Marcela Topor, el mayor apoyo de Carles Puigdemont ante la pérdida de su madre

Este lunes no está siendo nada fácil para Carles Puigdemont. El expresidente de la Generalitat y candidato de Junts a las elecciones catalanas ha anunciado que su madre ha fallecido este 29 de abril, de madrugada, en Cataluña.

«Todos mis hermanos han podido estar a su lado hasta el final y no le ha faltado el calor ni el excelente trato humano y profesional del personal de los hospitales Trueta y el Instituto de Asistencia Sanitaria» de Cataluña, ha escrito el político en su perfil de la red social X (Twitter).

El expresidente ha lamentado que su progenitora, Núria Casamajó i Ruiz, se haya ido «demasiado pronto», aunque ha destacado que su hija también ha podido estar con ella, que su mano también ha sido la suya y «de alguna manera» él también «estaba presente». Puigdemont ha añadido además que su madre «ha tenido una vida plena y se ha ido sin sufrir».

Puigdemont ya perdió a su padre, Xavier, en el año 2019. Así lo comunicó entonces en la misma red social: «Hace poco rato nos ha dejado el padre. Mi madre, mis hermanas y mis hermanos lo recordaremos siempre como un hombre de bondad inmensa y fidelidad a los valores del cristianismo de base. Descanse en paz». Xavier Puigdemont trabajó casi hasta el día de su muerte en una pastelería muy conocida de la localidad gerundesa de Amer que era propiedad de la familia.

Marcela Topor, el mayor apoyo de Puigdemont ante la pérdida de su madre

En estos momentos de luto, Carles Puigdemont presumiblemente se está refugiando en el calor de su esposa, la periodista Marcela Topor, conocida en la prensa por su faceta de pitonisa. «Es una especie de maga», dicen de ella sus amigos más cercanos, quienes aseguran que cree en los espíritus, en la adivinación, en el poder de los amuletos y en las tradiciones más ancestrales de Rumania.

Unas creencias que, según La Razón, también comparte su esposo, quien, en el colegio, gustaba vestirse de nigromante y leer libros de magia. Quizá por ello ambos acabaron encontrándose y casándose.

La primera vez que Topor pisó España fue en 1988 como actriz de teatro. Por aquel entonces, Puigdemont, que era periodista, viajó hasta Lasi, de donde es ella, para cortejarla. Más tarde, quedaron en París y finalmente en Girona. Tras todas estas citas, seguramente mágicas, se casaron en el año 2000 en Roses con celebración laica, y posteriormente en Rumanía por el rito ortodoxo. Algunas fotos de este enlace fueron publicadas en la prensa rumana, tal y como publicó Vanitatis. Tras los ‘sí, quier0’, se fueron de viaje de novios a Transilvania, cuna del mítico conde Drácula.

Poco se sabe de su relación actual, especialmente desde que Carles Puigdemont huyó a Bélgica, en octubre de 2017. Desde entonces, Marcela Topor vive el chalet familiar, situado en la idílica Urbanización Golf II de Sant Julià de Ramis, en Girona, junto a las hijas del matrimonio, Magali y María.

A pesar de vivir en Girona, Marcela viaja todas las semanas a Barcelona y con frecuencia a Waterloo para visitar a su marido. Pero son viajes cortos, ya que la esposa de Puigdemont continúa con su trabajo como presentadora en un canal catalán, por el que estaría cobrando 36.000 euros trimestrales, a pesar de la mínima audiencia del espacio (de unas 15.000 personas).