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Internacional

La reforma de la Bundeswehr y la futura Estrategia de Seguridad Nacional en Alemania

«Para cumplir su misión de defensa nacional y de la Alianza, el Ejército alemán necesita ponerse al día en sus capacidades y modernizarse»

La reforma de la Bundeswehr y la futura Estrategia de Seguridad Nacional en Alemania

Una imagen de archivo de un tanque Leopard en maniobras de la OTAN. | AFP

La brutal invasión rusa de Ucrania ha provocado, entre otros muchos efectos, un giro histórico en la política de seguridad alemana. El domingo 27 de febrero de 2022 se produjo nada menos que una pequeña revolución en el Bundestag. Llegó en forma de declaración gubernamental del canciller Olaf Scholz, que en su discurso tiró por la borda, con calma y firmeza, las viejas certezas de la política de seguridad alemana. «Alemania debe volver a hacer más por su defensa», afirmó. El canciller anunció un fondo especial de 100.000 millones de euros para poder financiar a largo plazo grandes proyectos estratégicos de forma más segura. El presupuesto de defensa, durante mucho tiempo el talón de Aquiles de Alemania en términos de credibilidad en la OTAN, también debería incrementarse por encima del dos por ciento. Al mismo tiempo Alemania, tras algunos titubeos iniciales, se unía al resto de aliados de la OTAN entregando a Ucrania material militar cada vez de mayor alcance y potencia. Sin embargo, los retrasos en la puesta en marcha de algunos programas de adquisiciones anunciados, las dudas suscitadas sobre algunos de los compromisos de gasto adquiridos y la momentánea negativa a entregar carros de combate pesados a Ucrania a pesar de la presión de sus aliados, nos hacen preguntarnos: ¿Quo vadis Deutschland?

Para entender la futura reforma de la Seguridad y Defensa de Alemania, su próxima Estrategia de Seguridad Nacional y la previsible transformación de la Bundeswehr, debemos antes reflexionar cómo se ha llegado a este momento. En los últimos años, en gran parte del mundo occidental, en Europa y en el caso que tratamos en particular en Alemania, no se ha prestado la debida atención a la Defensa, representada por los presupuestos dedicados a ella. El paulatino recorte de dichos presupuestos desde los años 90, debido a los «dividendos de la paz» provocados por la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética, nos ha permitido vivir en una aparente tranquilidad, en un matrix irreal.

En el caso de Alemania se pasó de una Bundeswehr de casi 500.000 soldados a los aproximadamente 180.000 actuales. Si hablamos de presupuesto de Defensa, es claro el declive: en 1960 4% del PIB, en 1990 2,5%, en 2019 aproximadamente 1,3%… y hoy estamos en el 1,45% aproximadamente. 

El 20 de febrero del año 2014 se produjo el inicio de la agresión y ocupación de Crimea por parte de Rusia, suponiendo un grave toque de atención a los Gobiernos europeos, a EEUU y al resto del mundo. La arquitectura de seguridad, las relaciones internacionales basadas en la soberanía, el respeto a la integridad territorial y en la discusión pacífica de problemas se tambalearon. Pero este duro aldabonazo de una guerra híbrida, con objetivos muy claros por parte de Rusia, no fue suficiente. La Ostpolitik, iniciada por el canciller Willy Brandt en los años 70 y que marcó la relación de Alemania con la RDA, la Unión Soviética y los países en aquel momento en la órbita del Este, continuó de una manera velada.

La relación de Alemania con Rusia ha sido históricamente una de las más cruciales en la configuración del destino de Europa. A pesar de la radical transformación de la naturaleza de la política de las grandes potencias europeas, sigue siendo pertinente desde la perspectiva del mundo actual. La voluntad de Alemania de establecer buenas relaciones con la Unión Soviética a finales de la década de 1960 -su énfasis en las relaciones económicas y la cooperación en lugar de en los desacuerdos políticos- preparó el terreno para el final de la Guerra Fría y la unificación alemana veinte años después. Y Alemania siguió creyendo que el apoyo económico mutuo y la interdependencia ( «gas por relaciones y apertura democráticas») con Rusia iban a favorecer la transición rusa hacia valores más occidentales.

La política básica de Alemania hacia Rusia permaneció prácticamente inalterada a pesar de la unificación alemana y de los cambios en las coaliciones políticas internas y en el liderazgo, a veces en contra de las expectativas políticas. En el contexto europeo, la actitud de Alemania hacia Rusia creó la espina dorsal de las relaciones UE-Rusia. 

Durante el 2014-2015, sin embargo, se consideró que la continuidad de la política alemana hacia Rusia había llegado a su fin, pero la realidad fue otra y la interacción entre los líderes y las élites de la política exterior de ambos países mantuvo el statu quo. Y hagamos aquí un pequeño salto en el tiempo, a febrero del 2022,  para centrarnos en el asunto de estas líneas, dejando para otro oportuno análisis futuro, si procede, cómo ha sido el paso de la Ostpolitik alemana al Zeitenwende de Olaf Scholz. 

La agresión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero de 2022 precipita los acontecimientos, haciendo abandonar a Alemania su discutible elección geopolítica y económica de recibir gas ruso, decisión política en la que se había jugado a una sola carta su independencia energética. Con su brutal ataque a Ucrania a finales de febrero, en violación del derecho internacional, Rusia ha puesto en entredicho no solo la paz en Europa sino el orden mundial y la forma de llevar las relaciones internacionales. La invasión no solo ha traído sufrimiento y dolor a Ucrania, sino que también ha sacudido la confianza en los acuerdos internacionales que Rusia ha incumplido. Y ha producido el efecto contrario: lograr la unidad en la OTAN y el despertar de Alemania y otros aliados.

Y, a pesar de una reacción inicialmente tímida, se produce un giro en el apoyo de Alemania a Ucrania y en el replanteamiento de la Seguridad y la Defensa en particular. Tras la invasión rusa, Alemania participó en la asistencia a Ucrania en estrecha coordinación con sus socios. Esto incluía, por ejemplo, la ayuda militar consistente en otros, de los sistemas antiaéreos Gepard, el obús autopropulsado 2000 y los lanzacohetes MARS. También con el sistema Iris, Alemania ha suministrado uno de los sistemas de defensa antiaérea más modernos de la historia, para rechazar los misiles rusos.

Por parte del canciller alemán Scholz se produce el anuncio de un presupuesto adicional de 100.000 millones de euros para el mantenimiento de las capacidades necesarias de la Bundeswehr, haciendo de estas las más fuertes de Europa, después de años de recortes presupuestarios. Además, se anunció el fuerte compromiso con llegar al 2% o quizás algo más en años venideros. No es un rearme propiamente dicho, sino recuperar capacidades perdidas o que podían perderse, recuperar disuasión y hacer frente al necesario aumento de la operatividad de los sistemas de armas y las unidades de combate (aviones de combate, vehículos de combate de infantería, sistemas de defensa antiaérea, helicópteros de transporte, equipos de protección individual…). Y en paralelo a este refuerzo de gasto, Alemania se está preparando para emitir, previsiblemente este año 2023, su Estrategia de Seguridad Nacional.

Alemania tenía la obligación moral de apoyar a Ucrania debido a su historia, sabiendo que Ucrania no habría sido capaz de resistir militarmente a Rusia. Al mismo tiempo, es de esperar que asuma un mayor liderazgo político y militar en Europa. Alemania debe reforzar su posición política y militar mediante una actuación decisiva y eficaz en la cooperación europea e internacional si quiere estar a la altura de su papel de liderazgo. Existe en la actualidad la voluntad política, expresada por su Canciller, para iniciar un «punto de inflexión» (Zeitenwende) en la política alemana de defensa y seguridad. El «cambio de era o punto de inflexión» está llegando al presupuesto alemán, especialmente en términos financieros. En los próximos años, alrededor del 2% de la producción económica (PIB) deberá destinarse a Defensa para que Europa pueda garantizar su propia seguridad con cierta independencia y complementariedad con Estados Unidos, quienes están desplazando cada vez más su enfoque de seguridad hacia China y la región Indo-Pacífico.

Una vez enmarcado el cambio producido en Alemania y teniendo a la Bundeswehr de nuevo en el foco de atención, centrémonos en su misión y su posible futura reforma. La misión principal de la Bundeswehr es la defensa nacional de Alemania y de la Alianza Atlántica. El ataque de Rusia a Ucrania, que viola el derecho internacional, lo ilustra dramáticamente. La guerra de agresión iniciada por Putin no solo cuestiona la integridad territorial y la soberanía política de Ucrania. Es también la mayor amenaza para la arquitectura de paz europea y para nuestra propia seguridad desde el final de la Guerra Fría. 

En este contexto y en Alemania, la Bundeswehr es un instrumento esencial de su política de seguridad y defensa. Su misión se deriva de los requisitos constitucionales, así como de los valores, intereses y prioridades estratégicas de Alemania. Las misiones esenciales de la Bundeswehr son:

1. Defender la soberanía y la integridad territorial de Alemania y proteger a sus ciudadanos en el marco del enfoque del Estado-Nación; 

2. Contribuir a la resiliencia del Estado y la sociedad frente a las amenazas externas; 

3. Apoyar y asegurar la capacidad de actuación de Alemania en política exterior y de seguridad; 

4. Contribuir, junto con socios y aliados, a la defensa contra las amenazas a la seguridad de su sociedad abierta y a la libertad y seguridad del comercio mundial y de las rutas de suministro; 

5. Contribuir a la defensa de sus aliados y a la protección de sus ciudadanos; 

6. Promover la seguridad y la estabilidad en el marco internacional; y 

7. Reforzar la integración europea, la asociación transatlántica y la cooperación multinacional.

En ese marco y para cumplir su misión de defensa nacional y de la Alianza, la Bundeswehr necesita ponerse al día en sus capacidades. Y aquí es donde ya antes de estos duros acontecimientos en el escenario europeo, Alemania llevaba haciendo autocrítica, destacando las declaraciones de la Comisionada del Bundestag para la Defensa Eva Högl: «Para situar a la Bundeswehr en la mejor posición posible en términos de material, personal e infraestructuras, necesita inversiones. Debe modernizarse, sobre todo para equiparse para su misión principal de defensa nacional y de la Alianza. El implacable ataque de Putin a Ucrania revela la urgencia y la necesidad de ello. Por lo tanto, acogemos con gran satisfacción la decisiva actuación del Gobierno alemán y el anuncio de crear un fondo especial de 100.000 millones de euros para la Bundeswehr, así como de aumentar el presupuesto de defensa…»

«El Bundestag alemán parece seguir estando llamado a seguir aumentando el presupuesto de la Bundeswehr de forma significativa»

Pasemos ahora a analizar presupuestos de Defensa y los futuros y actuales proyectos de sistemas de armas. Con respecto al presupuesto del Ministerio de Defensa alemán, este ha seguido creciendo en los ejercicios del 2021 y 2022. En 2021, se disponía de unos 46.900 millones de euros, incluidos unos 1.100 millones de euros del paquete de estímulo económico de 2020, lo que suponía un aumento en comparación con 2020, con unos 45.600 millones de euros (2019: 43.100 millones de euros; 2018: 38.500 millones de euros; 2017: 37.000 millones de euros; 2016: 34.300 millones de euros; 2015: 33.000 millones de euros; 2014: 32.400 millones de euros).

En el ejercicio presupuestario de 2022, se presupuestaron aproximadamente 50.300 millones de euros para la Bundeswehr .Y el Bundestag alemán parece estar llamado a seguir aumentando el presupuesto de forma significativa. Un proyecto especialmente destacado en términos financieros es la aprobación de fondos presupuestarios para el desarrollo de un futuro Sistema de Armas de Nueva Generación (NGWS) como sucesor del EUROFIGHTER. Forma parte del proyecto germano-franco-español Future Combat Air System (FCAS). También hay que destacar el futuro sistema de combate terrestre franco-alemán, el Sistema Principal de Combate Terrestre (MGCS) como sustituto de la actual flota de carros de combate, que también debe llevarse a cabo de forma escalonada. Aquí se requiere aún un mayor compromiso y estudio en cuanto al futuro equipamiento de la Bundeswehr. Otro importante proyecto importante en curso, no exento de algún problema operativo, es el contrato para el vehículo de combate de infantería PUMA. Con ello se pretende que la flota PUMA alcance un nivel técnico uniforme, totalmente digitalizado y apto para la acción. 

También hay proyectos conjuntos como la cooperación armamentística germano-noruega en el diseño común de la clase de submarinos U212, así como la aprobación de la compra de misiles noruegos de ataque naval Block 1A, que se desplegarán en fragatas alemanas. Además, se aprobó la adquisición de cinco aviones de patrulla marítima Boeing P-8A POSEIDON a EEUU, para sustituir a los obsoletos Lockheed P-3C ORION. En teoría, esta compra se realiza hasta la introducción del proyecto de desarrollo franco-alemán Maritime Airborne Warfare System (MAWS). También se sustituirán buques de apoyo a la flota por otros más modernos.

Un GR1 Tornado alemán. | Wikimedia Commons

En lo relativo al sucesor de los aviones Tornado y al objeto de mantener la capacidad de transporte y guía de armamento nuclear, ya se tomó la decisión de la compra de aviones F-35 norteamericanos. Sustituirán a los cazas Tornado, para los que el Ministerio de Defensa lleva tiempo buscando un sucesor. La Bundeswehr va a recibirlos gracias al fondo especial que el canciller Olaf Scholz prometió pocos días después del ataque de Rusia a Ucrania. También se adquirirán helicópteros de transporte CH-47F Chinook del fabricante estadounidense Boeing. El CH-47F es la última versión de un modelo de eficacia probada pero en constante perfeccionamiento operativo.

Pero también hay que destacar la crítica interna hacia los procesos de adquisición de sistemas de armas. Los interminables procesos de adquisición de la Bundeswehr han sido un tema constante de los últimos informes anuales de la Comisionada de Defensa así como en noticias periodísticas. Ya se trate de la adquisición de nuevos equipos a gran escala, de tecnología punta para buques, carros de combate, equipos menores o la compra de equipos personales o ropa de protección y combate, todo ello lleva demasiado tiempo. En su acuerdo de coalición, los partidos que forman el nuevo Gobierno federal se fijaron el objetivo de hacer que la Bundeswehr sea más eficiente para aumentar su disponibilidad operativa. La coalición de Gobierno pretendía alinear estratégicamente las prioridades en materia de contratación. Además, pretende modernizar dicho sistema de contratación.

Y dentro de este Zeitenwende y del giro dado por Alemania es necesario subrayar que el Gobierno alemán ha archivado por fin la disputa de años sobre la compra de drones armados para la Bundeswehr. Los socialdemócratas del canciller Scholz, en particular, se oponían a ello desde hacía tiempo. Sin embargo, la guerra en Ucrania ha silenciado a los críticos. Ha demostrado una vez más que los drones de combate pueden ser un factor clave para el éxito de la guerra. La Bundeswehr está comprando ahora el armamento adecuado para el avión no tripulado Heron TP, que había encargado previamente a Israel.  

Casi 17.000 millones de euros se destinarán a las fuerzas terrestres. Se utilizará sobre todo para renovar los vehículos de combate de infantería y los vehículos de transporte de tropas. A largo plazo, también hay planes para un modelo sucesor del carro de combate principal Leopard 2, que se desarrollará conjuntamente con Francia. Y también se van a realizar inversiones en nuevos equipos de comunicaciones y equipo de protección personal de los soldados. Pero esta transformación/reforma de la Bundeswehr no va a ir solo al equipamiento, sino como ya expresó el Inspector General de la Bundeswehr, General Eberhard Zorn, «tanto el personal como el material deben estar disponibles a corto plazo con un alto grado de operatividad». Y no solo para defender solidariamente a los Aliados sino para la defensa de Alemania, enmarcándose aquí la creación del Mando Territorial de la Bundeswehr (Territoriale Führungskommando der Bundeswehr, TerrFüKdoBw)

«Aunque Alemania pueda cumplir mejor sus obligaciones con la OTAN gracias al fondo especial, el dinero y este aumento de presupuesto no servirá por sí solo»

¿Pero qué estrategia sigue Alemania? Aunque Alemania pueda cumplir mejor sus obligaciones con la OTAN gracias al fondo especial, el dinero y este aumento de presupuesto no servirá por sí solo. Quizás hay compras que deban hacerse con cierta rapidez para «tapar agujeros» y «recuperar capacidades», pero Alemania parece seguir el camino correcto de establecer una nueva Estrategia de Seguridad Nacional que canalice su estrategia de Defensa. Porque a largo plazo, no bastará con seguir financiando costosos proyectos de armamento. El ministro federal de Hacienda, Christian Lindner, ya subrayó que el Fondo Especial de la Bundeswehr es una «excepción puntual». Todo deberá ser hecho basándose en una estrategia y en una planificación presupuestaria a medio y largo plazo.

Y centrémonos ahora en la actualidad, sin perder de vista los acontecimientos pasados, que han obligado a Alemania a reconsiderar sus presupuestos de Defensa y reforzar sus capacidades militares, además de repensar su Estrategia de Seguridad. 

Como decíamos al principio, el discurso del domingo 27 de febrero de 2022 del canciller Olaf Scholz supuso un giro radical de la política de seguridad alemana desde el final de la II Guerra Mundial. El canciller anunció un fondo especial de 100.000 millones de euros y el compromiso de aumentar el presupuesto de defensa por encima del dos por ciento.

Por fin, Alemania percibía la guerra en Europa, la invasión rusa de Ucrania, como un punto de inflexión. El final de una era pacífica que comenzó con la reunificación y la caída de la Unión Soviética y de la que Alemania se ha beneficiado más que casi ningún otro país europeo. La Bundeswehr se había vuelto a centrar en la defensa nacional y de la alianza, pero la mentalidad alemana con Rusia no había cambiado del todo. 

La Ostpolitik pesaba aún mucho y continuaba jugando a una carta geopolítica, su economía con la dependencia del gas ruso. La prueba del nueve fue la constatación de que aún no había habido un cambio de mentalidad política ni en la sociedad en Alemania, y que la lógica de defensa y disuasión seguía siendo impopular. Ucrania lo experimentó: las dudas iniciales de entrega de armas que habrían servido para la defensa del país fueron vistas a menudo como una provocación y una no querida escalada del conflicto. Además, en opinión de determinadas autoridades militares alemanas: «Las opciones que podemos ofrecer a la política son extremadamente limitadas».

Pero poco a poco y ante las imágenes de la guerra, se produce el aldabonazo en la sociedad y en la política alemana: a medida que Rusia acercaba sus fronteras a la OTAN mediante la fuerza militar y trataba agresivamente de cambiar el orden de seguridad en Europa a su gusto, Alemania y sus socios veían la necesidad de cambiar. A Alemania nunca le ha faltado voluntad de diálogo pero, sin embargo, percibe en ese momento que es necesario recuperar terreno en el ámbito de la Defensa. La nueva Estrategia de Seguridad Nacional, que el Gobierno alemán ha desarrollado este año 2022 y que posiblemente verá la luz en el 2023, puede ser el principio de ello.

En su discurso de presentación de los trabajos para la primera Estrategia de Seguridad Nacional de Alemania, la hoy ya exministra de Defensa Lambrecht abogó por un cambio en la cultura de la política de seguridad. «La próxima Estrategia de Seguridad» dijo, «debe tener en cuenta el papel de liderazgo de Alemania». «Alemania puede hacerlo», dejó claro.

No solo la OTAN, sino también la UE cuentan desde el año 2022 de lo que podríamos denominar una nueva estrategia de seguridad. Los Ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de los Estados miembros de la UE adoptaron la Brújula Estratégica ( el denominado Strategic Compass)  para hacer más eficaz la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD). Se produjo en gran medida por iniciativa de Alemania. Además de una gestión de crisis más rápida y eficaz, el desarrollo de capacidades militares conjuntas es uno de los elementos centrales del reforzamiento previsto del compromiso de la UE. Se intensificará la cooperación en el ámbito del armamento, especialmente en materia de adquisiciones conjuntas. La iniciativa ESSI (European Sky Shield Initiative) lanzada por Alemania, ha demostrado cómo hacerlo. Hasta ahora, 15 Estados europeos han unido sus fuerzas con la intención de adquirir, utilizar y mantener conjuntamente un sistema de defensa antiaérea.

En Alemania se han estado desarrollando este año determinados workshops con el tema central «la Estrategia de Seguridad Nacional: la Bundeswehr y la sociedad alemana», donde expertos del Ministerio Federal de Defensa, la Bundeswehr y otros departamentos gubernamentales analizaron los nuevos retos de la resiliencia de la sociedad. 

«Empieza a haber conciencia de que el punto de inflexión significa que la propia Europa está ahora realmente amenazada»

Así mismo, diversos think tanks alemanes han participado en debates. Por ejemplo, el 24 de octubre de este año, el Ministerio de Defensa (BMVg) y la Academia Federal de Política de Seguridad (BAKS – Bundesakademie für Sicherheitspolitik) invitaron a diversos actores de la comunidad de política de seguridad a una mesa redonda en la BAKS (Bundesakademie für Sicherheitspolitik), en Berlín-Pankow. Los participantes procedían del Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas alemanas, el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Ministerio del Interior, así como de asociaciones, organizaciones, grupos de reflexión, medios de comunicación e institutos educativos. Esta mesa redonda ha sido una de los que ha tratado el tema de la Estrategia de Seguridad Nacional. El objetivo era centrarse en las nuevas demandas de resiliencia de la sociedad y las expectativas asociadas de la Bundeswehr en tiempos de crisis múltiples.

 Y hay muchos conceptos o reflexiones que quizás veamos reflejados en el documento final: Zeitenwende significa replantearse muchas cosas. Empieza a haber conciencia de que el punto de inflexión significa que la propia Europa está ahora realmente amenazada. Pero en Alemania, según los expertos, aún queda mucho por hacer para reforzar la capacidad de resiliencia de toda la nación. Esto ha quedado claro desde la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania.

¿Qué expectativas se depositan en la Bundeswehr? Alemania debe proporcionar fuerzas de «alto nivel» interoperables, capaces y de despliegue y respuesta rápidos. Alemania tiene la responsabilidad de actuar como la mayor base logística y eje central de las fuerzas aliadas en Europa. Esto ha aumentado significativamente la relevancia de Alemania en la defensa de la OTAN y la UE. Pero Alemania también está reflexionando y estudiando estos «tiempos cambiantes, el papel de su liderazgo y la percepción social alemana». Mucho se va a tener que trabajar no solo en Alemania sino en otros países occidentales sobre cómo está afectando toda esta guerra a la sociedad y a la opinión pública. Los mismos alemanes se preguntan: «¿Cómo puede el Gobierno alemán comunicar estratégicamente estas amenazas reales y sus expectativas de liderazgo?».  

Y por ello, en la elaboración de la Estrategia de Seguridad Nacional alemana, se está dando una gran importancia a la comunicación estratégica, cosa que antes, por debidas connotaciones históricas y políticas, no se había llevado a cabo. La comunicación debe entenderse más firmemente como un instrumento de la política de seguridad a nivel estratégico. El cambio de cultura estratégica que exige el Zeitenwende debe llegar también a las mentes de los ciudadanos alemanes. La comunicación es un elemento central para ello. 

En la guerra de las narrativas, la comunicación de la política de seguridad es también un medio de contrarrestar. Se trata de una comunicación externa coordinada, también entre socios y aliados. El papel de liderazgo de Alemania en Europa debe comunicarse con más fuerza que hasta ahora. No solo es importante comunicar los resultados, sino también explicar más claramente los procesos subyacentes.

Y esta fase de diálogo, en el camino hacia la primera Estrategia de Seguridad Nacional alemana, parece estar llegando a su fin. Esta Estrategia tendrá funciones claras según la ya ex Ministra de Defensa, Christine Lambrecht:  

– Una orientación con un lenguaje claro sobre la situación de la política de seguridad en Alemania.

– Una clara comunicación de sus objetivos hacia los ciudadanos, socios y aliados, pero también hacia los adversarios.

– Y, por último, un liderazgo respecto a las consecuencias concretas y la relevancia de la Estrategia de Seguridad Nacional en la vida cotidiana.

En resumen: 

  • El 27 de febrero de 2022, el canciller federal Olaf Scholz proclamó un punto de inflexión (Zeitenwende) en la política exterior y de seguridad alemana. Según Scholz, el objetivo en materia de defensa era: «Una Bundeswehr potente, puntera y avanzada que nos proteja de forma fiable». 
  • Para poner en práctica su promesa, el Canciller anunció la creación de un fondo especial para la Bundeswehr. El Gobierno alemán estableció una sencilla ecuación para los próximos años: si se suma el dinero del presupuesto anual de defensa y las cuotas del fondo especial de 100.000 millones de euros, el gasto alemán en defensa alcanzaría el dos por ciento del producto interior bruto alemán, es decir, Alemania cumpliría su compromiso con la OTAN.
  • El éxito del giro de la política de defensa alemana dependerá de la medida en que las decisiones políticas puedan mejorar las capacidades del presupuesto de defensa y del sector del armamento. Los factores clave son el aumento de la financiación, la mejora en la planificación del presupuesto de defensa y la reducción de burocracia y mejora en los procesos de adquisición de armamento.
  • Parece que comienzan a existir directrices claras para los proyectos de armamento de la Bundeswehr. Son el resultado de los compromisos adquiridos por Alemania con la OTAN y con este fondo especial y el aumento del presupuesto de defensa, se presenta una oportunidad única para Alemania de abordar los problemas descritos.
  • La futura nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Alemania marcará los objetivos de la estrategia de Defensa y por ende de la transformación futura de la Bundeswehr, de sus capacidades presentes y futuras y de su misión en la defensa territorial de Alemania y de los aliados de la OTAN. Será un elemento básico para crear una visión de futuro fiable que señale cómo pretende Alemania organizar la seguridad con sus socios en el futuro y qué contribución hará ella misma. Con seguridad, no solo Eurasia será importante sino la zona Indo-Pacífico.

«La geopolítica alemana debe cambiar. Me atrevo a aventurar que va a apostar por el liderazgo, aunque aún le cueste tomar decisiones importantes, pues no se puede ignorar el peso político y económico»

Tras el titubeante apoyo inicial en armamento ante la agresión rusa a Ucrania, el Gobierno alemán está claramente reposicionando su política exterior y de seguridad en términos de pedagogía, narrativa, contenido y práctica. Pero quizás lo más importante será la apertura en la conciencia de la sociedad y de la política alemana sobre la necesidad de debatir y tener una conciencia de Seguridad y Defensa mucho mayor que hasta ahora.

Y justo en estos momentos cuando se está debatiendo la entrega de sistemas de armas pesados (carros de combate en esencia), todo se puede complicar o aclarar un poco más, tras la renuncia de la Ministra Christine Lambrecht el 16 de enero. Con gran rapidez el portavoz del Gobierno Federal anunció el 17 de enero que el Canciller Federal, Olaf Scholz, nombraría a Boris Pistorius (62 años, SPD) nuevo ministro de Defensa del Gabinete Federal. Boris Pistorius ha ejercido hasta su nombramiento el cargo de ministro del Interior de Baja Sajonia. Político de prestigio y gran experiencia, tendrá que liderar esta transformación/renovación de la Bundeswehr y la parte relativa a Defensa en la futura Estrategia de Seguridad Nacional alemana, además del día a día del conflicto militar en Ucrania, provocado por la agresión de Rusia.

Muchos nos hemos preguntado en un determinado momento: Quo Vadis, Deutschland? al ver como Alemania «estiraba»  su Ostpolitik hasta casi unos meses antes de la invasión de Rusia a Ucrania, habiéndose jugado su bienestar económico al gas ruso en una increíble «única carta» de su seguridad energética, habiendo tenido un débil liderazgo inicial en la respuesta militar a Rusia por su agresión a Ucrania…  Pero parece que, al fin, existe un compromiso político fuerte no sólo de la coalición de Gobierno actual sino en parte de la oposición. 

La geopolítica alemana debe cambiar. Me atrevo a aventurar que va a apostar por el liderazgo, aunque aún le cueste tomar decisiones importantes, pues no se puede ignorar el peso político y económico de Alemania. Este liderazgo y una política de seguridad adecuada a los desafíos actuales, solo tendrá éxito en Alemania si se producen decisiones importantes y si la sociedad alemana la comprende, la acepta y, en el mejor de los casos, la apoya. Permanezcamos atentos a los movimientos y decisiones alemanas en los próximos días y semanas.  

El canciller alemán, Olaf Scholz.

Tras la última reunión del Grupo de Contacto para la defensa de Ucrania (formato Ramstein donde se reúne más de cincuenta países aliados, de OTAN, UE y otros), Alemania no ha autorizado la entrega de Leo 2A 4 a Ucrania, a pesar de los mensajes desesperados de Zelenski tanto en el Foro de Davos como en la reunión de Ramstein (por videoconferencia ambas intervenciones) y la fuerte presión ejercida por EEUU y otros países de la OTAN, entre ellos Polonia. Especialmente penoso fue el intento de unir la decisión del envío de carros de combate americanos Abrams a la del envío de los Leopard alemanes, que parece no haber gustado a los americanos.

En palabras del nuevo ministro de Defensa alemán, Pistorius, aún no hay decisión y se deben evaluar los pros y los contras, mientras las autoridades militares alemanas evalúan el estado de los Leopard y su disponibilidad. Parece entenderse que habrá alguna decisión alemana posterior. A pesar del grueso de dinero y material norteamericano y el aporte de equipamiento de otros países, incluida Alemania, en sistemas de defensa aérea aprobados en esta reunión y a juzgar por la rueda de prensa posterior a la reunión de Ramstein por parte del secretario de Defensa Austin y el CHOD Milley, donde la seriedad de las caras de ambos lo decían todo, no parece que los resultados de la misma hayan sido muy satisfactorios.

Cabe preguntarse: ¿Qué mensaje se está enviando a Rusia? ¿Estamos enviando un mensaje fuerte de unidad? ¿ Qué pueden pensar los ucranianos de lo sucedido en Ramstein? Tendremos que ver si esta reunión, importante pero técnica, es seguida de futuras decisiones políticas de Alemania y de todos los aliados, en otros foros más importantes. El futuro está por escribir… pero para los ucranianos se está convirtiendo en una pesadilla presente y real.

Carlos de Antonio Alcázar es coronel de Infantería DEM (r) y analista de seguridad del Centro para el Bien Común Global de la UFV. 

El Centro para el Bien Común Global es un think-tank de investigación aplicada creado en la Facultad de Derecho, Empresa y Gobierno de la Universidad Francisco de Vitoria con el objetivo de contribuir desde el análisis académico a la seguridad internacional, el desarrollo económico y la libertad y la justicia en el mundo.

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