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Unicef advierte de que la acogida de niños ucranianos «no es la mejor solución»

Desde la organización insisten además en que la adopción nunca debe ser una solución para un menor justo después de un conflicto

Unicef advierte de que la acogida de niños ucranianos «no es la mejor solución»

Dos niñas juegan cerca de la Policía en la estación polaca de Przemysl. | Yara Nardi (Reuters)

Desde que comenzó la invasión de Ucrania por parte de Rusia y los civiles comenzaron a salir del país, en su mayoría mujeres y niños, las llamadas a distintas ONG para saber cómo se puede acoger a estos niños no dejan de crecer. Unicef ha sido una de ellas, pero aunque agradece el gran interés mostrado por la población, apunta que «la acogida no es la mejor solución» en este momento.  

Aunque desde la organización señalan que «para los niños y niñas que han tenido que cruzar la frontera sin sus familias, los acogimientos temporales y otras modalidades de atención comunitaria a través de sistemas estatales ofrecen una protección fundamental», desde Unicef explican que «desarraigar en estos momentos a un niño o niña de su entorno puede tener consecuencias muy negativas». 

Además, otro inconveniente es que «el acogimiento se realiza siguiendo una serie de requisitos que, dada su complejidad, llevan un tiempo considerable», por lo que no es «una medida inmediata»

Diferentes procesos para niños solos y acompañados

Es importante matizar la diferencia que existe entre los niños que cruzan la frontera solos y los que lo hacen con un adulto referente, ya sea uno de sus padres, un familiar u otra persona, «porque la autoridad competente cambia en función de si está completamente solo o no», explica a THE OBJECTIVE Sara Collantes, especialista en Migraciones de Unicef España. 

En el caso de los niños que vienen acompañados de un adulto, hay que tener cuidado de que «no se cometan errores y se separe a los niños del referente con el que están viajando», señala Collantes. Pero insiste en la necesidad de que las organizaciones que están ayudando a las evacuaciones humanitarias se coordinen con las autoridades competentes para asegurar que cada caso se vigile como es debido. 

Lo ideal en estos casos, si se está seguro de que el niño tiene los cuidados que necesita con el adulto que lo acompaña, es que no sea separado de la familia. «En ningún caso se debe separar a las familias durante una reubicación o un movimiento de evacuación», insisten desde la organización. 

Una familia que ha huido de Ucrania a Rumanía. | Foto: Clodagh Kilcoyne (Reuters)

Otro caso distinto es el de los niños que cruzan la frontera solos. En ese caso, señala Collantes, las autoridades del país en el que entra deben encargarse lo primero, de la «identificación y registro inmediato de los niños». Desde Unicef piden, además, que la autoridad de protección de infancia de cada país se encargue de evaluar cada caso y de intentar identificar y localizar a los familiares de estos niños. 

Una vez que se analice el caso de cada niño, siempre teniendo en cuenta «el interés superior del menor», recuerda Collantes, se analiza si la mejor solución, en caso de no poder hacer una reagrupación con sus familiares, es una acogida residencial o una acogida familiar. 

¿Cómo es el proceso de acogida? 

Numerosas familias se han ofrecido en los últimos días para acoger a niños procedentes del conflicto de Ucrania, pero esto no es un proceso sencillo ni rápido, dado que tiene que analizarse cada caso para garantizar que la acogida cumple con las condiciones necesarias para la protección del menor. 

Lo primero que hay que saber es que es la autoridad competente en estos casos es la consejería de sencargada de familia, infancia o asuntos sociales de cada comunidad autónoma, ya que es una competencia que en España está descentralizada. En ningún caso se puede llevar a cabo la acogida de un menor no acompañado a través de un organismo que no sea el oficial, recuerda Collantes. 

Son ellos los que, en caso de decidir que la acogida familiar es la mejor opción para el menor, se encargan de comprobar que las familias cumplen con los requisitos necesarios, así como de formarlas y de supervisar el acogimiento cada cierto tiempo. 

Por eso, no es algo que se pueda hacer «de la noche a la mañana» y que, aunque depende de cada comunidad autónoma, es un proceso que lleva un tiempo, señala Collantes. 

La adopción nunca debe ser una opción en un conflicto 

Si bien la acogida no es una opción inmediata y puede suponer problemas durante un conflicto, puede ser una buena medida en casos concretos. Pero lo que sí desaconsejan por completo desde Unicef en el caso de cualquier menor durante un conflicto es la adopción. 

«La adopción es una medida que en situaciones de conflicto nunca se debe tomar», afirma Collantes, «porque la esperanza es que se pueda reunificar al niño y que aparezcan sus familiares, que haya supervivientes del conflicto». Por eso, añade, «es muy importante que se deje rastro de dónde está el niño». 

E insiste de nuevo en que la medida alternativa a la adopción la tiene que determinar la autoridad competente evaluando de manera individual cada caso y «lo que conviene al niño en cada momento». 

Para Unicef, lo más importante en estos casos es «dar prioridad a sus necesidades inmediatas y su seguridad a corto plazo mientras se buscan soluciones a medio y largo plazo teniendo en cuenta su interés superior». 

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