THE OBJECTIVE

Uno de cada diez ingresos hospitalarios se debe a un error en la medicación

El coste estimado de los eventos adversos evitables relacionados con los tratamientos es de 1.779 millones de euros, un 2,9% del gasto sanitario

Uno de cada diez ingresos hospitalarios se debe a un error en la medicación

EP

Los errores de medicación son el evento adverso hospitalario más común, con consecuencias sanitarias y económicas importantes para los pacientes y para los sistemas de salud. Se estima que alrededor del 5%-10% de los ingresos hospitalarios y entre el 10 y el 30% de las consultas a los servicios de urgencias son debidos a un efecto adverso de la medicación. Es una de las conclusiones de un ambicioso estudio realizado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), a través del grupo de trabajo de Seguridad Clínica.

Según el documento, los errores de tratamientos se producen en todas las etapas del uso del medicamento, pero la administración y la prescripción son las fases que concentran el 87% de estos fallos en el entorno hospitalario. En Europa, según  la Agencia Europea del Medicamento (EMA), la tasa de errores de medicación en el ámbito  hospitalario varía entre el 0,3% y el 9,1% en la prescripción y entre el 1,6% y el 2,1% en la fase de  dispensación. La omisión o el retraso en los tratamientos, la administración al paciente equivocado, las alergias y efectos adversos conocidos a fármacos o el mal cálculo de la dosis son algunos de los  más graves detectados

En este sentido, los motivos, según cuenta a THE OBJECTIVE el Dr. Sergio Plata, farmacéutico hospitalario coordinador del proyecto y miembro de la SEFH, «son muy variables». «Desde la alta carga de trabajo de los profesionales sanitarios que conlleva un enorme desgaste psicológico, hasta la falta de medios y recursos a la hora de prevención de los mismos, o incluso una escasa formación en seguridad del paciente y cultura de seguridad», asegura el experto, que también hace hincapié en «la falta de compromiso por parte de las instituciones a la hora de implantar medidas drásticas e invertir en tecnologías que ayuden a mejorar la seguridad del paciente».

De esta forma, el farmacéutico matiza que «la prevalencia y trascendencia de los errores de medicación constituyen un problema de salud pública, que debe abordarse prioritariamente por las autoridades sanitarias, debido a su triple alcance». Y es que además del daño que se produce directamente sobre el paciente, hay un impacto psicológico sobre los profesionales involucrados y una pérdida de confianza por parte de la sociedad.

Situación grave pero prevenible

Áreas como pediatría, oncohematología, urgencias, paciente crítico o quirúrgico tienen un riesgo muy superior de que se produzcan estos errores, según el estudio. Se estima que los niños tienen tres veces más riesgo que los adultos en padecer eventos adversos por medicamentos, suponiendo 55 errores de medicación por cada 100 ingresos.

En el ámbito quirúrgico hay un alto riesgo de que ocurran este tipo de fallos principalmente por el alto estrés. Se estima que 1 de cada 20 errores registrados es grave y 1 de cada 250 es mortal, y los fallos de prescripción más frecuentes que ocurren en anestesia incluyen la confusión de jeringas y ampollas, los errores con los dispositivos de administración y los errores por confusión en la vía de administración, especialmente entre las vías intravenosa y epidural.

Por suerte, aseguran los expertos consultados, esta problemática podría resolverse, ya que los datos disponibles nos indican que los 10 tipos de errores de medicación con consecuencias más graves detectados en España en 2020 podrían evitarse implantando «recursos tecnológicos que permitan alcanzar una trazabilidad completa del fármaco, tales como sistemas de prescripción electrónica asistida, administración de medicamentos con código de barras o bombas de infusión inteligentes», cuenta a este periódico el farmacéutico. La omisión o el retraso en el suministro de fármacos, la administración al paciente equivocado, las alergias o el mal cálculo de la dosis son algunos de los casos más detectados.

UCI sin sistemas para prevenir errores

Dotar a las UCI de sistemas electrónicos que garanticen la seguridad del proceso sería también una de las medidas a adoptar para evitar este tipo de fallos. Como ya contamos en THE OBJECTIVE, el 80% de las UCI de España carece de sistemas para prevenir errores de medicación. En este sentido, la doctora Cristina Martínez (SEFH) explica que «conocemos muchos de los riesgos  existentes en el empleo de medicación en las UCI y cómo se pueden prevenir. Para poder minimizarlos, es fundamental crear una cultura de seguridad dentro y fuera de las organizaciones sanitarias y, también, contar con el apoyo de las administraciones».

Según un reciente estudio realizado por cuatro sociedades científicas con el aval de la SEFH, solo la mitad de los hospitales participantes cuenta con bombas  inteligentes con sistemas de reducción de errores de dosis de medicación; y en el 86,5% no se monitorizan las administraciones de perfusiones parenterales desde un punto central. Por otro lado, muchas UCI (57,6%) carecen de acreditaciones para este tipo de procesos. Según la encuesta, solo el 44,4% de los centros participantes contaban con un  protocolo o documento de consulta para la prevención de errores de tratamientos. 

Del mismo modo, los expertos ven necesaria la puesta en marcha de sistemas de trazabilidad de medicación, que deberían considerarse como un requisito fundamental en todas las UCI de España. Hay una apuesta clara por incorporar a los farmacéuticos clínicos en los equipos multidisciplinares de las UCI, además de crear planes de actuación ante eventos adversos que aseguren una respuesta coordinada y cubra las necesidades de pacientes y  familiares, así como dar soporte a los profesionales implicados. 

Costes de los errores de medicación

Según el Dr. Sergio Plata haciendo referencia a un estudio, se estima que el coste de la no seguridad de la atención sanitaria, relacionada con la medicación, infecciones nosocomiales y procedimientos quirúrgicos «supondría un coste de casi 2.500 millones de euros para el sistema nacional de salud». Por otro lado, en este documento también indican que el coste estimado para el SNS de los eventos adversos evitables relacionados con la medicación en pacientes hospitalizados, más los que motivaron el ingreso hospitalario y consultas a urgencias sería de 1.779 millones de euros aproximadamente, lo que representaría un 2,9% del gasto sanitario del SNS.

De esta forma, los expertos consultados aseguran que lo «deseable» sería disponer de un marco legal «que defina unos estándares mínimos de obligado cumplimiento» en cuanto al uso de tecnología de soporte validada para la trazabilidad y seguridad de la utilización del medicamento, que abarque a la totalidad de pacientes atendidos  independientemente del ámbito sanitario donde se encuentren. «De esta forma, conseguiríamos una uniformidad en cuanto a seguridad de paciente se refiere en todos los centros evitando una pérdida de confianza de la sociedad hacia los profesionales sanitarios y a la vez del profesional hacia el propio sistema o institución», concluyen.

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