THE OBJECTIVE
El archivo del buitre

La izquierda mediática y la mentira sobre los presos de ETA en la etapa de Aznar

Algunas mentirijillas que se escuchan en las tertulias no parecen coincidir demasiado con lo que uno se encuentra en los vistazos hemerográficos

José María Aznar nombró ministro a Jaume Matas, que no pasará a la historia como el más honrado de los presidentes autonómicos y colocó a Miguel Blesa al frente de Caja Madrid, que tampoco estará en el top de los mejores gestores bancarios. Su Gobierno embarcó a España en un alineamiento con la administración Bush de Estados Unidos que no se puede considerar precisamente consensuada con grandes sectores de la sociedad española del momento, y que convirtió una boda familiar en un desfile de futuros imputados. Es tan fácil encontrar puntos criticables de ese Gobierno al echar mano de la hemerografía que resulta un tanto difícil entender por qué tertulianos tienen que recurrir a imprecisiones que bordean la falsedad.

Este 18 de mayo en las mañanas de Mediaset sus espectadores pudieron escuchar cómo Esther López Palomera, del periódico ElDiario.es, usaba como argumento para deslegitimar al Partido Popular en sus reproches al Gobierno de Pedro Sánchez que el Gobierno Aznar «acercó más de 300 presos de ETA, cuando ETA mataba».

Podría haber sido un lapsus de Palomera, comprensible en cualquier tertuliano que se viene arriba en un momento dado cuando está metido de lleno en su labor de todólogo, pero es que hace apenas unos días en el programa Al Rojo Vivo de Atresmedia se pudo escuchar el mismo argumento del tertuliano Daniel Basteiro, director del periódico InfoLibre: «Aznar tiene el récord de presos acercados ¡y cuando ETA mataba!».

Y hasta todo un veterano como Iñaki Gabilondo llegó a decir en la Cadena SER, en un diálogo con quien ahora ocupa su asiento, Angels Barceló, esa misma idea, llegando incluso al sorprendente extremo de afirmar que él recordaba perfectamente cómo a la vez que informaba de asesinatos de ETA tenía que informar de los acercamientos de presos del Gobierno Aznar. Lo cual acredita una memoria portentosa del veterano periodista radiofónico, capaz de recordar como coincidentes hechos que nunca lo fueron.

Algunos de puro extremo llegan al ridículo. Antonio Maestre, hoy el periodista más linchado por el ‘pablismo’, llegó a afirmar en La Sexta que el mayor acercamiento de presos a cárceles vascas lo hizo Aznar y «se produjo cuando estaba aún secuestrado Ortega Lara por ETA». Lo que más sorprende de aquella afirmación es que nadie de los de esa mesa se lo replicara, permitiéndolo repetirlo hasta en dos ocasiones. No sólo porque con las fechas en la mano es fácil desarmar tanta patraña, es que además el planteamiento es absurdo. Precisamente José Antonio Ortega Lara fue secuestrado por ETA como chantaje para forzar el acercamiento de presos. Y la dirección de ETA ordenó todo su proceso de torturas, precisamente, porque el Gobierno Aznar no cedió. Si de verdad se hubiera producido durante el secuestro de Ortega Lara «el mayor acercamiento de presos», ¿no habría liberado ETA a su víctima?

Por la misma lógica, hay que pasar la selectiva memoria de los Basteiro, Palomera, Gabilondo y Barceló con el cuento de que Aznar acercaba presos mientras ETA mataba. ¿En qué año se produjo ese acercamiento de presos de ETA del que tanto hablan? Lo anunció el propio ministro Jaime Mayor Oreja el 7 de septiembre de 1999 y fue noticia en todos los periódicos del día 8 de septiembre de 1999. ¿Cuántos asesinados por ETA hubo en el año 1999? La respuesta es simple: 0. 

Diga lo que diga la memoria de Basteiro, Palomera, Barceló y Gabilondo, el Gobierno no acercó presos mientras ETA mataba, acercó presos precisamente en un momento en el que ETA había dejado de matar declarando una de sus muchas «treguas indefinidas». Y si ya Basteiro, Palomera, Gabilondo y Barceló se toman el esfuerzo de echar un vistazo a las hemerotecas de ese hecho que intentan presentar ahora para vender la absurda idea de que Aznar fue colegui de los batasunos, verán que esos acercamientos no fueron recibidos precisamente con aplausos ni del PNV ni de la Batasuna del momento, que respondió con expresiones como que era un acercamiento «vergonzante, pobre y tardío». Porque ETA esperaba una medida tan contundente como una reagrupación de todos los presos de ETA en el País Vasco; no sólo un acercamiento a la península. 

Con lo fácil que es criticar al PP por ser —una vez más— incoherente en estos temas reprochando al PSOE acercamientos de presos cuando el PP también lo hizo en 1999, tienen que añadir la coletilla de «y acercaron cuando ETA mataba», que es lo que permite que tal afirmación pueda considerarse como manipulación.

Pero al margen de las mentirijillas «tertulianeras» hay silencios que también dicen mucho. Oskar Matute, de EH Bildu, dice que el PP vasco negoció con algunas alcaldías vascas. Ha hablado Oyarzabal, pero Javier Maroto parece preferir el silencio y Borja Sémper, que entonces era destacado dirigente del PP vasco y hoy vuelve a ser peso pesado en Génova 13, recordarán mejor que nadie qué tanto es cierto de la afirmación de Matute y qué tanto tienen derecho a saber sus votantes sobre es tema si eligen seguir poniendo en el centro del debate nacional el tema de los pactos con EH Bildu. 

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