Vinos del Penedès, un territorio dividido en tres por sus burbujas
Viajamos a la tierra por antonomasia de los espumosos para intentar explicar la complicación en la que está inmersa
El Penedès es un territorio vitícola histórico de Cataluña, situado entre las provincias de Barcelona y Tarragona y que se extiende principalmente por las comarcas de Alto Penedès, Garraf y el Bajo Penedès. Espacios de viña, bosque y montaña, tierra de vinos y espumosos. Burbujas todas identificadas como cavas hasta no hace demasiados años, cuando la denominación Cava tuvo que empezar a convivir, en esta misma comarca, con las figuras de calidad Clàssic Penedès y Corpinnat. Tres indicaciones vinícolas que reclaman su propia identidad dentro de un territorio común, el Penedès. O lo que es lo mismo, tres identidades distintas para un mismo espacio; un caos en toda regla para el consumidor de a pie porque es complicado de entender.
La razón es que las tres defienden un argumentario bastante similar en este momento para definirse, empezando porque las tres se identifican con Penedès. Porque Cava, Clàssic Penedès y Corpinnat se localizan en el mismo espacio geográfico. E insisto, porque hasta 2014 que comenzaron los ‘abandonos’ (que ahora apuntaremos) las bodegas que se agrupan bajo la marca Corpinnat y las que reúne la categoría Clàssic Penedès tenían sus vinos espumosos al amparo de la denominación Cava. Por esta razón hasta ese año todas las burbujas que se hacían en el Penedès eran cavas. Esto a día de hoy ya no es así, y por eso es motivo de confusión y complicación.
Cavas que dejaron de serlo para ser espumosos
Fruto de los desacuerdos que se venían produciendo en el seno del Consejo Regulador del Cava, principalmente porque había bodegas que no se sentían representadas ni defendidos sus intereses (por el peso de las casas más poderosas y conocidas), el primer abandono de la denominación cavista tiene lugar hace una década y lleva al nacimiento de la categoría Clàssic Penedès dentro de la DO Penedès. Con esta nueva figura se iba a dar cobertura y protección a los espumosos que estaban haciendo sus bodegas y que dejaban de ser cavas.
Tiempo después, en concreto en 2019, surgía el colectivo Corpinnat también tras la salida de la denominación cavista de varias casas reconocidas elaboradoras de burbujas que querían poner en valor ese territorio común, el Penedès (importante recordar que Cava es una denominación que va más allá de Cataluña) además de la forma en la que estaban trabajando sus vinos.
Entre los motivos apuntados desde Clàssic y Corpinnat estaba ese gran tamaño que tiene Cava como denominación, un paraguas tan inmenso que hace que lo que debería ser el nexo de unión, la identidad, quede difuminado por tan distintas provincias y regiones que ampara y que poco tienen en común… ni siquiera contacto geográfico. Recordemos que Cava, por circunstancias entre históricas y legales, ampara las burbujas que se hacen en Almendralejo (Badajoz), Requena (Valencia), diversos municipios alaveses, en varios de La Rioja, en los pueblos navarros de Mendavia y Viana, y en los zaragozanos Cariñena y Ainzón. Estos son los territorios de influencia de Cava, por tanto donde quien elabora burbujas las puede etiquetar como cava… aunque nada tengan en común (suelos, climas, uvas principales…) más allá del método de elaboración, el tradicional método champenoise, es decir, realizar la segunda fermentación dentro de la botella.
Por tanto, con su salida tanto los espumosos de Clàssic Penedès como los de Corpinnat buscaban una identidad perdida que los sitúa en el Penedès, además de defender por igual los intereses de sus bodegas, ya sean grandes o pequeñas. De este modo, para referir sus vinos lo correcto es emplear la palabra espumoso porque dejaron de ser cavas al abandonar esa denominación.
Los espumosos del Penedès
En ambos casos la batalla principal ha sido defender el origen, poner en el centro el territorio del que proceden y en el que elaboran. A partir de aquí, los Clàssic y Corpinnat acordaron normativas propias para formar parte de ellos. En este tiempo, dada la situación creada, en la denominación Cava hace unos años se han animado a zonificar (diferenciar zonas de elaboración a causa de su gran tamaño) que no a categorizar por calidades, pues esto supondría un nuevo conflicto en el seno de la denominación.
Dicho esto, para ser Clàssic Penedès (a día de hoy 15 bodegas) exigen que la elaboración sea totalmente ecológica, de viñas plantadas en el Penedès, con un mínimo de 15 meses de crianza, por lo que todos se etiquetan como reserva, y botellas en las que aparecerá siempre tanto la fecha de la cosecha como la de de degüelle (momento en que se destapa la botella para eliminar los sedimentos acumulados en el cuello y luego se repone el líquido perdido). En el caso de la marca de calidad europea Corpinnat, para sus miembros (actualmente una docena) también es obligatorio trabajar con uva ecológica y recolectada a mano, los espumosos tienen que tener unas crianzas mínimas de 18 meses, además los elaboradores deben garantizar que todo el proceso de vinificación se hace en la propiedad y un claro compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente. Su pretensión, “distinguir los grandes vinos espumosos elaborados en el corazón del Penedès” desde una apuesta por defender la singularidad del territorio y las variedades dentro de la oferta internacional de vinos espumosos.
Sobre el papel son patentes sus muchas similitudes, empezando por el objetivo inicial: apostar por vinos que tengan alma, identidad, territorio, que digan de donde son. Y con el territorio abierto en canal a causa de las burbujas desde la denominación Cava viene dando pasos en este sentido distinguiendo categorías top como son los cavas de guarda superior (con más de 18 meses en rima, esto es reservas, o grandes reserva si superan los 30 meses) y los valorados como Cavas de Paraje Calificado, con crianzas superiores a los 36 meses. A lo que hace un par de años han sumado la zonificación antes referida.
De cualquier modo, parece que los viajes emprendidos no tienen vuelta atrás, pues es más fuerte el conflicto de intereses que les separa que ese territorio que los une. Y si es cierto que tanto los Clàssic Penedès como las bodegas Corpinnat están convencidas y confiadas en sus decisiones, el lío que esto supone para el común de los consumidores es también innegable.
Juvé y Camp. Denominación Cava
Reserva Familia Gran Reserva Brut Nature 2019
Precio: 20,45 euros
La familia Juvé y Camps es una de las casas históricas y firma centenaria dentro de la denominación Cava, asentada en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), municipio considerado la capital del cava dentro del territorio de influencia del Penedès.
Este brut nature (recordemos, sin azúcar añadido) es el emblema de la firma, un cava que inicialmente se elaboró para consumo exclusivo de la familia Juvé y que a día de hoy es de los más vendidos del mundo. Se compone de un 50% de xarel.lo, junto a un 35% de macabeo y otro 15% de parellada de viñas en suelos arcilloso-calcáreos procedentes de tres de las mejores fincas de la bodega. Tras una crianza en rima mínima de 36 meses, resulta un vino muy aromático, con notas de frutas blancas maduras, especias, hierbas aromáticas, junto a aromas tostados (frutos secos) y de panadería. Boca equilibrada, con estructura, frescura ácida y buena persistencia.
AT Roca. Clàssic Penedès
AT Roca Reserva 2022
Precio: 15,90 euros
AT Roca es el proyecto que hace doce años echaba a rodar de la mano del reconocido enólogo Agustí Torelló Sibill junto a su hijo Agustí Torelló Roca, también enólogo (y a quien responde el nombre de la bodega), y su familia. La idea es conseguir, en sus vinos, la máxima expresión del entorno de Costers d’Ordal, una zona montañosa en la provincia de Barcelona dentro de la denominación Penedès. Desde el principio se han propuesto hacer ‘vinos de paisaje‘, mostrar cómo se comportan las viñas viejas de los diferentes terruños del Penedès, y es una de las bodegas que sólo emplea uvas autóctonas, aparte de llevar el ecologismo al extremo pues aplican también prácticas biodinámicas.
Este espumoso brut nature es una combinación de macabeo con un 45% de xarel.lo, plantados en suelos calcáreos, con una crianza de mínimo dos años en rima. Elegante, mineral y fresco, en nariz destacan las notas de fruta blanca junto a los recuerdos de pan brioche. Boca sápida, con viva frescura, fondo de pastelería y persistencia.
Torelló Viticultors. Corpinnat
Torelló Tradicional Brut Nature 2018
Precio: 19,90 euros
Otra de las familias históricas del Penedès, con tradición vinícola desde el siglo XIV, y una de las bodegas fundadoras de Corpinnat. Sus uvas proceden de las 135 hectáreas de la finca Can Martí, en la zona del Alto Penedès, con suelos formados a partir de sedimentos de carbonato cálcico provenientes del Macizo del Garraf. Una finca en la que cuentan con decenas de tipos de vegetación, especies de aves, mamíferos, reptiles… entre otros tantos animales. Porque la familia ha dado gran importancia a la biodiversidad y toda su viticultura es ecológica.
El espumoso elegido es una combinación clásica de xarel.lo, macabeo y parellada con un envejecimiento de al menos 50 meses en la botella. Un vino expresivo, con destacada presencia de notas cítricas y frutas blancas frescas junto a aromas de panadería. Sensaciones que reproduce en la boca, donde vuelve la frescura frutal junto a recuerdos herbáceos. El paso es fluido y largo.
Los vinos seleccionados responden exclusivamente a un criterio profesional y de calidad.