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Rosalía tiene un plan

La gira Motomami World Tour está perfectamente planificada para un éxito decisivo en los Grammy Latinos

Rosalía tiene un plan

La cantante Rosalía actúa durante el comienzo de su gira ‘Motomami Tour’ en el Recinto Ferial de Almería. | Europa Press

Rosalía no se ha desvanecido. A un par de meses de cumplir los 29 años, su figura permanece en lo más alto del escenario. Del musical y del mediático. Incluso del (por ponernos un poco estupendos) icónico. La inteligencia con la que ha llevado su carrera corre a la par (hay quien dice que por encima) de su talento artístico. Este último se despliega en una voz notable y una capacidad insólita para añadirse capas absorbiendo todo lo absorbible… y enseñarlo todo con una maestría en la expresividad cercana al karma camaleónico de la mejor Madonna pasada por el dominio absoluto de las redes sociales. El núcleo musical del paquete parte de una peculiar recepción del flamenco, transita por todos los palos de la música urbana, con dedicación especial al rap, por supuesto, pero con cabotajes sin reparos en el reguetón o la bachata, por ejemplo. Lo que haga falta. De todo, bien aliñado. La potencia de su propuesta está quedando meridianamente clara sobre todo a lo largo y ancho de su actual gira (de momento) española para mostrar su último trabajo, Motomami, ensalzado hasta la extenuación por la crítica especializada. Comenzó a principios de mes en Almería, el sábado pasó por Sevilla, este martes está en Granada, visitará después otras siete ciudades españolas y saltará después nuestras fronteras para girar por todo el mundo con destino central en la meca de su industria: EEUU.

El Motomami World Tour ha arrancado en España, cierto. Rosalía es consciente del tirón de sus raíces. Una investigación de Ron Barceló y Spotify, por ejemplo, la sitúa como la favorita de la Generación Z. Cuatro de los temas de Motomami se han colado entre las 10 más escuchados tras analizar las listas de reproducción en Spotify de más de 39.000 usuarios únicos. La mayoría tenían una edad comprendida entre los 18 y 24 años, con una media de edad de 21 años. Rosalía se sale. Y eso apelando solo al oído. Cuando Rosalía acapara el resto de los sentidos, el efecto es aún mayor. Lo ilustra el concierto del sábado en Sevilla: el sonido amenazó con destrozar cualquier posibilidad de éxito –el recinto tenía precedentes tan inaceptables como el del mes pasado con los Red Hot Chili Peppers–, pero quedaba todo lo demás. «Si no fuera por ella…», tituló en el Diario de Sevilla José Miguel Carrasco, que se explayó en el subtítulo: «El arte de Rosalía se alzó de entre las ruinas del peor sonido que hemos padecido nunca en el Estadio de la Cartuja».

Más allá de nuestras fronteras

Rosalía lo da todo en su país, pero no esconde que sus ambiciones nos trascienden. Planetarias, como mínimo. Desde hace tiempo, Miami se ha convertido en su cuartel general. La capital de Florida es el eje perfecto entre la maquinaria de la industria estadounidense del ocio y el inmenso público potencial que anida en el concepto «latino», o sea, el resto de América (y, más o menos, cada vez más, España de propina, por no hablar de unos EEUU embrujados por lo más bailable de una invasión que les causa cierta angustia en otros sentidos). Por si faltara algún detalle, Rosalía comparte vida y sentimientos en Miami con un latino de pura cepa, el también músico puertorriqueño Rauw Alejandro. Aunque, ojo al dato, a principios de año saltaba la noticia más castiza. Según Idealista, la pareja se habría comprado una tradicional masía en Manresa: finca de 30 hectáreas, 2.624 metros cuadrados de vivienda, 10 habitaciones, piscina y amplios jardines. Dicen que se han gastado un par de millones de euros. La moto de Rosalía va bien cargada de gasolina, y las raíces bien valen un viaje transoceánico de vez en cuando. Dicen los expertos que, pese a las extravagancias comerciales de vestuarios y uñas, la ya no tan joven cantante ha tenido siempre los pies bien asentados en el suelo.

Y la cabeza aún mejor en el negocio. El 14 de agosto, la gira salta a Latinoamérica, y justo un mes después, a Estados Unidos, primero a Boston y después, el 18 y 19 de septiembre, a Nueva York, donde se enfrentará por duplicado nada menos que al Radio City Music Hall. Atención al timing: justo el 20 de septiembre se anuncian las nominaciones de los Grammy Latinos. Después de su proyecto de apoteosis en Nueva York, y una vez ya conocida su más que probable candidatura como «reina de la música latina» Rosalía continúa su gira estadounidense hasta el concierto de Atlanta, tan cerca de Miami…, del 17 de octubre, día en que interrumpe su hasta entonces maratoniano ritmo. En noviembre se celebra la gala de los Grammy Latinos. El 25 de dicho mes, con alguna que otra estatuilla en la saca, continúa la gira, de vuelta a Europa: Portugal, Italia, Alemania, Holanda, Bélgica, Reino Unido… Ampliando mercado hasta dar el 18 de diciembre con sus glamurosos huesos en París. Qué mejor sitio para culminar el desfile triunfal de una reina.

Por si la cosa no estuviera clara, acudimos a los profetas profesionales del ramo. 

Gold Derby es el medio norteamericano referente en la predicción de premios del mundo del espectáculo, fundado en 2000 por Tom O’Neil, adivino acreditado en sitios como Los Angeles Times, The New York Times o Variety. Su especialista en los Grammy Latinos, Jaime Rodriguez (sic para la ‘i’ sin tilde, el texto es en inglés y el hombre, se ve, sucumbe…), apunta con todo tipo de fanfarrias el nombre de Bad Bunny como futuro gran triunfador. Menciona después a Karol G, en un párrafo en el que también aparece su «fellow reggaetonera» (más sic) Anitta. En el tercer párrafo aparece Rosalia (mismo sic tildófobo), a la que define como una «certificada darling [¿sick?] de los Grammy Latinos en este momento». Augura que su nombre «estará probablemente también por todas las nominaciones», y apunta que su álbum Motomami es «el más aclamado hasta ahora de 2022, con una notable puntuación de 94 en Metacritic». Recuerda también sus ocho premios entre 2018 y 2020, un precedente que le lleva al augurio final con un matiz técnico: «Seguro que el amplio despliegue de géneros explorado en Motomami la ayudará a exprimir nominaciones».

Si todo marcha según lo previsto por esta magnífica artista (y mejor estratega), en Navidades la masía de Manresa se poblará de esos pequeños gramófonos de oro que coronan a las reinas de la música. No se antoja mal cuartel de invierno para planificar la expansión del reinado de Rosalía por la industria musical del universo entero y verdadero. Si su dominio se consolida, podría incluso hacer algo por las tildes. Y, de paso, por lo de las eñes (eso ya es personal). Por favor. 

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