THE OBJECTIVE
LOS 10 DE 2023

Javier Milei, el polemista ante el gran reto de sacar a Argentina de la miseria económica

El líder libertario ha dado la sorpresa política de 2023, y ahora asume el desafío de «arreglar 100 años de despilfarros»

Javier Milei, el polemista ante el gran reto de sacar a Argentina de la miseria económica

El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei. | Alejandra Svriz

Javier Gerardo Milei (Buenos Aires, 1970) es, con toda probabilidad, el protagonista político de este 2023. La gesta que logró el pasado 19 de noviembre no la vieron venir ni las encuestadoras ni los politólogos, pero el carismático líder de La Libertad Avanza obtuvo en el balotaje más del 55% de los votos contra poco más del 44% de la fórmula encabezada por Sergio Massa, provocando la derrota más contundente del peronismo en sus 78 años de historia.

La victoria de Milei podría explicarse principalmente por las condiciones económicas y sociales que atraviesa Argentina: una inflación cercana al 150% anual, un 45% de la población bajo el umbral de la pobreza, un 10% de indigencia y seis de cada diez niños no accede a los bienes más elementales. Frente a esto, el libertario ofreció una receta de recortes -representados por su ínclita motosierra- y se comprometió a acabar con la «casta política» que vivía del kirchnerismo.

Pero incluso más polémico que el contenido ha sido el continente del candidato, ya con un tono más institucional desde que asumió la vara de mando del país sudamericano. Histriónico y faltón, cargando contra los «zurdos de mierda» y haciendo del grito «¡viva la libertad, carajo!» su eslogan conectó con la población joven, que encontró en la campaña del sistema contra el candidato -tildado de «ultra» y sobre el que se vertieron graves acusaciones de índole personal y sexual- una razón para abrazar con rebeldía al último rockero de la política argentina.

¿Extrema derecha?

Uno de los mantras favoritos de los analistas, que se repite de manera machacona en todas elecciones nacionales e internacionales, es el del «auge de la extrema derecha». Los comicios argentinos no fueron una excepción a esta máxima. Y es que esta es, en palabras del politólogo argentino Agustín Laje, «una estrategia discursiva que los medios del sistema utilizan contra aquellos que no les gustan, y apelan a un principio emocional fundamental para la política que es el miedo».

Es por eso que en esta etiqueta entran fuerzas tan diferentes como liberales, conservadores, e incluso gente de izquierda que no comparte los dogmas imperantes. Por mucho que Milei tenga posturas liberales cercanas a la izquierda en materia de legalización de drogas, derechos LGTB o inmigración, lo metieron en el cajón de sastre de la «extrema derecha» prohibicionista, homófoba y xenófoba.

El concepto de «extrema derecha» no sirve para entender la realidad política y además ha fracasado a la hora de frenar la popularidad de los aludidos. Como explica la fábula de Esopo, repetir una y otra vez «que viene el lobo» logra que la gente le pierda el miedo. Los argentinos, de hecho, lo han jaleado.

En puridad, tal y como explicamos en THE OBJECTIVE, el pensamiento de Javier Milei podría encasillarse dentro del paleolibertarismo: una combinación de valores culturales conservadores con una oposición radical a la intervención del gobierno. Es decir, economía de mercado y cristianismo cultural. Una mezcla que le ha permitido llegar a sectores tanto libertarios como conservadores, e incluso soberanistas, y articular lo que su gurú Agustín Laje preconiza como nueva derecha.

El gran reto

Pero para juzgar la conveniencia del nuevo presidente de Argentina habrá que esperar, como mínimo, a que agote la legislatura. No lo tendrá fácil, tal y como admitió en su discurso de investidura: «La situación de Argentina es de emergencia». Y es que el plan preconizado como shock se traduce en recortes «para arreglar los 100 años de despilfarros de la clase política».

Por el momento, su plan parece ser del agrado del mercado, al mismo tiempo que está recibiendo respaldo por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), que vigila de cerca la situación macroeconómica de Argentina. El S&P Merval, el principal índice bursátil del país, acumula una revalorización del 44% un mes después del triunfo de Javier Milei en las elecciones. Estos datos son a todas luces insuficientes para un primer examen, pero poco tiene que hacer el lobo para mejorar a quienes han sido durante años los amos del corral(ito).

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