvieron puntajes más altos en las pruebas de inteligencia. Según el estudio, se debe a que, entre otras muchas características, tienden a ser más introvertidos, más sensibles y a tener una mente más abierta, lo que mejora la creatividad y ayuda a la persona a pensar fuera de los límites, pero también hace que cuestionen más todo y tengan problemas para seguir las reglas. Los amantes de los perros, en cambio, por lo general siguen las reglas sin dificultad. También son más activas, transmiten más energía y pasan más tiempo al aire libre. “Es posible que las personas seleccionen mascotas basándose en su propia personalidad.” Concluye Guastello en el estudio.

Aunque las diferencias entre un grupo y otro no son abismales, es importante destacar que las personas que aseguran ser tan amantes de los perros como de los gatos, o incluso convivir con ambos, tienden a parecerse más, en términos de personalidad, a las personas que prefieren a los perros. Otra conclusión interesante que se repite en muchos estudios sobre este tema es que, en lo que a la elección de mascotas se refiere, polos opuestos no se atraen. Información valiosa para investigaciones sobre terapias con animales y estudios sobre adopción y abandono.

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