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Qué es la autofagia o cómo 'comerte a ti mismo' podría ayudarte a adelgazar

Para perder peso no solo necesitamos que nuestras células reciclen sus ‘restos’, sino también prestar atención a la realidad que marcan las calorías

Qué es la autofagia o cómo ‘comerte a ti mismo’ podría ayudarte a adelgazar

Una mujer subida a una báscula | Freepik

Son varios los años que lleva la palabra autofagia en la palestra. Convertida en un nuevo mantra para adelgazar o perder peso, la realidad es que no es del todo correcto convertirlo en una suerte de dieta. Lo cierto es que el concepto es evidente, pues autofagia vendría a significar el hecho de comerse a uno mismo.

Obviamente, no se trata de una prueba de canibalismo, sino de una serie de reacciones orgánicas a nivel celular. En un resumen muy somero podríamos decir que es el momento en que el cuerpo limpia las células dañadas para regenerar los tejidos y crear células nuevas. También podríamos sintetizarlo como el momento en que el organismo ‘tira la basura’, despojándose de células dañadas que podríamos catalogar de desechos.

Para ello hay que hablar de unas vesículas microscópicas que están en las células: los autofagosomas. Igualmente, de forma muy somera, podríamos decir que los autofagosomas son una suerte de aspirador o de roomba, patrullando por las células y deshaciendo los restos de lo que encuentran, convirtiéndolo en energía y otras moléculas esenciales.

La cuestión es que esa conversión en energía es, por ejemplo, más abundante cuando estamos en momentos de ayuno. De esta manera, las células aumentan su capacidad de autofagia, reciclando esos desechos en nutrientes y elementos esenciales. Con ello, además de obtener energía, también se refuerzan y remodelan las estructuras celulares.

La vinculación de la autofagia con perder peso y adelgazar

Una mujer midiendo su estómago después de un proceso de autofagia
La autofagia se basa en la conversión en energía de desechos celulares gracias a los autofagosomas. | Freepik

Como veis, no se trata de que nos comamos a nosotros mismos, sino de que nuestras células aprovechen los desechos de ciertos tejidos dañados. Si habéis estado pendientes de THE OBJECTIVE en otras ocasiones, veréis que son ciertos principios que ya hemos contado.

Es el caso, por ejemplo, de la flexibilidad metabólica y la forma en la que necesitamos generar energía tanto de los lípidos como de los hidratos de carbono. También, como puede resultar más o menos lógico, se vincula esta autofagia con el ayuno intermitente.

No menos importante es mencionar que, aunque parece que guarda cierta relación con la cetosis, no es del todo correcto vincularlas, pues la cetosis no apunta nunca al ayuno, sino a la discriminación de ciertos alimentos.

La cuestión es que a la autofagia se le atribuyen ciertos méritos depurativos y a la hora de adelgazar. Lo que sí es cierto es que, al reciclar estos residuos, realmente estamos reconstruyendo nuestras células, por lo que mejoraremos en bastantes ámbitos. No obstante, esto no significa que vayamos a adelgazar simplemente porque nuestras células se pongan en zafarrancho de limpieza a costa del ayuno y veremos por qué.

¿Realmente la autofagia sirve para adelgazar?

Hay dos respuestas. Una es corta, que es un puede, y la otra, algo más larga, que responderemos con un ‘depende de más factores’. En esencia, el ayuno intermitente ha demostrado que es posible adelgazar a costa de mantener unas ciertas restricciones alimentarias. Se suelen plantear escenarios de ayunos de 16 horas, concentrando todas las ingestas entre el desayuno y la comida.

Una mujer rubia comprueba cuánto ha adelgazado
Aunque la autofagia podría ayudar, la realidad es que antes hay que prestar atención a otras variables. | Freepik

El mito viene marcado por la teoría del ayuno intermitente, con estudios que avalan sus virtudes. Incluso algunos que vinculan este ayuno con la aparición de la autofagia. Lo malo es que estudios de más calado, como este del JAMA (Journal of the American Medical Association) no ha sido capaz de vincular de forma directa la alimentación restringida o el ayuno intermitente con otros métodos de adelgazamiento donde se han consumido las mismas calorías diarias.

¿Con quién estamos topando aquí? Pues con el déficit calórico, alfa y omega de cualquier dieta de adelgazamiento. Es decir, para perder peso hay que quemar más calorías de las que ingerimos. Aun así, hemos incidido en varias ocasiones que no todo vale, como sucede con la dieta CICO, que se sostiene solo por ese sumatorio sin tener en cuenta la ingesta de nutrientes.

Por este motivo, la autofagia, como tal, no sirve para adelgazar. O no si después de mantener un período de ayuno ingerimos más calorías de las que habríamos quemado. Un error habitual en las dietas con ayunos intermitentes donde será el conteo de calorías, fundamentado en el metabolismo basal, el que nos diga si realmente estamos quemando estas calorías. Lo que sí es cierto es que acelera y mejora el metabolismo celular, según este estudio, pero eso no significa que per se hablemos de adelgazar.

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