Rusia apunta más allá del Donbás y descarta las negociaciones de paz
El ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, ha afirmado que los objetivos militares rusos en Ucrania ya no se limitaban «únicamente» al este del país
Moscú enseña colmillo y muestra su apetito por ir más allá del Donbás. Por primera vez en meses, el Kremlin apunta a otras zonas del resto de Ucrania, como las regiones de Jersón y Zaporiyia. Así lo ha afirmado este miércoles el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, que ha apuntado además que mantener conversaciones de paz con Ucrania «no tiene sentido» en este momento.
Lavrov ha justificado ese cambio por una «geografía diferente» respecto de la situación que existía en Ucrania a finales de marzo, cuando Rusia había dicho que quería concentrarse en el este del país, tras haber fracasado en la conquista de Kiev, la capital. Una forma de dejar caer que los intereses rusos en la zona han aumentado, una vez han comprobado que su avance en el Donbás parece imparable, a pesar de la lentitud con la que a veces se desarrolla la ofensiva.
«No se trata solo de DNR (Donetsk) y LNR (Lugansk), sino también de la región de Jersón, la región de Zaporiyia y otros territorios», ha asegurado Lavrov a los medios estatales en una entrevista. En ella, el canciller ruso ha afirmado también que las negociaciones de paz están por el momento en un punto muerto: los precedentes contactos «sólo han puesto de manifiesto la falta de voluntad de la parte ucraniana para discutir seriamente de lo que sea».
Estas declaraciones tienen lugar después de que Rusia registrara en las últimas semanas conquistas territoriales en el este de Ucrania, tomando Severodonetsk y Lyssytchansk, lo que le abrió el camino para intentar avanzar hacia las ciudades de Kramatorsk y Sloviansk, más al oeste. Sin embargo, los feroces combates sigue siendo la tónica en esta parte de Ucrania, que cuenta con recientes entregas de mejores piezas de artillería occidentales.
Ante estas declaraciones de Lavrov, los ucranianos han vuelto a reiterar sus peticiones a la comunidad internacional para que intervengan de forma más decidida en el conflicto. «Los rusos quieren sangre, no negociaciones. Insto a todos los socios a reforzar las sanciones contra Rusia y acelerar las entregas de armas a Ucrania«, ha tuiteado el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba.
Rusia culpa a Occidente
Por otra parte, Lavrov ha advertido que si Occidente continúa entregando a Ucrania armas capaces de golpear a larga distancia, como los lanzacohetes múltiples estadounidenses HIMARS, los objetivos geográficos de Rusia cambiarían aún más.
«Porque no podemos permitir que, en la parte de Ucrania controlada por (el presidente Volodimir) Zelenski o su reemplazante, se encuentren armas que puedan amenazar directamente nuestro territorio o el de las repúblicas (separatistas) que declararon su independencia o quieren elegir su futuro solas», ha declarado.
Además, Estados Unidos ha acusado el martes a Rusia de «trabajar para anexionar los territorios ucranianos» que han pasado a estar bajo su control en los últimos meses utilizando el mismo «modus operandi» que hizo con Crimea en 2014. «Es una pura mentira decir que la operación militar rusa tiene como objetivo la conquista. Estamos llevando la paz a los territorios liberados», ha respondido la embajada rusa en Estados Unidos.
