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Sociedad

Lara Alcázar (Femen): «No podemos estar de acuerdo con un feminismo que no es antifascista»

Lara Alcázar fundó Femen en España en 2013, cuando ella tenía 21 años. Conoció las protestas por internet y decidió traer el llamativo movimiento feminista a nuestro país y desde entonces han llevado a cabo numerosas protestas

Al decir Femen, la discusión más común no es sobre sus propuestas o los motivos por los que protestan, sino por su manera de protestar: con el pecho descubierto y el eslogan escrito sobre su propio cuerpo. Para después se deja el motivo de su protesta, que en los últimos meses se ha centrado en la lucha contra la ultraderecha.

La rama española de esta organización la fundó Lara Alcázar en 2013, cuando ella tenía 21 años. Conoció las protestas por internet y decidió traer el llamativo movimiento feminista a España. Desde entonces, han llevado a cabo numerosas protestas en nuestro país y su imagen ha aparecido en los medios de comunicación de manera repetida.

Nos encontramos con Lara en la Librería Mujeres y ahí, rodeadas de libros escritos por y para mujeres, hablamos del objetivo del grupo y del feminismo en España.

¿Qué fue lo que te llevó a fundar Femen en España?

Yo empecé a tomar contacto con otros grupos de Femen en 2012 más o menos pero hasta 2013 no fue cuando realmente se formó un grupo y empezamos a hacer acciones aquí. Yo estaba en la universidad, que es sobre todo cuando empiezas a descubrir un poco qué tipo de activismo quieres llevar a cabo, y a mí lo que me llamaba más era hacer protesta directa.
Las protestas de Femen no las vi por la tele ni nada así, fue más bien a través de las redes y de internet. Me pareció que era lo que me gustaría estar haciendo a mí y pregunté directamente qué era lo que había que hacer, cómo se organizaba y demás y a partir de ahí pues ha ido formándose progresivamente el grupo. Obviamente no somos el mismo grupo de 2013 ni tenemos las mismas ideas, sino que todo va evolucionando y se va adaptando precisamente porque es un movimiento. Eso fue también una de las cosas que me llamó como concepto y que creo que a día de hoy no solo me llama a mí sino a las compañeras que estamos dentro del grupo.

Siendo relativamente pequeño, Femen es un grupo muy conocido, pero normalmente se le conoce más por cómo protesta y no tanto por el por qué protesta. ¿No te da rabia eso?

Yo creo que sí se sabe por qué protestamos, todo el mundo sabe que somos un grupo feminista y automáticamente cuando dices la palabra feminista sabes que es un grupo que defiende la igualdad, que defiende los derechos de las mujeres y que defiende los derechos humanos al fin y al cabo. Creo que sí se conoce el contenido de nuestras protestas, pero que inevitablemente no se puede desligar de la manera en la que protestamos, ¿por qué? porque molesta. Muchas veces se plantea esta pregunta de «¿no creéis que os ven como un objeto?». Y no lo creemos porque nuestro desnudo molesta, les incomoda, hace que nos insulten, hacen comentarios y todos esos ataques demuestran que no es un desnudo que le venga bien a nadie, sino que como está fuera de sitio y es desobediente, a la mayoría de la gente no le gusta, porque está gritando, porque está reclamando algo. Cuando las mujeres estamos en pleno control sobre nuestro cuerpo de una manera política, obviamente no es plato de buen gusto para aquellos que no están de acuerdo no solo con el feminismo sino con la igualdad en general. Yo creo que muy a pesar de que quieran, como siempre, desvalorizar y echar por tierra nuestro trabajo, sí saben lo que hacemos.

El movimiento nació en Ucrania como una respuesta a la censura, que tapaba los carteles que portaban las manifestantes, y por eso decidieron protestar con su cuerpo. Aquí no existe esa censura, ¿es necesaria esta forma de protesta aquí?

Creo que hay muchas formas de protestar, y esto lo hablamos mucho mis compañeras y yo, hay muchas formas de protesta y de hacer activismo, cada una escoge cuál quiere hacer y además en qué momento lo quiere hacer. La forma de hacer activismo es libre para cualquier mujer, siempre y cuando estemos hablando de un país medianamente democrático. No podemos olvidar que vivimos dentro de una sociedad que nos permite hacer ciertas cosas porque han venido otras detrás que nos lo han ido pavimentando, nosotras por lo menos aquí en España, siendo mujeres la gran mayoría de nacionalidad española, nos podemos permitir hacer este tipo de activismo, que es directo y donde estamos expuestas a un nivel bastante grande. Porque yo no me centraría tanto en el hecho de que utilizamos el cuerpo con fines políticos para protestar, a la vez nos estamos poniendo en una posición súper vulnerable, porque no tenemos nada más que nuestro eslogan, nuestra voz y nuestro cuerpo. Entonces, yo creo que expresar y realizar un tipo de protesta tan sumamente directa y tan radical desde ese punto de vulnerabilidad pone de manifiesto muchas cosas, una brutalidad del sistema en general de cómo nos trata y cuáles son los problemas que hay, pero también un problema estructural de cómo se criminaliza la protesta, cómo se detiene a activistas, cómo la Policía detiene a feministas pero permite manifestaciones fascistas y ensalzamientos del fascismo de manera totalmente normalizada. Creo que solo con un modo de protestar se ponen de manifiesto muchísimas otras cosas que en la sociedad, bajo nuestro punto de vista, no están bien.

Lara Alcázar (Femen): «No podemos estar de acuerdo con un feminismo que no es antifascista» 1
Foto: Lucía Colom | Cedida por Femen

¿Y cuál es el objetivo actual de Femen?

Hoy por hoy, sobre todo desde la irrupción de Vox en el Parlamento, el fascismo y cómo el fascismo está avanzando no solamente en Europa, sino en lo que nos atañe a nosotras que es España. Como entendemos que el fascismo es una de las formas más extremas que tiene el patriarcado de gobernar, no podemos estar de acuerdo con un feminismo que no es antifascista, no podemos estar de acuerdo con un feminismo que no enfrenta a unas personas que niegan la existencia de la violencia machista, que niegan la existencia de mujeres que son asesinadas por hombres todos los días por el simple hecho de ser mujeres, no podemos defender un modelo político donde a las mujeres se nos trata de acuerdo a un esquema que no nos representa, que no nos da libertad, que no nos da autonomía, sino que quiere que seamos sumisas. Estamos hablando de personas que niegan el derecho a ser a otras personas, son personas que directamente emplean un lenguaje bélico para referirse a todo lo que no les viene bien. Por tanto, a día de hoy nos parece lo más peligroso porque engloba una cuestión de odio que es transversal.

Y luego por supuesto otra parte que venimos haciendo desde hace varios años es protestar contra la legalidad de los homenajes franquistas y los actos de exaltamiento fascista en España.

¿Qué leyes hacen falta en España para que alcancemos de verdad la igualdad?

Yo no me dedico a hacer leyes, pero lo que nosotras estimamos que es de urgencia es desde luego una ley que blinde la protección, la prevención y la reparación de las mujeres que han sido víctimas de violencia machista y una ley contra la violencia sexual que de verdad sea integral. Pensamos que tiene que ser una ley que no solamente castigue, que tenga el consentimiento en el centro y que sea tajante con las agresiones sexuales, sin tener en cuenta si tienen más o menos gravedad, porque qué es eso de que hay agresiones pequeñas y grandes, todas las agresiones son igualmente importantes, y lo que vemos es que es un sistema donde de manera transversal se minimiza el testimonio de las mujeres y se minimizan las violencias.

Obviamente las leyes facilitan que la sociedad cambie como ha pasado aquí con el tema del aborto, como ha pasado con el tema del matrimonio igualitario, pero no son lo único. Es un problema estructural, la ley facilita pero realmente es un problema estructural que pasa por muchas capas del sistema.

¿Hay algún partido político en España que sea realmente feminista?

No te sabría responder a eso, porque las mujeres, que las hay, feministas que están dentro de la política institucional, pelean con el machismo y pelean con las estructuras patriarcales dentro de sus propios grupos parlamentarios. Creo que es muy difícil, porque ya solo la estructura de partidos y la estructura institucional ha sido generada y construida por los hombres. Pero sí es cierto que creo que se están dando pasos y que eso es positivo y obviamente todas las propuestas que sean para mejorar la vida de las mujeres, nuestros derechos y nuestra protección cuando sufrimos algún ataque vamos a estar de acuerdo. Pero nuestro papel es el de ser activistas y ser profundamente críticas con todo lo que haya, porque no somos políticas, hacemos política con nuestro activismo, pero somos activistas. Mantener esa independencia y no estar de acuerdo al 100% con ningún grupo, sea un partido o cualquier otro tipo de organización, es lo que nos hace realmente libres para poder criticar a todo el mundo.

¿Qué hace falta para formar parte de Femen?

Ser una mujer y ser mayor de edad y obviamente compartir lo que hacemos. Todas las mujeres son libres de venir, nosotras cada cierto tiempo organizamos unas jornadas que son entrenamientos abiertos, que realmente es como una pequeña reunión donde las mujeres que quieren sumarse nuevas vienen, se presentan, les contamos qué hacemos, sobre todo cómo nos organizamos. Y luego damos una pequeña introducción a nuestras técnicas de protesta porque realmente nuestras acciones tienen una preparación, todo eso que se suele ver en un flash lleva mucho tiempo, no solo por los materiales en muchas ocasiones y la construcción del eslogan y de los comunicados, sino también nosotras para salir ahí en esa posición de vulnerabilidad tenemos que tener el máximo control y la máxima defensa sobre nuestro cuerpo.

Es algo que tampoco podemos idealizar, es algo duro, hay juicios, hay denuncias, hay multas, hay dinero que recaudar y hay acoso dentro de las redes, en el trabajo puede haber consecuencias, en la familia puede haber consecuencias. No pienso que haya que romantizar la figura del activista, que bajo mi punto de vista, y esto también es una conversación que solemos tener, a día de hoy se llama activista a cualquier persona que tiene una opinión, y no, ser activista es trabajar activamente y poner el cuerpo en una situación crítica para cambiar algo y fomentar el cambio en alguna cosa y levantar una discusión y un debate.

Esto es duro y no solo requiere un trabajo interno, un nivel de preparación, también requiere un trabajo de cuidados dentro del grupo, de escucharnos, de hablar, y luego por supuestísimo un trabajo a nivel mental de cuando te enfrentas y enfrentamos en muchos casos en grupo a juicios y momentos muy tensos o muy límites, ser fuertes y saber que tenemos que continuar. Tú al final vas a defender la legitimidad de haberte expresado libremente, hay que tener compostura, apoyarnos entre todas y saber que esa es una parte más de nuestras acciones y de nuestro trabajo muchas veces, cuando nos toca estar en un juicio eso también es activismo, es defender lo que has hecho dentro de otro espacio y dentro de otras discursivas, pero igualmente importantes, porque si finalmente se nos da la razón, eso avala que otras personas y otras mujeres lo puedan hacer sin tener miedo a llevar a cabo ese tipo de acción, porque sientas un precedente.

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Foto: Lucía Colom | Cedida por Femen

A nivel personal, ¿cómo te preparas para todo eso que estás contando, las detenciones, los juicios?

Cuando nos detienen, a fin de cuentas tenemos que entender que es, por desgracia, una parte más de lo que hacemos y hay que saber relativizarla y hay que saber no caer en las provocaciones, porque todo el tiempo que podamos evitar estar dentro de una comisaría, mejor, hay que ser lo suficientemente inteligentes para saber que nuestro tiempo es mucho más valioso fuera que dentro.

Creo que hay que relativizar eso pero ser muy conscientes de que que se criminalice nuestro tipo de protesta no es ni muchísimo menos algo con lo que debamos de transigir y hay que luchar por ello. En este país sigue activa la ley mordaza, es algo de lo que no se está hablando, se sigue criminalizando de manera sistemática cualquier acto de libertad de expresión que no tenga un permiso, ¿por qué hay que pedir permiso para expresarse?, ¿por qué hay que pedir permiso para protestar de manera pacífica? Creo que si de verdad tenemos un Gobierno que se dice democrático y que respeta el derecho a la protesta, una de las cosas que más le debería de preocupar es la ley mordaza, porque criminaliza el activismo.

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