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No todo va a ser Manhattan: un puñado de razones para conocer Staten Island 

De los cinco distritos a visitar en la Gran Manzana, Staten Island nunca suena como el primero. Sin embargo, son innumerables las razones visitar esta islita

No todo va a ser Manhattan: un puñado de razones para conocer Staten Island 

Ferry de Staten Island | Alexander Naumann (Pixabay)

Oh, Nueva York, la Gran Manzana. Desde que el periodista deportivo John J. Fitz Gerald la apodara así en el New York Morning Telegraph, allá por los años 20, gentes del mundo entero se han imaginado dando un bocado a una de las ciudades más voluptuosas e interminables del planeta. Según esta página web turística, más de 65 millones de personas la visitaron en 2019, antes de la pandemia, de los cuales 13 millones y medio acudieron a ella desde cualquier otro país del inmenso mundo. Y, aunque las cifras ciertamente han bajado, poco a poco empiezan a repuntar y Nueva York vuelve a convertirse en la evasión vacacional de muchos. 

Eso sí, multitud de páginas que recomiendan el destino se centran únicamente en los cuatro distritos a los que puede accederse por tierra; esto es, sin necesidad de atravesar el Hudson. Y, aunque è vero que Manhattan, Queens, Brooklyn, y el Bronx albergan innegables atractivos de lo más mainstream, el rabito de esta manzana suculenta, Staten Island, no se queda a la zaga. En Staten Island se puede ir a ver, por ejemplo, a la famosa marmota que predice, año tras año, cuán largo será el invierno; nos podemos dar un homenaje foodie probando las delicias gastronómicas de la Pequeña Sri Lanka; recorrer la Casa Museo de la activista pionera LGTBIQ+ y fotógrafa Alice Austen o zambullirnos en la Historia visitando The Conference House en Tottenville, una gran casa señorial que lleva el nombre de una conferencia de paz celebrada allí el 11 de septiembre de 1776, solo unos meses después del comienzo de la Guerra Revolucionaria entre Inglaterra y las colonias estadounidenses. En este artículo, con ayuda de la NYC & Company, la organización de marketing y turismo de la Ciudad de Nueva York, vamos a desplegar todo un mapa de razones para planificar una excursión a Staten Island en su visita a la capital de los Estates.

Empezaremos la labor de guías por resolverles la papeleta del transporte que, reconozcámoslo, puede pasarse de endiablado en esta ciudad de ciudades que es Nueva York. A Staten Island se puede llegar en ferry o en coche. Si disponen de automóvil (¡esa gran aventura en la Big Apple!), podrán atravesar uno de estos cuatro puentes: el puente Verrazzano-Narrows, que conecta la isla con Brooklyn; el puente Bayonne; el puente Goethals o Outerbridge Crossing, que une la isla con Nueva Jersey. Si su opción es el ferry y quieren admirar las aguas del Hudson («¡Esa esponja gris!/ Ese marinero recién degollado/ Ese río grande/ Esa brisa de límites oscuros» versaba el Poeta en Nueva York de Lorca) hay uno gratuito desde la terminal de ferry de Whitehall en el Bajo Manhattan, para el que tendrán que tomar el tren R a Whitehall, el 4 o 5 a Bowling Green, o el 1 a South Ferry. También se puede embarcar en un NYC Ferry desde cualquiera de las dos salidas de Manhattan desde Midtown West/Pier 79 (cerca de West 39th Street) y Battery Park City (siga Vesey Street hacia el oeste hasta el río en el Bajo Manhattan).

Ambos transbordadores atracan en la terminal de St. George en el lado de Staten Island. Y, ya desde la terminal del ferry, distintas líneas de autobuses (también hay un buen servicio de taxis) conectan con buena parte del distrito. Si lo prefieren, tienen también un ferrocarril que va desde St. George -en la costa norte de la isla- hasta Tottenville en la Costa Sur. La misma MetroCard que se usa en el metro y los autobuses en los otros distritos de la ciudad de Nueva York funciona para los autobuses y el ferrocarril en Staten Island. 

Ferry a Staten Island, NYC

Ya situados, y antes de meternos en harina urbana, diremos que el distrito de Staten Island está lleno de parques, espacios verdes e infinitud de kilómetros de playa. Así que si lo que se busca es respirar del asfalto de la city, han llegado a un buen pulmón: casi un tercio del espacio verde de la isla consiste en bosques, humedales, lagos, estanques y senderos para caminatas conectados entre sí en Staten Island Greenbelt, un sistema de parques públicos contiguos y áreas naturales en las colinas centrales del distrito. Aquí el visitante puede encontrar el campo de golf La Tourette Park, el refugio de vida silvestre y santuario de aves William T. Davis, el parque Reed’s Basket Willow Swamp, el parque Willowbrook y la sede de Greenbelt en High Rock Environmental Center.

Staten Island también alberga varios lugares especiales del Servicio de Parques Nacionales dentro del Área Recreativa Nacional Gateway. Son Great Kills Park, que tiene una playa vigilada y senderos para caminar y andar en bicicleta, además de áreas de pesca, un puerto deportivo y embarcadero; Miller Field, un antiguo aeródromo militar con campos de béisbol, cricket, softbol y fútbol; y Fort Wadsworth, una de las instalaciones militares más antiguas del país, que ofrece impresionantes vistas del puerto de Nueva York.

El paseo marítimo Franklin D. Roosevelt de dos millas y media (un poquito más de tres kilómetros) es apto para bicicletas (otra buena opción para recorrer estos parajes) y se extiende desde Fort Wadsworth hasta Miller Field, ofreciendo acceso a dos de las playas más populares del Océano Atlántico de la isla, South Beach y Midland Beach, con un parque de patinaje, un muelle de pesca y áreas de juegos para niños.

Playa de South Beach en Staten Island, NYC

60 vecindarios de fisonomía distinta a Manhattan

Más allá de la oferta natural, Staten Island tiene 60 vecindarios de fisonomía distinta a todo lo que podamos ver en el resto de distritos neoyorquinos, puesto que aquí la máxima altura que podremos encontrar es de 20 pisos. Eso no quiere decir que sus diferentes barrios no guarden atractivos tesoros que descubrir. Empezando por Saint George, aquí encontraremos un monumento a los 275 habitantes de Staten Island que perecieron el 11 de septiembre de 2001 o el Museo Nacional del Faro, a poca distancia del ferry, al igual que el estadio de béisbol donde juega el equipo de ligas menores FerryHawks. Si queremos refrescarnos, cerca de este encontraremos Flagship Brewing Co., donde podemos elegir entre más de 70 tipos de cerveza.

Nueva York es también capital mundial de las compras, y Staten Island ofrece también algo al respecto: al lado de la terminal del ferry se encuentra el único centro comercial outlet de la ciudad, Empire Outlets. Cerca, si preferimos la cultura, está el St. George Theatre, que abrió sus puertas en 1929 como una gran sala de cine y vodevil y se ha utilizado como ubicación para películas como The School of Rock y programas de televisión como Gossip Girl

Hacia el norte de la isla encontramos el vecindario de West New Brighton, y allí podremos descubrir Snug Harbor, un inmenso complejo fundado en el siglo XIX como una casa de retiro para marineros; cinco de sus edificios originales del Renacimiento griego son puntos de referencia de la ciudad. La instalación incluye una sala de conciertos, el Centro Newhouse de Arte Contemporáneo, el Museo de Staten Island, la Colección Marítima Noble y 14 jardines temáticos. Entre las atracciones más populares se encuentran el Chinese Scholar’s Garden y el Staten Island Children’s Museum.

El Zoológico de Staten Island, a unas dos millas de Snug Harbor, es el hogar de Staten Island Chuck, la querida marmota que cada Día de la Marmota (de ahí la traducción española de la afamada cinta Groundhog Day) actúa como gurú climática y pronostica si la primavera llegará antes. Allí podemos visitarla junto a sus vecinos los leopardos, lémures, suricatas y perezosos, aunque el centro es más conocido por sus serpientes, incluida una de las colecciones de serpientes de cascabel más completas del país.

En las cercanías también se encuentran Clove Lakes Park, Silver Lake Park, Silver Lake Golf Course y la Fundación Cultural Italiana en Casa Belvedere, que alberga exhibiciones, clases de cocina, yoga al atardecer, festivales y espectáculos de distinta índole. 

Para los amantes del trabajo de Alice Austen, fotógrafa pionera y figura importante en la historia LGBTQ+ de la ciudad de Nueva York, en el vecindario de Rosebank encontramos su Casa Museo. Allí está documentada la vida y obra de esta artista que vivió durante 30 años con otra mujer, Gertrude Tate, y que retrató con su lente la intimidad entre mujeres victorianas. Sus imágenes de estilo documental también capturaron la vida, la naturaleza y la arquitectura de los inmigrantes a fines del siglo XIX y principios del XX. Esta encantadora casa de campo gótica victoriana se encuentra en un parque frente a la costa cerca del puente Verrazzano-Narrows con vistas panorámicas de Brooklyn y el Bajo Manhattan. 

Digna también de una buena visita es la comunidad Pequeña Sri Lanka de Staten Island, agrupada en dos vecindarios entre la terminal del ferry y Austen House, Tompkinsville y Stapleton. Apunten dos referencias muy celebradas entre los foodies neoyorkinos: Lakruwana y New Asha. Lakruwana está decorado con obras de arte de temática budista y ofrece un popular buffet de fin de semana. New Asha, por su parte, es una pequeña cafetería que sirve manjares en bandejas calientes: cangrejo al curry, curry negro ardiente, ldyappam con leche de coco y chutney de coco picante y un largo etcétera que pueden descubrir si aman la comida india.  

Restaurante Lakruwana en Staten Island, NY

Hacia el suroeste, por la costa, encontramos Eltingville, donde el artífice del diseño de Central Park, Frederick Law Olmsted, vivió durante siete años en una extensión de 130 acres de bosques y tierras (unas 52 hectáreas) de cultivo en 1848, donde perfeccionó las habilidades de paisajismo que más tarde emplearía para crear el mítico parque neoyorquino. En este paraje, los visitantes todavía pueden ver algunos de los árboles que Olmsted plantó hace casi 175 años y caminar hasta el agua a poca distancia de la casa para disfrutar de una vista tranquila en una playa aislada.

Olmsted-Beil House Park en Staten Island, NY

Otro capítulo de la historia de Staten Island se puede encontrar dos millas y media al norte del cementerio en el vecindario de Rossville. Aquí se encuentra Sandy Ground, que se autodenomina el asentamiento negro libre habitado continuamente más antiguo de los EE.UU. Un hombre afroamericano compró un terreno aquí por primera vez a fines de la década de 1820 y otros se establecieron aquí en la década de 1840, viniendo desde el área de la bahía de Chesapeake en Maryland. 

Algunos atractivos más de Staten Island pasan por un Museo de Arte Tibetano situado en Lighthouse Hill (población que, sí, tiene un faro: Staten Island Range Light, una caprichosa estructura octogonal de techo rojo a 145 pies sobre el nivel del mar), o The Conference House, una gran casa señorial de piedra construida en 1680 que recibe su nombre de una conferencia de paz celebrada allí el 11 de septiembre de 1776, solo unos meses después del comienzo de la Guerra Revolucionaria entre Inglaterra y las colonias estadounidenses. John Adams y Ben Franklin, padres fundadores de la patria americana, se reunieron con el representante del rey Jorge, Lord Richard Howe, pero los estadounidenses solo estaban autorizados a negociar términos que incluían la independencia de las colonias, y los británicos no cedían ese punto. Es el segundo edificio más antiguo de la ciudad de Nueva York y está ubicado en un impresionante parque frente al mar con un pabellón y vistas impresionantes de la bahía de Raritan. 

The Conference House en Staten Island, NY

Staten Island se revela así, con todos sus atractivos, como otra fuente inagotable de placer cognitivo y una parte nueva de la manzana a la que hincar gustosamente el diente. 

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